Tras ésta y otras acciones realizadas en Ámsterdam durante el mes de mayo de 1984 −concentraciones, encierros, etcétera−, el Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam (IISG-IISH) aceptó cumplir íntegro el comodato firmado con la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en enero de 1982; en ese comodato, firmado por ambas partes, se reconoce la propiedad de pleno derecho de la CNT sobre el archivo confederal depositado en el IISG, en enero de 1939, para evitar que cayera en las garras del franquismo.

Antes de ello fue necesaria una dura pelea, incluida la ocupación de la embajada de Países Bajos en Madrid (1980), para que el IISG reconociera la titularidad de la CNT reconstruida en 1977, ya que el Instituto pretendía reconocer a una escisión, que también decía ser la CNT, para la negociación del comodato. Esta escisión, hoy llamada CGT, de apenas un 28% de los sindicatos asistentes al V Congreso Confederal, es parte del castigo que la CNT viene sufriendo por haber rechazado la invitación formal cursada por la Casa Real y el gobierno de Adolfo Suárez para participar en los Pactos de la Moncloa y el resto de acuerdos políticos que dieron cuerpo a la llamada “Transición”, donde el resto de partidos y sindicatos, de izquierda a derecha, pactaron la impunidad y continuidad del régimen franquista transformado en una monarquía constitucional. Estos acuerdos se vieron acompañados de una estrategia de acoso y derribo a la CNT: infiltraciones y montajes policiales, Caso Scala, escisiones, campañas mediáticas de desprestigio y silencio informativo… No en vano el Ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, había declarado a los medios que el anarquismo emergente y los más de medio millón de afiliados de la reconstruida CNT, eran el verdadero peligro para la consolidación del moderno capitalismo democrático.

Respecto a la importancia del archivo en disputa, la CNT quiso salvarlo de la represión franquista para poder legarlo a las generaciones futuras, de tal forma que pudiéramos contar con una prueba irrefutable de que en España se desarrolló una auténtica Revolución Social cuyos logros económicos, sociales, políticos y culturales, configuraron «la más bella obra jamás creada por la humanidad», en palabras de George Orwell. 

Gran acierto de nuestros mayores adivinar el revisionismo histórico que vendría aparejado a la derrota de la Revolución; un revisionismo que, en cierto sentido, vendría dado con la aparición de las historiografías oficiales, las cuales irían construyendo hasta nuestros días un relato histórico que tergiversa, pervierte, silencia y, en definitiva, pretende erradicar de la memoria colectiva ese hito revolucionario y sus realizaciones.

La CNT alcanzó entonces una meta importante en su larga lucha, aún presente, por recuperar su patrimonio y su historia. Es por ello que la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL) se siente hoy orgullosa de salvaguardar este tesoro documental, prueba fehaciente de que el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones, no sólo es y fue posible, sino que cada día es más urgente y necesario.