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Arte; una alternativa hacia la libertad

En portada, de izquierda a derecha y de arriba abajo:

    Obra de la serie Los políticos, Julián Pacheco
    Autorretrato de Helios Gómez
    Paisaje provenzal, Alfred Levitt

A la vuelta y en el mismo orden:

    Otra vez en pie la C.N.T., serigrafía de Julián Pacheco
    Fisherman´s Cave, acuarela de Alfred Levitt
    Pacheco en su casa de Arcos de la Cantera (Cuenca), junto a su obra preferida.

Sumario:

Editorial. Julián Pacheco, el arte provo.
Donaciones culturales.
La biblioteca de Progreso Fernández, una joya en la Fundación.
Investiga, que estimula.
La selecta biblioteca anarquista de Fernanado Serrano y Pilar. Los tiempos de libertad.
La videoteca de Miguel Bilbatúa. Boletín de inscripción.Oferta especial.Boletín de pedido.
Donaciones económicas a la Fundación desde enero a diciembre de 1998. Garrote vil para dos inocentes, el caso Delgado-Granado.
Durruti. en la Revolución española (video). La guerra civil en Extremadura.
Anarquismo básico. Habla la anarquía. Lo que la historia oficial ha callado.
Dos nuevos Testimonios Trescientos hombres y yo. Estampa de una revolución.
Veinte años de prisión: los anarquistas en las cárceles de Franco.
Actualización del catálogo de abril de 1998.
Guerre d´Espagne (álbum fotográfico) Murió el compañero Ángel Urzáiz.
Comunicación, poder y cultura. Un gijonés infiltrado en las filas de Pinochet (vídeo).
Helios Gómez y Margaret Michaelis, dos artistas anarquistas recuperados del olvido. Los otros.
La pasión estética y vital de Alfred Levitt. Educación y Biblioteca

Organo difusor de la
Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo.
Paseo Alberto Palacios nº 2, 28021 Madrid. Tel: 91-797 04 24.
Fax: 91-505 21 83.

EDITORIAL

Una vez más, queridos compañeros, estamos en la calle con este boletín para contaros nuevas cosas. Ha transcurrido casi un año desde la edición del número anterior, tiempo suficiente para contar muchas de las actividades y tareas realizadas en la Fundación. Pero siempre enfrentados a la limitación del dichoso tiempo. Es tal el cúmulo de tareas que tenemos pendientes que quizás alguno piense en la irresponsabilidad de los miembros de este Centro. Mas con la máxima urgencia que podemos tramitamos las diversas demandas que nos llegan, aunque exista quien pueda pensar que somos lentos. Vamos a hacer un breve repaso y a explicar en qué situación nos encontramos para que se pueda entender.
    Va a hacer pronto ocho años que un grupo de compañeros emprendimos de forma más constante y asidua el relanzar el proyecto de la FAL. Para que podamos hacernos una idea, partíamos entonces con una pequeña agenda donde figuraban a todo lo más veinticinco o treinta direcciones con las que ponernos en contacto. En los momentos en los que se escribe este texto contamos con un programa de gestión de base de datos en el que tenemos incluidas 2.135 direcciones, algunas de las cuales son de ateneos, sindicatos, colectivos, etc., por lo que el número de personas a las que llegamos es muy superior. Sin contar con la actividad editorial, la catalogación de monografías, folletos, cintas de vídeo, y otras numerosas tareas que tenemos en proyecto realizar y que, por razones obvias, aún no hemos emprendido, cualquiera puede comprender el maremágnum en el que nos encontramos. Cada vez más, estudiantes e investigadores solicitan con más frecuencia información sobre diversos temas que desean abordar desde una óptica libertaria. Otras veces son los medios de comunicación, la industria del cine o los distintos entes de televisión los que demandan material o información para realizar un trabajo. Actualmente, atender debidamente esta actividad nos imposibilita seguir las múltiples tareas pendientes, algunas de iniciar y otras de desarrollar. Y nos encontramos en la siguiente tesitura: si atendemos las demandas de datos que nos solicitan, nos encontramos, en determinadas ocasiones, con que no aparecen ciertos documentos de determinado tema o autor, que sospechamos que fácilmente pueden estar entre el material aún sin catalogar (situación frustrante); por contra, si seguimos el proceso de catalogación no disponemos de tiempo para atender adecuadamente las peticiones que los investigadores solicitan (situación también frustrante). Esto es sólo por mencionar los libros de la biblioteca, que por suerte es uno de los trabajos que más avanzado tenemos. Si hablamos de las fotografías, carteles, pegatinas, comunicados, etc., sobre los que ni siguiera se ha empezado a trabajar metódicamente, entonces el documento es inencontrable y la situación ya no es sólo frustrante sino que para cualquier persona sensible que conozca el incalculable valor que encierran los documentos de la Fundación (a veces únicos porque no los tiene ningún otro centro documental), pues llegamos a situaciones de impotencia y de tragedia.
    No pretendemos ser catastrofistas. En el transcurso de estos ocho años nos hemos ido encontrando con situaciones que nos imposibilitaban seguir al ritmo que deseábamos, quizás un tanto pretencioso o ambiciosopara los escasos medios con los que contamos, pero de una u otra manera, siempre contando con la imaginación y la voluntad, hemos seguido creciendo y ampliando el resultado de nuestro trabajo.
    En estos momentos volvemos a encontrarnos en una situación crítica por la envergadura que ha tomado la Fundación, y estamos en un proceso de cuestionamiento para hacer frente no sólo al trabajo que tenemos pendiente y que nos desborda por doquier, sino que además pretendemos seguir creciendo y atendiendo a la ascendente y considerable demanda de literatura libertaria que existe.

