DOCUMENTO DEL MES
septiembre 2021

Entre la revolución y las trincheras

entrada teatro colectivizado CNT-UGT

Ediciones Tierra y Libertad en el año 1946 quiso «rendir un nuevo y modesto homenaje al hermano caído en la pelea», con esta recopilación de nueve artículos publicados originariamente en el periódico Guerra di Classe (1).

«No es nuevo el título de nuestro periódico. Nuestro pensamiento se ha renovado, ampliado en perspectiva, madurado en inducción (…) ¿El programa de nuestro periódico? Contribuir a oponer a la Santa Alianza la agitación popular internacional en favor de la España Republicana. Ilustrar las conquistas sociales de la Revolución Española. Defender el anarquismo contra difamaciones idiotas. Contribuir a extraer de la experiencia que tenemos bajo los ojos (…) útiles lecciones para la revolución italiana. Continuar nuestra propaganda y coordinar nuestra fuerza».

Camillo Berneri nació en el seno de una familia de intelectuales de clase media. Se doctoró en Filosofía y Letras por la Universidad de Florencia. Cuenta entre sus maestros a grandes del pensamiento como Errico Malatesta o Luigi Fabbri. Escritor incansable, priorizó su compromiso con la lucha antifascista y la necesidad de la acción directa sobre su verdadera vocación como filósofo, historiador y maestro, que solo pudo ejercer de manera intermitente. Desde 1928, tras huir de Italia, fue expulsado de Suiza, Alemania, Bélgica, Holanda, Francia, Luxemburgo, y siempre perseguido de cerca por el fascismo, lo que le lleva a militar en la clandestinidad gran parte de su vida.

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«Abandoné el Movimiento Socialista porque me tildaban de anarquista, incorporado al movimiento anarquista he conquistado fama de republicano federalista. De lo que no cabe duda es que soy un anarquista “sui generis”, tolerado por los compañeros a causa de mi actividad, pero comprendido y secundado por muy pocos» (carta a Libero Battisteli, ca.1929).

En 1936, Camillo Berneri, junto con otros voluntarios italianos, esperanzados por el proyecto revolucionario ibérico, no dudaron en cruzar la frontera y constituir dos batallones (el Matteotti y el Batallón Internacional) integrados en la Columna Ascaso. En octubre escribe: «En España no es suficiente el dar la sangre y la vida por la lucha antifascista. Es necesario pensar que el resplandor del incendio español atraerá los espíritus y los corazones de todos los revolucionarios del mundo, pues se ha iniciado aquí una lucha de tipo mundial en el orden de las repercusiones que esta tendrá en el porvenir» (Levando anclas)

Teórico anarquista fuertemente crítico con las posturas dogmáticas ajenas a los problemas reales del proletariado. Argumentó la necesidad de un “programa político” que estructurara la puesta en práctica de la Revolución y que, para Berneri, daría como resultado un modelo de organización de los territorios construido sobre tres pilares básicos: colectivismo, sindicalismo y municipalismo.

Cipirano Mera, recogido en el libro Crónicas del frente de Madrid

«Por anarquismo crítico entiendo un anarquismo que, sin llegar al escepticismo, no se contente con las verdades adquiridas, con las fórmulas simplistas, un anarquismo a la vez idealista y realista, un anarquismo, en suma, que injerte verdades nuevas en el tronco de sus verdades fundamentales, sabiendo podar las ramas caducas» (extraído de Un federalista ruso: Pietro Kropotkin, 1925).

