El pasado fin de semana celebramos la última sesión del primer taller de la Escuela Libre, el sello de la Fundación Anselmo Lorenzo para el público infantil. Queríamos empezar fuerte esta nueva apuesta de trabajo de la fundación y lo hemos conseguido.

El interés por el taller que hemos desarrollado a partir del libro de Michael Ende en colaboración con artistas y docentes de la Escuela de Expresión desbordó nuestras expectativas. Se cubrieron todas las plazas, se generó grupo entre peques y entre mayores, y las familias participantes ya nos han demandado nuevas actividades.

Lo tenemos en mente. Escuela Libre quiere convertirse en un referente para niñes y familias. En este mundo del reinado absoluto de lo neoliberal, de individuos solitarios frente a la pantalla, de legiones de bots fascistas e interminables scrolls tristes no es fácil generar espacios de encuentro y reflexión donde la generosidad, la solidaridad, la igualdad, la justicia y la capacidad crítica sean los pilares a partir de los que desarrollarse como persona.

“Un grano no hace granero pero ayuda al compañero”, decían nuestras abuelas. Pues venga aquí la Escuela Libre para arrimar el hombro en la construcción de alternativas. Sabemos que nuestras capacidades son limitadas y que el ingente trabajo que requiere la preparación de cada actividad o taller infantil solo es una gota en el océano de los cientos de millones invertidos por la extrema derecha internacional para ganar el relato social. Pero también sabemos que cada nuevo espacio genera nuevos ecos posibles. No queremos una Escuela Libre, queremos diez, cien, mil, nuevos espacios donde encontrarnos y conspirar juntas.

Frente al mundo Securitas Direct del egoísmo, el miedo y el individualismo, sembramos la confianza y la generosidad en nuestras y nuestros iguales. Desterrar el miedo al otro y volver a confiar en la fuerza colectiva. Ese es nuestro objetivo. Aquí nos encontraremos. Esperamos que más pronto que tarde.