Con esta situación, esperamos que algunos compañeros también comprendan su omisión en este boletín pese a la ayuda prestada u ofrecida a la FAL. Son, como es fácil de imaginar, muchas las personas que de una u otra manera hacen posible este ingente proyecto que tenemos en marcha, y sin cuya colaboración, por mucha imaginación y voluntad que tuviéramos unos cuantos, no seríamos capaces de realizar.
    El Bicel, como decíamos al principio, debe salir con una periodicidad más breve. No obstante, gracias a que cada vez más los libros que editamos suelen ser reseñados en la prensa (El Mundo, Diario 16, Ajoblanco...) conseguimos alcanzar una de nuestras pretensiones: que en la sociedad en general se conozcan las publicaciones libertarias.
    En el mundo del cine, en la última película en la que hemos colaborado con material para el rodaje es la de Mercero La hora de los valientes, donde entre los créditos figura la Fundación. Lamentablemente no hacemos ningún comentario porque aún no la hemos visto. Sólo conocemos algo el guión y sabemos que está ambientada en la época de la Guerra Civil y que el protagonista es un anarquista de la FAI.
    Como desde abril del 98, fecha de publicación del último catálogo de la Fundación, hemos editado nuevos libros y además lo hemos ampliado con títulos de otras editoriales que tratan el anarquismo, en una página indicamos títulos, autores y precio para todo aquel que desee pedirlo a la Fundación.
    Finalmente, pedir disculpas por todas aquellas cosas que nos dejamos en el tintero. No podemos incluir en este pequeño boletín todo. Y esperamos que con la voluntad de crear, en un futuro próximo contemos con infraestructura, medios económicos, recursos técnicos y humanos para hacer posible esta gran y apasionante tarea que nos hemos empeñado en realizar.

Saludos libertarios

DONACIONES CULTURALES

La biblioteca de Progreso Fernández, una joya en la fundación

El domingo día 7 de junio, dos compañeros de la Fundación nos desplazamos a Valencia a recoger la biblioteca del compañero Progreso Fernández, fallecido en mayo del 96 a la edad de casi 99 años. Sus hijas, Libertad y Armonía, cumpliendo la voluntad de su padre de que la biblioteca tuviera como destino la Fundación, hicieron las gestiones para que los libros vinieran a las estanterías de la FAL.

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Parte de los libros donados por Progreso Fernández