El folleto que presentamos recoge varias de sus reflexiones sobre el marxismo y su modelo de estado, parafraseando y cuestionando las fórmulas leninistas. Denuncia la corrupción bolchevique (como ya lo hiciera Ángel Pestaña trece años atrás), o lo que significó la exclusión de los anarquistas en el seno de la Internacional: «el triunfo del posibilismo, del oportunismo, del cretinismo parlamentario y del ministerialismo».  Es grato apreciar su gran conocimiento del proceso revolucionario español dentro del contexto de la geopolítica internacional; las alusiones al «comité de no-intervención» formado por las llamadas potencias democráticas y sus «planes de control» y a los manejos diplomáticos del gobierno republicano respecto de Marruecos y Portugal. Desde su ardua experiencia como militante antifascista en Italia avisa de que «Mussolini no tiene ninguna intención de renunciar a España». En el orden interno, lamenta el llamado a la militarización que, si bien considera necesaria para ganar la guerra, según se realiza constituye un atentado al control sindical de milicias al  permitir la supresión del Comité Central de Milicias y de los Comités de Obreros y Soldados. Es muy crítico con el papel y las decisiones de la CNT-FAI: denuncia el proceso de burocratización experimentado en detrimento de las bases, y en la famosa Carta abierta a Federica Montseny (abril 1937) quiere dejar patente ese distanciamiento y recordarle, a ella como señera representante de la FAI, y a los demás ministros anarquistas, la enorme responsabilidad adquirida; y «no para servir de gorro frigio a los políticos que flirtean con el enemigo o con las fuerzas de restauración de la República de todas las clases» sino para denunciar desviaciones inaceptables para el movimiento anarquista revolucionario y además llamar a las masas contra el silencio de la prensa anarquista sobre el desprestigio y las persecuciones contra los compañeros («los delitos dictatoriales de Stalin») y otras maniobras graves de sabotaje. Insiste en la necesidad de establecer puentes entre todos aquellos que son realmente antifascistas. Cuestiona, por razones psicológicas y no sólo económicas, la validez de socializar la pequeña industria en la organización de una economía de guerra, que no así para la mediana y gran industria. Alerta sobre las posturas contrarrevolucionarias de los enemigos de las colectivizaciones de la tierra o de determinadas posiciones oportunistas o simplemente posibilistas; y en lo que atañe específicamente a la guerra, llama a pasar de la defensa de posiciones a la guerra de movimiento, e insta a la construcción de una poderosa industria de aprovisionamientos bélicos a la vista de negación de ayuda del extranjero.

Alternativamente a sus críticas y denuncias, Berneri realiza diversas propuestas desde planteamientos de madurez de su pensamiento como intelectual militante y desde una visión general y un realismo encomiables.

«Conciliar la “necesidad” de la guerra, la “voluntad” de la revolución social y las “aspiraciones” del anarquismo».

Berneri escribe desde la autocrítica honesta y sin complejos. Es intransigente con la ambigüedad de los partidos llamados de izquierda, lapidario con la ingenuidad de los que exaltan al gobierno bolchevique, y no ahorra tinta cuando se trata de poner en claro el papel de la U.R.S.S. como freno al desarrollo de la revolución social. Por ello lo asesinaron, como a tantos intelectuales y referentes del anarquismo en esa modalidad siniestra de exterminio que esgrimieron a partir del golpe contrarrevolucionario de mayo de 1937.

El Movimiento Libertario en el Exilio, con encomiable honestidad, reconoce a Berneri como el visionario que fue, al constatar que los hechos sucedieron «como habían sido previstos por nuestro querido compañero».

Desde la lucidez que puede otorgar el paso del tiempo y desde el espíritu crítico, se abordan las contradicciones que hoy pueden abrirnos las puertas de nuevos horizontes de revolución social.

Silvia García Rey

Entre la revolución y las trincheras, Camilo Berneri. Tierra y Libertad. 1946. Sign.: F-264 (Biblioteca Fundación Anselmo Lorenzo). Puedes descargarlo aquí.

(1) Guerra di Classe [1]: órgano de la USI (Unione Sindicale Italiana)-AIT, que mantuvo un buen tiempo su cabecera en la edición española desde octubre de 1936, aunque formando parte de los órganos de información de la CNT-FAI.