Entrevistas
Chema Álvarez
Entrevista a Chema Álvarez acerca de su libro Extremadura anarquista. Siglo y medio de movimiento libertario, represión y contracultura
Muy buenas, Chema. Antes de nada, enhorabuena por el libro. Extremadura anarquista es un libro que ahonda en las raíces libertarias de un territorio periférico en relación a la historiografía sobre el movimiento libertario. ¿Consideras necesario que se produzcan más obras de divulgación histórica de carácter local o territorial?
Sí. Sobre todo porque contribuye a desmitificar la creencia de que el anarquismo solo tuvo arraigo en Andalucía y en Cataluña. La historia del anarquismo regional ha sido ocultada porque apenas se ha acudido a las fuentes primordiales de dicho anarquismo en el siglo XIX y el XX, que es la prensa libertaria.
Tu trabajo está compuesto de capítulos cortos, muy bien hilados, que funcionan como pequeñas historias que, de hecho, podrían leerse independientemente y no perderían sentido. El registro que manejas, además, está muy ajustado a lo que debería ser una buena obra de divulgación histórica. ¿Cómo piensas que puede ayudar la comprensión de la historia libertaria a sortear los retos que se plantean para el movimiento libertario en un contexto como el actual?
El interés no es tanto el de narrar los hechos, sino el de conocer los procesos que llevaron a que el anarquismo fuera una opción ideológica, con su vertiente práctica, que triunfó entre las clases más oprimidas y parte de la intelectualidad más comprometida. Ello nos puede ayudar hoy a revertir las tornas en un mundo donde el capitalismo está ganando claramente la batalla, que aún no damos por perdida.
Volviendo al libro, en él nos hablas del arraigo del feminismo en el territorio extremeño desde principios del siglo XX. ¿Para ti cuáles serían las aportaciones más importantes de la Unión Femenina (1902) al acervo de prácticas políticas de las clases populares en Extremadura?
Sobre todo el protagonismo, la aparición de la mujer en la escena pública, y la ruptura de los clichés que la asocian a la espontaneidad desorganizada, al conservadurismo, a un segundo lugar con respecto al hombre. Mujeres como Luciana Rico Bodes, presidenta de la Unión Femenina, que escribía en la prensa ácrata de la época, vienen a confirmar todo esto que digo.
En el libro se muestra claramente cuál es la amplitud y profundidad del movimiento libertario en el territorio extremeño desde su origen hasta la actualidad. Esa diversidad de intereses y formulaciones organizativas, también se ha traducido en la prensa asociada al anarquismo en vuestra región. Si tuvieras que quedarte con una cabecera, ¿cuál sería para ti la más importante en la tradición anarquista de Extremadura?
“Extremadura Libre”. Fue un periódico de la CNT que estuvo ligado a los campos de concentración del canal de los presos, quienes construyeron las acequias y canales que permitieron después desarrollar el Plan Badajoz. Hoy día se sigue publicando.
«quienes participamos de aquellas campañas de desobediencia civil a un estamento tan poderoso como es el ejército y su propietario, el Estado, realmente aprendimos a ser libres»
Una parte de tu libro muy interesante es la relacionada con el anarquismo extremeño a partir de la década de los 80 del pasado siglo. En ese contexto, la implicación del anarquismo organizado en el sostenimiento de las luchas populares, como la emprendida contra el servicio militar obligatorio, fue más que notable. ¿Cómo valoras esa experiencia y por qué consideras necesario que no caigan en el olvido las prácticas políticas del anarquismo en periodos mucho más recientes y mucho menos estudiados?
Porque quienes participamos de aquellas campañas de desobediencia civil a un estamento tan poderoso como es el ejército y su propietario, el Estado, realmente aprendimos a ser libres. Nos dotaron de dinamita cerebral, necesaria para continuar en otras luchas y sobrevivir con una salud mental fuerte en un mundo que se caracteriza por alimentar, con ánimo sobrado, la principal enfermedad, el capitalismo y el sistema que desarrolla en todos los ámbitos de la vida colectiva e individual: la educación, el trabajo, el ocio, las relaciones, la afectividad, la salud, etc.
«Es de agradecer la presencia de estas editoriales, a las que por supuesto no mueve los beneficios económicos (más bien pierden), pero que siguen la misma estela marcada por las editoriales o periódicos anarquistas de finales del XIX, los que lograron hacer las revoluciones que hoy nos permiten tener derechos»
Para acabar, un par de preguntas. El libro se ha publicado por Jarramplas, una pequeña editorial que está realizando muy buen trabajo en la divulgación de la historia de las clases populares en Extremadura. ¿Cómo valoras el estado de la edición vinculada a temáticas anarquistas a día de hoy? Por otro lado, a diario vemos como la memoria histórica del movimiento libertario va ganando fuerza con multitud de iniciativas sostenidas por muchos grupos, colectivos y organizaciones. ¿Compartes esa impresión?
Sí. Totalmente de acuerdo. Jarramplas, además, escarba en la historia olvidada de Extremadura y participa, con otras editoriales, de la reedición de obras del anarquismo que ya son muy difíciles de encontrar. También publica a autores y a autoras actuales que tienen mucho que decir. En el mismo sentido avanzan otras editoriales, a cada cual más certera en cuanto a los títulos y contenidos. Algo que las caracteriza es que nadan contracorriente en un mundo donde el libro se vende por su portada, o por el famoseo de quien lo publica, pero que aporta poco tanto en su narrativa como en su contenido. Es de agradecer la presencia de estas editoriales, a las que por supuesto no mueve los beneficios económicos (más bien pierden), pero que siguen la misma estela marcada por las editoriales o periódicos anarquistas de finales del XIX, los que lograron hacer las revoluciones que hoy nos permiten tener derechos, a pesar de que esto se haya olvidado. ¡Larga vida a la edición ácrata!
Muchas gracias, Chema.
Extremadura anarquista. Siglo y medio de movimiento libertario, represión y contracultura, ha sido escrito por Chema Álvarez y publicado por Jarramplas en 2022 en su colección Encrucijadas.