      Antonio Fernández Bailén, nombre que más tarde cambió por el de Progreso, nació a finales del pasado siglo. Desde muy joven fue un activo militante, y tuvo que exiliarse a Francia para eludir el servicio militar. Su actitud antimilitarista fue permanente a lo largo de toda su vida, incluso en los momentos más difíciles. Su avidez por la lectura también fue muy temprana. Siempre pendiente de que salieran los fascículos por entrega, cada semana Progreso estaba impaciente por conseguir el número correspondiente, que entonces costaba unos céntimos o unos reales. Bibliófilo, amante de la lectura, consideraba la sabiduría y el conocimiento como indispensables para la emancipación humana.
    Uno de los fundadores de la FAI, durante una entrevista que le hicimos a finales de julio del 94, nos manifestó que la primera reunión que se celebró para su creación no se llevó a cabo (como han escrito numerosos historiadores, incluidos algunos de nuestros medios, como Gómez Casas) en la playa valenciana del Cabañal, sino en las afueras de Patraix, barrio de la capital levantiva, lugar donde había un manicomio. En la casa de la compañera Aurora López, en un amplio corral, tuvo lugar el encuentro. Acudieron delegaciones de todos los rincones de la Península, y las que no pudieron asistir enviaron su adhesión. La segunda reunión se celebró en la aldea del Saler, a orillas del Mediterráneo. Pocos años después, ya establecida la II República, una serie de compañeros fueron deportados; Progreso, al Sahara. Durante la Guerra, habiendo regresado de la deportación, se dedicó a la enseñanza, una enseñanza anticlasista.
    Poco antes de cargar en la furgoneta las veintidós cajas con los libros, estuvimos conversando con Libertad y Armonía, que nos comentaron algunas anécdotas de la vida de su padre durante el franquismo. Como teníamos curiosidad por saber si habían tenido algún problema por el nombre que les habían puesto, nos comentaron que sí. Cuando Progreso tuvo que solicitar una partida de nacimiento de Armonía, el funcionario de turno, propio de la época, se negó a extender el certificado de un nombre que no existía en el santoral. Los lógicos y buenos razonamientos de una persona culta como Progreso, anarquista y ateo, no pudieron prosperar ante la sinrazón del funcionario, que seguía empeñado en extender el dichoso certificado a nombre de Montserrat, nombre del santoral del día en el que nació Armonía. Aunque aquel día se vino sin la partida de nacimiento, posteriores intervenciones jurídicas (Progreso era un hombre obstinado en conseguir lo que deseaba si él lo consideraba justo), alcanzaron lo razonable: la partida de nacimiento a nombre de Armonía.
    Entre los numerosos libros que nos han entregado es difícil de resaltar alguno, todos son joyas, pero especialmente podríamos citar el que fuera traducido y prologado por Anselmo Lorenzo, y publicado a principios de siglo en Valencia por la editorial Sempere, Historia de la ideas morales. Las grandes épocas hasta el siglo XIX, de Paúl Guille. Es un manifiesto deseo de la FAL que estén todas las obras escritas y traducidas por el compañero Anselmo Lorenzo en nuestra biblioteca, y poco a poco lo vamos consiguiendo. Progreso, además de amar la lectura, amaba tanto los libros que con grandes esfuerzos fue, a lo largo de toda su vida, encuadernando los libros que no tenían buena cubierta. Su deseo era que perduraran en el tiempo para que siguieran siendo semillas de libertad. Cada libro invita a la reflexión para conocer esta sociedad y para poder caminar hacia un mundo más justo, solidario, sabio y libre. No puede haber emancipación sin sabiduría. En la Fundación serán de utilidad para seguir el deseo de Progreso; no producir seres "clonados", como puede venir haciendo la televisión, sino personas que piensen. La lectura es un camino de libertad.
    Hace unos años, cuando aún contábamos con pocos documentos, era una gran ilusión para nosotros el ir a recoger las bibliotecas y hemerotecas que nos ofrecían los compañeros e ir llenando las salas habilitadas para este fin. Ahora, cuando nos llaman, la ilusión permanece pero surgen más inquietudes, preocupaciones e inconvenientes, que las propias de los inicios. La Fundación ha crecido y empezamos a tener problemas de espacio. La conservación del documento, sobre todo la que está en soporte de papel o celuloide, es muy delicada: la luz, el calor y la humedad son tan enemigos del papel como el anarquismo del Estado. La posible salida, que era ampliar y acondicionar adecuadamente otros espacios en el edificio de Villaverde, que es donde está ubicada la Fundación, se va a demorar. Una serie de grietas en la estructura nos impiden, con la celeridad y economía que deseamos, el habilitar un espacio adecuado para la acogida de estos tan queridos documentos históricos del anarquismo; textos para no olvidar, por mucho que la historia oficial se empeñe en hacerlo. La otra posibilidad, la de trasladarnos a un edificio más céntrico y adecuado de la ciudad, tampoco, al menos de momento, ha prosperado.
    Aún con todos estos inconvenientes, el ánimo de los compañeros es el de seguir adelante y que la Fundación sea el centro que todos deseamos.
    Muchas gracias a Armonía y Libertad por haber hecho realidad la voluntad de su padre. Por nuestra parte sólo queda que el sueño de Progreso se haga realidad: que estas semillas de libertad sigan germinando en nuevos lectores.

