Moldeadoras de la Idea

 

Una exposición sobre la fundamental labor editorial de las mujeres anarquistas

Entre el 19 de marzo y el 26 de abril de 2024, la Fundación Anselmo Lorenzo acogió en su sede madrileña de la calle Peñuelas número 41 la exposición Moldeadoras de la Idea: mujeres en la cultura impresa anarquista. Si los anarquistas de todo tiempo y de todo lugar consiguieron, con medios precarios, poner en circulación una vasta cultura impresa de todas las temáticas, las que escriben, curadoras de esta exposición, hemos querido impulsar la investigación y la divulgación del importante rol que les cupo a muchas mujeres en esta proeza. Los fondos bibliográficos, hemerográficos y fotográficos de la Fundación, su apuesta por el proyecto, el enorme trabajo realizado por el personal del archivo y de la biblioteca nos han permitido rastrear las huellas de una labor editorial en femenino que, aunque dejó un registro documental difuso u opaco, hoy sabemos fue fundamental. No se ha tratado, solo, de un ejercicio de reparación histórica, muy necesario, por cierto, porque es preciso situar a estas mujeres en las genealogías de las luchas por la emancipación femenina de todos sus contextos de movilización. Se ha intentado, más bien, volver a pensar la labor editorial anarquista en clave de género: ¿qué rol les cupo a hombres y mujeres en la edición de periódicos, libros y folletos, en todas sus fases, las de elaboración, traducción, reproducción, distribución y recepción de los materiales? Estas mujeres agregaron, a las generales dificultades económicas y represivas de la edición, su ruptura con los roles tradicionales de género o la dificultad para conciliar responsabilidades familiares y militancia política. ¿Se evidencian diferencias en la forma de encarar la tarea, en las formas de movilización de recursos, en las temáticas abordadas, en las conexiones y solidaridades del circuito editor en femenino? ¿Se puede indagar en el hecho de que ellas, como editoras, pero también como lectoras, han impulsado algunos de los rasgos de la impresión anarquista?

El recorrido por los ocho expositores que componían la exposición así lo propuso. El primero de ellos puso de relieve que la defensa de los derechos de la mujer, en gran medida vinculada, en línea de conexión directa con los movimientos románticos del siglo XIX, con la emancipación sexual, la salud reproductiva, el neomalthusianismo y el control de la natalidad, fue troncal en el movimiento editorial anarquista. Se exhibieron, entre otros, materiales salidos de editoriales especializadas en la temática: Biblioteca Salud y Fuerza, Barcelona (1906-1913); Generación Consciente, Alcoy (1923-1926); Estudios, Valencia (1927-1937). Las ideas en pro de la emancipación femenina estaban muy presentes. Sin embargo, las mujeres anarquistas sintieron repetidamente, en distintos momentos y lugares, la necesidad de generar cabeceras propias. En otro de los exhibidores de la exposición establecimos ese rasgo del movimiento editorial anarquista en femenino, mostrando un facsimilar del primero de estos periódicos, La Voz de la Mujer (Buenos Aires, 1896-1897), junto al original de un ajado (o más bien recortado, manipulado, leído in extenso) número 11 de Mujeres Libres (Madrid-Barcelona, 1936-1938) que se conserva en el Fondo Suceso Portales de la Fundación. La socióloga argentina Laura Fernández Cordero explica, en uno de los textos que acompañan al catálogo de esta exposición[1], que los periódicos anarquistas escritos y dirigidos exclusivamente por mujeres tuvieron que asumir, en algún momento, una postura defensiva ante los ataques de algunos compañeros. Se las acusaba de desviar la atención de las luchas o de malgastar tiempo y recursos. Lejos de esto, ellas tomaron la palabra en primera persona y fue esa voz propia la que se confundió con un tono beligerante. Siendo esta una problemática que se repite en el tiempo y en el espacio, en el camino, las mujeres editoras de periódicos emprendieron una labor que reforzó su trabajo colectivo y acabó situándolas en todos los eslabones de la cadena del circuito editorial anarquista.

De este modo, otro de los expositores estuvo dedicado a la labor de dos fotógrafas al servicio de las Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI de Barcelona entre 1936 y 1938: Margaret Michaelis y Kati Horna. De origen austriaco y húngaro, respectivamente, son un buen ejemplo de la presencia de voluntarias extranjeras, exiliadas antifascistas muchas de ellas, en el frente, en la retaguardia republicanas y, especialmente, en la propaganda realizada en aquella Babel anarquista que fue “la casa CNT” de la vía Durruti número 32 (hoy Layetana). Algunas de las fotografías originales que se recogieron en la muestra fueron utilizadas en los álbumes 19 de Julio 1936 España y ¿España? Un libro de imágenes sobre cuentos y calumnias fascistas (Barcelona, Oficinas de Propaganda CNT-FAI, 1936 y 1938, respectivamente), así como en la revista Umbral, editada primero en Valencia y después en Barcelona (1937-1939). Kati Horna fue la editora gráfica del segundo de los álbumes y de Umbral.

