Perspectivas antidesarrollistas

Miquel Amorós
Vari@s editores, 2011
196 págs. Rústica 20×13 cm
ISBN 9788461471669

Precio 8,00 

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En libro Perspectivas antidesarrollistas se agrupan textos reducidos por Miquel Amorós entre mayo del 2009 y diciembre del 2010, junto con algunos anteriores que les han servido de preámbulo, resultado todos ellos del trabajo de agitación a que desde hace años se viene dedicando su autor. Muchos han sido discutidos en charlas celebradas en ateneos, okupas librerías militantes, jornadas y encuentros anarquistas y antidesarrollistas… otros, publicados en folletos y revistas libertarias, antiindustriales, surrealistas… la mayoría, referidos conscientemente a personas y grupos determinados en sus correspondientes contextos de lucha. Así que, en gran medida, son fruto del debate colectivo. Exponen «las líneas maestras por donde discurre la crítica real del capitalismo en sus últimas fases», aplicadas a situaciones concretas.
Mientras la cuestión social, que ponía en evidencia la necesidad de la revolución, aclaraba las condiciones que la hacían posible y descubría a sus enemigos, se planteó partiendo de la explotación de los trabajadores, «la crítica social fue ante todo crítica de la sociedad de clases y del Estado». En la fase totalitaria actual del régimen capitalista de dominación y explotación, el antagonismo social decisivo surge de la mercantilización de todos los aspectos de la vida y de la explotación del territorio entendido como «unidad entre espacio e historia, lugar y habitante, geografía y cultura».
La perspectiva antidesarrollista es «crítica de la sociedad de masas y de la idea de progreso». No rechaza la crítica anterior, la amplía y prolonga, «englobando hechos nuevos como el consumismo, la polución, la autonomía de la tecnociencia y el totalitarismo de apariencia democrática». Como nace de la voluntad consciente de emplear las energías del conflicto en la lucha por la libertad, se enfrenta abiertamente, en cambio, a las ideologías falsamente críticas, anticuadas o novedosas, que pululan en la «zona gris» del colaboracionismo intentando recuperar esas energías para el sistema totalitario.