Manuel Carlos García

La selecta biblioteca anarquista de Fernando Serrano y Pilar

El día 31 de agosto nos desplazamos a casa de Fernando Serrano Usón y de su compañera Pilar dos miembros de la Fundación para recoger la biblioteca que deseaban donar. Días antes, Fernando y Pilar, que viven en Castellón, nos llamaron por teléfono para ofrecernos sus libros y otros documentos de gran valor para la historia libertaria.
    La selecta biblioteca que nos entregaron es el fruto de cuarenta años recorriendo librerías de antiguo buscando las maravillosas y geniales obras clásicas de la literatura libertaria. Además, nos entregaron dos aparentes relojes de cadena bajo los que se escondían sellos de CNT y de FAI. La imaginación no podía faltar. Corrían tiempos difíciles; en la época franquista, caer en manos de la policía con estos sellos suponía años de prisión.

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Fernando Serrano Usón, su compañera Pilar e Ignacio Soriano                                                                                                            durante la entrevista realizada en su casa

Fernando y Pilar se vincularon muy pronto a las JJ.LL. de Zaragoza, donde habían nacido. Como esta ciudad fue dominada desde el principio de la Guerra Civil por los militares fascistas sublevados, Fernando tuvo que cruzar las trincheras y unirse a los compañeros que luchaban contra el fascismo. Al concluir la contienda es apresado y obligado a hacer el servicio militar hasta el año 45. Durante el franquismo actuó en la clandestinidad en diversas provincias; con suerte de no ser nunca detenido, quizás por el trabajo que realizaba para La Gaceta, que le permitía pasar desapercibido en sus viajes por la Península sin levantar sospechas.
    En total son ocho las cajas que nos entregaron con todo el material: libros, folletos, periódicos, fotografías, bolígrafos con las siglas de CNT, SIA... Hasta el momento en el que esté finalizada la catalogación de esta biblioteca, deseamos citar algunas de las obras, muy difíciles de localizar y que cuando se encuentran los libreros suelen pedir precios poco asequibles. En general, los ejemplares, pese a la antigüedad (algunos son de mediados del siglo pasado), están bien conservados y cuidados, contando algunos de ellos con una magnífica encuadernación; propio de los buenos bibliófilos.


Libros traducidos por Anselmo Lorenzo:
    Grave, Juan: Tierra libre, Buenos Aires, B. Fuello, [¿posterior a 1920?].
    Reclus, Eliseo: El hombre y la tierra, (rev. Odón de Buen), 6 vols., Barcelona, Maucci, [¿posterior a 1910?].

También de la editorial Maucci:
    Kropotkin, Pedro: Ética. Origen y evolución de la moral, (trad. Nicolás Tasin), Barcelona, [¿posterior a 1922?].

Ejemplares de Cuadernos de Cultura, de publicación quincenal, que se editaban en Valencia en la década del 30:
    Luaces, Juan G.: La dramática vida de Miguel Bakunin.
    Montero Díaz, Santiago: Fascismo.

De la serie Los Pequeños Grandes Libros, que publicó Atlante en Barcelona y Granada:
    Grave, Juan: Educación burguesa y educación libertaria.
    Kropotkin, Pedro: El Estado.
    - Un siglo de espera.
    Malato, Carlos: Desenvolvimiento de la humanidad.

Del pionero anarquista francés, Proudhon:
    El Estado. La dignidad, Valencia, Sempere, s. a.

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Donación de Fernando Serrano Usón


    Los Evangelios, Madrid, Galería Popular, 1869.
    La pornocracia o La mujer en nuestros tiempos, (trad. Amancio Peratoner), Barcelona, Felipe N. Curriols, 1892.

No podemos dejar de citar algunos títulos de las ediciones de la Biblioteca de la Revista Blanca, que fue tan popular en su época:
    Urales, Federico: El último Quijote.
    - Mi don Juan.
    - Evolución de la filosofía en España.
    Nettlau, Max: Eliseo Reclus. La vida de un sabio justo y rebelde, (trad. de V. Orobón Fernández), 2 vols.

Otra biografía realizada por Nettlau:
    Errico Malatesta. la vida de un anarquista, (trad. del alemán de D. A. de Santillán), Buenos Aires, La Protesta, 1923 (Pensadores y Propagandistas del Anarquismo).

Uno de los libros más antiguos que hemos recibido:
    Cabet, M.: Viaje por Icaria, (trad. Francisco J. Orellana), Barcelona, Imprenta y Librería Oriental, 1848 (2.ª ed.)

Otros clásicos españoles que influyeron mucho en el mundo social:
    Costa, Joaquín: Colectivismo agrario en España, Madrid, Imprenta de San Francisco de Sales, 1898.
    Pi y Margall [Francisco]: La federación, Madrid, Imprenta de Enrique Vicente, 1880.
No podían faltar publicaciones de La Escuela Moderna:
    Recapitulación de pensamientos antimilitaristas, Barcelona, 1903.
    Spencer, H.: Creación y evolución, (Biblioteca Popular: Los Grandes Pensadores).

