
XLIII
«La voz, la carne sangrante de un pueblo sacrificado».
Federica MONTSENY, María Silva, La Libertaria
De madrugada, sobre las cenizas
de los muertos, en la choza
del abuelo Seisdedos, el carbonero,
María, desgarrada por la tristeza,
valiente como la roca de diamante,
envuelta en la dignidad del pueblo,
ladea los batallones de la muerte.
Atrás quedaban las sonrisas en las calles
con el pañuelo rojo y negro
sobre los hombros,
a la vez que, con la belleza de la poesía,
ondeaba la bandera de la CNT.
Ella fue feliz
en el efímero comunismo libertario.
Ese mismo día,
la libertad fue herida de muerte
en Casas Viejas,
y en el corazón de la vida.
HÉROES EN LA VIGILIA DE LA NOCHE
Recogí con pausas
los restos de una vida.
Pedazos de carne que
se resistieron al abandono.
Carne en el formol de
mi teología negra y roja.
Manos esculpiendo
sonrisas en vez de lágrimas.
Pies caminando sin
los zapatos que oprimen.
Ojos limpios de la sangre
que borbotea en la noche.
Y al alba, héroes en el silencio
en la vigilia de la noche.
Emilio Alonso, Versos rozando mar (Esstudio Ediciones. Madrid: 2018), libro a la venta en la librería de la Fundación Anselmo Lorenzo.