Ha pasado un año desde el 19 de julio, y la Revolución Social, desencadenada principalmente por los trabajadores y trabajadoras de la Confederación Nacional del Trabajo, ya se ha topado con sus enemigos políticos, que no son únicamente los que se hallan al otro lado de la línea del frente. Los rescoldos de los Sucesos de Mayo todavía están calientes y el Gobierno ha prohibido la gran manifestación convocada por CNT, FAI y FIJL para el 18 de julio, autorizando, como alternativa, el mitin del que hablamos hoy.

Antes de empezar, la orquesta de músicos del Sindicato de la Industria del Espectáculo de la CNT, ha interpretado A las barricadas e Hijos del pueblo, pero, tal y como explica Joaquín Cortes, compañero de la Oficina de Propaganda CNT-FAI que preside el acto, también se ha interpretado La Internacional en honor a los trabajadores de la UGT. Pervive todavía el ánimo de calmar los ánimos y serenar el ambiente político de la ciudad, pero muchos libertarios recuerdan que no son pocos los estalinistas que llevan el carné sindical de la Unión en el bolsillo.

Son cuatro los militantes que pasan por el estrado para mitinear: Ramón Liarte, Francisco Isgleas, Federica Montseny y el propio Joaquín Cortés. En todas las elocuciones, menciones expresas a mantener en pie, cueste lo que cueste, la obra revolucionaria de la clase trabajadora, pero también a reforzar la lucha en el frente. Y como no podría ser de otra forma, alusiones, algunas más veladas que otras, a las terribles consecuencias de la guerra interna que se vivió en mayo.

En un momento clave, cuando todavía se mantienen vivas las posibilidades de acabar con el fascismo en el campo de batalla, el acto se cierra con un ¡Viva la libertad! que aún hoy, ochenta y seis años después, todavía resuena en nuestras conciencias.

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