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Fernando Serrano Usón e Ignacio Soriano durante la
entrega de la biblioteca



Obras colectivas:
    Historia universal del proletariado, 2 vols., Barcelona, Publicaciones Mundial, s. a.



Libros curiosos, como los pequeños ejemplares publicados en el exilio por Pulgón con destino a la Península, que bajo la cubierta del libro aparentemente del Movimiento Nacional se escondía una denuncia a la situación española. De nuevo la imaginación tenía que estar en marcha por las condiciones en las que se vivió durante la dictadura:
    Páginas del Quijote.
    Díaz del Pulgar, E.: Mensaje a los españoles dignos (en cubierta: El cardenal Segura y el Caudillo)
    Sertorio: La undécima cruzada


    Desde estas páginas deseamos agradecerles a Pilar y a Fernando la donación de estas obras que serán de gran interés y utilidad para todos aquellos que deseen consultarlas en la Fundación.

Manuel Carlos García

La videoteca de Miguel Bilbatúa

En numerosas ocasiones las páginas de este boletín se han hecho eco de donaciones de bibliotecas y hemerotecas. En esta ocasión nos han entregado la colección en cintas de vídeo en VHS de Miguel Bilbatúa. Los cambios tecnológicos en los medios audiovisuales han sido tan profundos en los últimos años que hoy podemos contar con la posibilidad de disponer de numerosas películas para poder ver en la pequeña pantalla.
    En algunas ocasiones hemos recibido cintas de vídeo, pero en ninguna ocasión una colección tan numerosa. Contaba con más de cuatrocientas, pero al ser de temática muy diversa, el compañero y director de cine Antonio Artero nos ayudó a hacer una selección para la videoteca de la FAL. Además, tenemos que agradecerle a Artero el que nos pusiera en contacto con Cristina de Quevedo, la que fue compañera de Miguel Bilbatúa hasta la muerte de éste, hace un par de años, y que con gran amabilidad nos acogió y ofreció el material fílmico que hoy tenemos en la Fundación. Todo el afán de Cristina era que tuviera utilidad, a ser posible colectiva. A partir de ahora ya saben los compañeros que disponen de más títulos de películas y documentales que ofrecer para poder organizar jornadas culturales.
    Muchas gracias a Cristina de Quevedo por esta donación.

Amador

 

DONACIONES ECONÓMICAS A LA FUNDACIÓN DE ENERO A DICIEMBRE DE 1998

Informe del Tesorero    Florentino Martín (Ino-Ino)

Federico Arcos    
F. Atance, J. Edo, F. Arcos
Francisco Madrid
J. Fernando Pérez Oya   
Juan Cerón González   
Agustín Muñoz (Objeción fiscal)   
J. Manuel Díaz Navas   
Javier Costas Sueiras
Leonardo Meraviglia   
Armonía y Libertad Fernández   
Antonio Gómez Ramos   
Sebastián Torralba   
Bartolomé Miranda Jurado   
Juan Busquets   
J. Ignacio Taboada   
Enric García Martínez     
          

59.068pts.
44.528 pts.
2.172pts.
6.000pts.
4.000pts.
7.000 pts.
5.000 pts.
7.000 pts.
10.000 pts.
25.000 pts.
6.153 pts.
10.000 pts.
4.000 pts.
3.000 pts.
10.000 pts.
9.000 pts.

 

DURRUTI EN LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA

Durruti en la Revolución española, guión de Abel Paz y Paco Ríos; realización de Paco Ríos. Madrid, Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 1998. Cinta de vídeo VHS, 55 minutos

