DOCUMENTO DEL MES

Así venceremos

entrada teatro colectivizado CNT-UGT

Así venceremos fue un documental de 40 minutos producido por el SUICEP (Sindicato Único de la Industria Cinematográfica y Espectáculos Públicos) de orientación confederal aunque dependiente del Ministerio de Propaganda e Instrucción Pública. Se realizó en el año 1937, fue dirigido por Fernando Roldán sobre una idea original de Manuel Lara y, desgraciadamente, a día de hoy no existe ninguna copia del documental que se haya conservado.

En el momento en que el pueblo en armas frenó el golpe militar en julio de 1936, organizaciones anarcosindicalistas tomaron las riendas de sus vidas a todos los niveles en los que una sociedad debe emanciparse, incluido el aspecto cultural. Se colectivizó la industria del espectáculo y una buena parte de ella era referida a la producción cinematográfica, que quedó organizada mayoritariamente por la CNT y sus trabajadores. Fue un periodo muy prolífico en películas de ficción y sobre todo otras de carácter documental que pretendían reflejar los sucesos de la guerra contra el fascismo y el nuevo mundo que estaba naciendo como consecuencia de la Revolución.

«Las organizaciones anarquistas sabían que en los tiempos que corrían era muy importante dejar documentado gráficamente para el futuro todo lo que estaba sucediendo, pues era un hito histórico proletario en España sin precedentes»

Las organizaciones anarquistas sabían que en los tiempos que corrían era muy importante dejar documentado gráficamente para el futuro todo lo que estaba sucediendo, pues era un hito histórico proletario en España sin precedentes. Se articuló de manera inmediata toda una organización de filmación y fotografía que asumiera la responsabilidad de recoger todo el material posible para la posteridad. Esta idea se encontraba muy vinculada a una propuesta de propaganda cultural y lúdica, que rápidamente dio rienda suelta a una producción creativa muy enriquecedora con una finalidad pedagógica. Los anarquistas en aquella época se caracterizaron por ser pioneros en la utilización de tecnologías avanzadas y utilizarlas con fines propagandísticos de las ideas proletarias. Los inventos y la ciencia de última generación al servicio de las clases populares, una inquietud por la vanguardia cultural en todos sus aspectos, una constante búsqueda de nuevos horizontes que atraía a muchas personas consideradas anarquistas al mundo del cine.

De la misma manera, la producción de esta industria del cine se realizaba en un ambiente de horizontalidad y apoyo mutuo, cada quién en su función técnica aportaba su granito de arena en la creación de obras cinematográficas de ficción y documentales, donde no solo se reflejaba la ideología libertaria, sino que se actuaba muy libertariamente en su producción. Esta cinematografía socializada pasó por varias etapas insertas en la misma cronología de la guerra y las dinámicas de tensión política internas. Inicialmente el estallido revolucionario dejó en manos de los trabajadores de la industria del espectáculo una gran cantidad de materiales técnicos, estudios de filmación, e infraestructuras con las que contaban ahora para narrar esa revolución en el cine.

«La eclosión inicial del cine anarquista entre 1936-1938 se organizó sobre producciones entre la ficción y el documental, que trataban de reflejar dramas de carácter social, en torno a temáticas como la pobreza, el divorcio o la prostitución».

Anteriormente la industria cinematográfica había estado en los años 30 en manos de iniciativas privadas con fines capitalistas exclusivamente, con poco o nulo apoyo por parte de la administración estatal republicana pese a la tendencia social progresista en ese sentido. La eclosión inicial del cine anarquista entre 1936-1938 se organizó sobre producciones entre la ficción y el documental, que trataban de reflejar dramas de carácter social, en torno a temáticas como la pobreza, el divorcio o la prostitución. La creación del SIE Films (Sindicato de Industria del Espectáculo) supone la consolidación de esa industria cinematográfica didáctica en mitad de la guerra que dio lugar a la creación de un Cinema Social o el Hollywood anarquista, principalmente en la ciudad de Barcelona que colectivizó la totalidad de la industria, pero también muy prolífico en Madrid. La colectivización del cine supuso considerarlo un bien cultural de toda la sociedad, y por lo tanto convertirlo en una actividad gratuita para las clases populares en muchos casos.

Algunas de las películas más reconocibles de aquella época fueron: Carne de fieras, Aurora de esperanza, Barrios bajos, Nuestro culpable o La última.

Son pocos las obras fílmicas que aún se conservan en comparación con la gran producción cinematográfica que hubo en apenas esos dos años de intensa actividad, pero consiguen poner en valor el cine como fuente de estudio histórico y de nuestra memoria libertaria.

Ángel Malatesta. Historiador.

«Así venceremos». Ficha catalográfica del cartel. Archivo Fundación Anselmo Lorenzo.