Otros expositores rescataron retratos de anarquistas que, como Etta Federn o Rosa Zimermann, realizaron otro tipo de traducciones complementarias a las que hicieron las fotografías de Michaelis o de Horna, también para las Oficinas de Propaganda, en los boletines de prensa, en la radio, en los periódicos, en todos los lugares donde fuera posible. Es este otro aspecto que intentamos rescatar en la exposición: tradicionalmente considerada una tarea secundaria, y por eso muchas veces feminizada, la traducción lingüística fue una labor fundamental de la edición anarquista que se debe poner de relieve. Anonimia y seudonimia ocultaron el protagonismo histórico de muchas traductoras, invisibles en la mayoría de casos. Ser las “compañeras de” primeras figuras de la edición anarquista como Federico Urales las sumió también en la penumbra. Es conocido el papel de Soledad Gustavo en todos los proyectos propagandísticos de la familia Mañé-Urales, que ella sostuvo materialmente en gran parte gracias a su labor como traductora en editoriales comerciales como la valenciana Sempere y la barcelonesa Maucci. Gracias a la colaboración de muchos investigadores e investigadoras, la mayoría de los cuales participaron del Congreso Internacional “Editoras y Traductoras más allá de las fronteras: mujeres en la cultura impresa transnacional anarquista (1890-1939)” (Universidad Carlos III de Madrid y Universitat Oberta de Catalunya, Madrid, 19 a 21 de marzo de 2024) en el marco del cual se impulsó la exposición, hemos podido rescatar la efigie y la labor de otras “compañeras”: Mabel Holland Thomas (“de” Jean Grave), Marie Goldsmith (amiga y traductora de Piotr Kropotkin) o Carmen Paredes (“de” Hermoso Plaja) son buenos ejemplos. En el mismo sentido, en otro expositor que titulamos “Manos a la obra”, seleccionamos fotografías en las que aparecen mujeres todavía sin identificar trabajando en las Oficinas de Propaganda o en los comités, junto a máquinas de escribir o linotipos. Rostros todavía sin nombre. Nombres propios en forma de listado inconcluso como el que aparece en uno de los paneles que acompañaron la exposición. Ecos todos de un proceso mucho más amplio cuyas implicaciones están todavía por delimitar.

De ahí la importancia de rastrear esta temática a través de la materialidad del libro y del periódico. Las llamativas tapas rojas de El abogado del obrero [1932] destacaron en otro de los expositores, sin ninguna mención a la labor de Ana Villalobos, quien estuvo junto a José Sánchez Rosa gestionando la Biblioteca del Obrero de Sevilla y la anexa escuela racionalista durante más de veinte años. Aparecieron aquí también destellos de la labor cultural de Isabel Pereyra Dagedo. Su ingente labor editorial en el agro andaluz en las colecciones de folletos Alas (Castro del Río, Córdoba, 1915), Los Nuestros (Montejaque, Ronda, Málaga, 1917) y Prometeo (Algeciras, Cádiz, 1920) no tiene, todavía, rastreo bibliográfico, pero sí su labor como escritora: véase su cuento Morbo y Plétora [c. 1927] en el mismo expositor, así como las huellas del amplio proyecto editorial de Mujeres Libres. Es decir, las mujeres editaron libros y folletos, en los grupos de propaganda, en los núcleos familiares, en proyectos propios que las conectaron entre sí y enriquecieron sus comunidades lectoras. En el mismo sentido, otro expositor, el último en esta relación somera, se dedicó a la labor cultural de mujeres anarquistas más allá del pensamiento libertario, destacando por su labor como correctoras, redactoras o traductoras, reporteras de guerra, novelistas, lo cual no pasó desapercibido para las editoriales de gran difusión comercial.

Moldeadoras de la Idea buscó la apertura de nuevos frentes de análisis y estudio en torno a las culturas impresas anarquistas. Visibilizó espacios, proyectos y mujeres que, por diversas razones, por lo general, habían estado desconectados del análisis historiográfico de las diversas y ricas expresiones de las culturas libertarias florecidas en diferentes lugares y épocas. Esperamos que este ejercicio de conexión siga siendo fructífero.

Lucía Campanella, María Migueláñez y Jordi Maíz

[1] Lucia Campanella, María Migueláñez y Jordi Maíz (eds.), Moldeadores de la Idea: mujeres en la cultura impresa anarquista, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 2024. El libro recoge las piezas que se exhibieron agrupadas en ocho capítulos que analizan distintos aspectos de la cultura impresa anarquista en femenino, a cargo de especialistas en el tema: Ignacio C. Soriano, Laura Fernández Cordero, Alejandro Civantos Urrutia, Marianne Enckell, Rita Filanti y las tres editoras.

Precio 16,00