    Con motivo del centenario del nacimiento de Durruti, en 1996 la Fundación publicó el libro biográfico que sobre el anarquista leonés escribió Abel Paz. Poco después se editó el álbum de fotografías; un trabajo de coordinación entre cinco editoriales europeas y pies de fotos en cinco idiomas. Nato, en Francia, sacó un CD con música recordando a Durruti. Ahora, aprovechando las nuevas tecnologías de la imagen y el sonido, la FAL edita este vídeo. El compañero Paco Ríos ha aportado su buena voluntad y saberes para poder concluir un trabajo realmente innovador y atractivo.
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    Puede parecer, y no me canso de repetirlo, que hay un culto a la personalidad de Buenaventura, pero nada más lejos de la realidad. Todo es una excusa para dar a conocer la gesta de la Revolución social española. Queremos dar a conocer la vida, ideas, práctica e historia libertarias en cualquier soporte o medio. Las cintas de vídeo son una modalidad que ahora se demanda con insistencia. No queremos quedar al margen de los nuevos soportes de comunicación.
    El documental se proyectó durante los Encuentros Anarquistas Internacionales, jornadas libertarias celebradas en Madrid durante el mes de noviembre, y tuvo muy buena acogida. Como había algunos responsables de televisiones españolas presentes durante la proyección, mostrando interés por el trabajo, estamos tratando de que algún ente de televisión, español o europeo, llegue a un acuerdo para emitirlo por alguna cadena. De momento, para todos aquellos que deseen verlo han de recurrir a la cinta de vídeo, solicitando copias a la Fundación.
    La cinta comienza por la infancia de Durruti. Lógicamente son fotografías. Imágenes cinematográficas de Durruti hay muy pocas, y las pocas que existen son de mayor, ya en plena Revolución española. Además de mostrar un espectro social de la época, un análisis social e histórico, hay imágenes de la época sobre el Frente, las colectividades, la vida en la retaguardia... Si alguno está interesado en saber a qué hora y cómo murió Durruti, que se olvide del documental porque en él no se habla de esto. Se explica la razón de un pueblo y la entrega para cambiar una realidad injusta y opresora, de las conquistas de la Revolución social y temas de interés, pero no de anécdotas.
    Como anécdota curiosa, en este caso sí, deseo decir que la voz en off de Durruti es de Robert Samsó, un nieto de Anselmo Lorenzo. Le agradecemos el gesto cariñoso a Paco Ríos que ha hecho lo posible para que Robert colaborara en este proyecto que edita la Fundación que lleva el nombre de su abuelo.

Amador

 

ANARQUISMO BÁSICO: HABLA LA ANARQUÍA

Anarquismo básico. Habla la Anarquía
Madrid, Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 1998


    Los compañeros de la Federación Local de CNT de Sevilla han tenido una genial idea. No hay nada singular en esto, mucha gente tiene ideas geniales, no es algo excepcional. Lo peculiar y digno de elogio es que no sólo han tenido una magnífica idea, sino que han tenido la voluntad y el tesón de hacerla realidad, de trabajar en una tarea ingente para preparar este libro que hoy presentamos.
    Hace unos años sacaron a la luz Anarcosindicalismo básico. Hoy, siguiendo unas pautas similares para su elaboración, sale el libro Anarquismo básico. Desde la Federación Local de la capital andaluza se encargaron de solicitar colaboraciones a todos aquellos compañeros que estuvieran dispuestos a aportar ideas y escritos para confeccionar un libro que recogiera aspectos básicos y fundamentales del anarquismo. Llegaron colaboraciones de muchos compañeros desde distintos puntos geográficos, y con ellas se redactó el libro que se presenta. Ardua tarea que sólo ha sido posible hacerla realidad gracias a la constancia y voluntad de acero y al empeño que se ha puesto para no decaer en el proyecto.
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    Dividido en tres partes, la primera analiza el Poder y el Capitalismo, sus técnicas e instrumentos de dominación y represión. La segunda aborda las tendencias clásicas de la filosofía libertaria: individualista, comunista, y sindicalista y -aunque redundante- la no violenta. Finalmente, la tercera se centra en la práctica anarquista, sus organizaciones y estructuras: Ateneos libertarios, FAI, JJ.LL., MM.LL., CNT y grupos libertarios. A lo largo de todo el texto habla la Anarquía; de las pocas veces que se le permite expresarse a sus anchas, libremente
    El libro es muy gracioso y ameno. Con numerosas fotografías con pie de fotos provocativos. Pero todo esto no le resta nada a la profundidad y análisis de la realidad e ideas libertarias. Habitualmente, estamos acostumbrados a leer a los clásicos del pensamiento ácrata -lo que está muy bien y es encomiable- para conocer los orígenes, la historia y la filosofía libertarios. Pero cada época y generación ha de aportar su granito de arena y mostrar algo nuevo. No se puede vivir sólo de la historia, de lo que hicieron y escribieron nuestros compañeros de antaño. Pienso que el texto de estas páginas recoge casi todas -no me atrevo a decir todas porque puede ser que alguna se escape- las actitudes y posturas que se dan dentro del movimiento libertario actual. Y todo esto en gran parte se debe a las aportaciones y sugerencias que los muchos compañeros, gente corriente, han enviado a quienes han elaborado el texto final. Es un libro de sabiduría popular y general, con muchos autores.
    Una primera lectura generará sin duda una risa saludable en una mente libre y sana, y nos permitirá captar la ironía y la inteligencia de los compañeros que lo han preparado. Leerlo por segunda o tercera vez puede servir como psicoterapia individual y colectiva de los grupos sociales anarquistas contemporáneos. Este final de siglo nos puede servir como excusa para una reflexión interior.
    Sin duda ninguna, para todo aquel que ignore la filosofía y el mundo libertario y desee conocer estas organizaciones, aquí puede encontrar una introducción básica.
    Finalmente, apuntar una idea que se recoge en la páginas de este libro, que lo que se dice en él no se tome como norma, ley o verdad indiscutible, sino como argumentos que cuestionan lo sabido y polemizan sobres las verdades establecidas.

Lucencia Espejo

DOS NUEVOS TESTIMONIOS

Ana Delso, Trescientos hombres y yo. Estampa de una revolución

Juan Busquets, Veinte años de prisión. Los anarquistas en las cárceles de Franco



    Con la publicación de los dos últimos libros que acaba de editar la Fundación, encuadrados en la serie Testimonios, se consolida la más extensa de las colecciones que como editorial estamos dando a conocer. Esta serie surgió con el propósito de poder difundir hechos de relieve que han vivido los compañeros. Hombres y mujeres de vidas sencillas pero intensas a los que oficialmente se les suele ignorar.
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    En abril aparecía Trescientos hombres y yo, de la compañera Ana Delso. La primera edición de esta obra fue en francés, publicada por La Pleine Lune en Quebec en 1989. Título y subtítulo están cambiados en la edición canadiense. El editor, pensado que bajo una firma de mujer un libro con el título Trois cents hommes et moi podía inducir a que el público creyera que se encontraba ante una obra erótica, lo alteró, anteponiendo Estampe d'une révolution. Aunque Ana Delso es de origen español, el libro se escribió en francés, por el lógico dominio que la autora tiene de esta lengua, después de vivir la mayor parte de su vida en Francia y en Canadá y por el poco uso que hace de la lengua materna. La traducción ha corrido a cargo de Antonia Ruiz.
    Siendo muy joven, poco más que una adolescente, Ana se vincula a CNT y en plena Guerra Civil se ofrece para ayudar en las tareas necesarias. Estas son la primeras experiencias que nos cuenta. Perdida la contienda y la revolución, Ana Delso cruza los Pirineos y se exilia en Francia.
    Unida a su compañero Dioni, que estaba destinado en un batallón de trabajo constituido por trescientos hombres, Ana se camufla en el grupo y logra sobrevivir. La lucha contra el nazismo en los grupos de la Resistencia en Francia les hace sufrir mil avatares. Amigos y enemigos a veces se confunden en un mundo de locura y de traiciones; su vida está continuamente amenazada.
   
TESTIMO1_2.jpg (11699 bytes)El otro libro testimonio es el de Juan Busquets, Veinte años de prisión que se imprimió en junio. Busquets era un niño durante la Guerra Civil. A finales de los años cuarenta, cuando él cuenta con veinte años, y ante el panorama desolador, lleno de injusticias y opresión que se vive en España, se une a la lucha que están llevando a cabo los compañeros que procedentes de Francia cruzaban la frontera dispuestos a hacerle frente al régimen dictatorial. El grupo es detenido, se les encausa y son condenados a muerte. Busquets, el más joven de todos, vio conmutada su pena. Tristes y trágicos momentos nos hace sentir el Senzill, alias con el que le conocían los compañeros, con el recuerdo de situaciones tan extremas y conmovedoras: la comunicación de la sentencia de la pena de muerte, la posterior conmutación, la ejecución de los otros compañeros que componían el grupo...
    Si el libro de Ana Delso es un reflejo de la vida que llevaron los compañeros en el exilio, el de Busquets nos pone de relieve la lucha en la Península y la situación de los compañeros libertarios hacinados en las cárceles franquistas. Con una prosa amena nos transmite la vida diaria de los presos, sus inquietudes e ilusiones.
    Juan Busquets fue trasladado y cumplió la condena en varias prisiones hasta que veinte años después de ser detenido es puesto en libertad. Durante todos esos años conoció a muchos compañeros y de ellos nos habla. La dictadura sólo permitía el silencio y el asentimiento al Régimen. Era una época en la que el simple hecho de abrir la boca, escribir o imprimir panfletos para expresar las ideas u organizar el sindicato suponía años de prisión.
    Como veinte años dan para mucho, especialmente para un hombre que tiene por filosofía fundamental la libertad, la idea de saltar el muro era permanente. Una de las intentonas para fugarse de la cárcel la realizó con un preso común y con Juan Gómez Casas. Por no seguir los pasos acordados entre los tres, el preso común, que fue quien no los respetó, es el que consiguió evadirse y pasar a Francia. Las terribles consecuencias de la captura la pagaron Gómez Casas y Busquets: el primero, con secuelas que aún le duran; el segundo, con la rotura de una pierna que se fracturó al caer sobre una acequia y que le provocó graves dificultades al sufrir una infección. Estuvo a punto de que se la amputaran; la penicilina no le hacía efecto. Unos antibióticos que le hizo llegar al hospital el compañero Progreso Fernández le salvaron.

Amador

GUERRE D'ESPAGNE
Abel Paz

Abel Paz, Guerre d´Espagne, París, Hazan, 1997ABELFOTO_2.jpg (10648 bytes)

    Hemos conseguido algunos ejemplares de este álbum de fotografías que reproduce con excepcional calidad la historia gráfica de la Guerra Civil española. Dividido en varios capítulos, las imágenes reflejan desde las actividades de la propia vida cotidiana, pasando por mítines y personajes de relieve, el enfrentamiento armado, hasta las que, una vez perdida la contienda, recogen las más tristes expresiones de la pérdida de la ilusión: se iniciaba el exilio de un pueblo que durante años se había entregado a la lucha para construir un mundo mejor.
    El texto, redactado por Abel Paz, está en francés, así como los pies de foto, aunque muchos son fáciles de comprender aunque se desconozca este idoma.

Amador

 

 

 

 

COMUNICACIÓN, PODER Y CULTURA
José luis sánchez Noriega

José Luis Sánchez Noriega, Comunicación, poder y cultura, prólogo de Juan Benavides. Móstoles, Nossa y Jara, 1998. 191 páginas

    Este es el cuarto libro que leo y el tercero que reseño de José Luis Sánchez Noriega, prolífico autor que conoce y analiza la vida cotidiana y cinematográfica (de la pantalla grande y pequeña) con aportaciones minuciosas de lo que hoy nos invade por doquier y que está transformando hábitos de conducta y costumbres sociales: el mundo de la imagen, más en concreto de la TV.
    Comienza analizando lo que supuso el Mayo del 68 francés, la Primavera de Praga, la masacre de la plaza de Tlatelolco (México) y el asesinato de Luther King, con un gran optimismo: «La historia nos enseña que sólo se avanza mediante batallas perdidas». Estos acontecimientos fueron el resurgimiento del pacifismo, el ecologismo y el feminismo. Pero también surgió una corriente de filósofos posmodernos, de los que habla y a los que critica en un par de capítulos, y de los que rechaza ese todo vale que postulan frente a unos valores éticos y sociales, propio del desencanto y del vacío que ha ido generando la sin razón de la sociedad de consumo.
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    El tema central del libro, que es algo heterogéneo, es la Prensa, el Cine y la Televisión. La Prensa del siglo XIX y principios del XIX era principalmente ideológica, especialmente obrera (anarquista: Revista Social, La Anarquía, La Revista Blanca...; socialista, republicana, etc.), donde el periodismo no era una profesión, el lenguaje era claro; los artículos, sociales y comprometidos; el mensaje, solidario y de formación; y, fundamentalmente, eran numerosas las publicaciones periódicas existentes; es decir, no estaban ni centralizadas ni monopolizadas. En la actualidad nos encontramos con una prensa desideologizada que pretende llegar a todos y que está muy centralizada (sólo depende de unos cuantos grupos multimedia). Cuando el texto llega al lector, filtrado, mutilado o suprimido en su totalidad, los artículos han pasado por el prisma del, quizás, pensamiento único, aunque aparentemente el medio del que se trate haga ostentación de una pluralidad ideológica (es sólo en lo aparente, en lo trivial, no en el fondo). Los medios de comunicación de hoy están sumergidos en el espectáculo y el comercio. No suelen tener coherencia, como nos apunta; al lado de un artículo denunciando la muerte de la población por hambre en Somalia hay un anuncio incitando al consumo de artículos superfluos; si en una página critican la contaminación atmosférica, en la siguiente nos anuncian el coche más potente y que más consume. Además, traspasando las fronteras nacionales, las agencias de prensa de los países ricos manejan el 99,2% de palabras diarias frente al 0,8 de las agencias del Sur. Así, la visión del Norte (más si se tiene en cuenta, paradójicamente, que parece que la realidad es sólo lo que reflejan los medios de comunicación), tanto de la concepción de la vida en los países ricos como la de los pobres, sólo la tenemos desde una óptica, que es además la que reciben también los países del Sur. Son muy ilustrativos los ejemplos que cita el autor de los estereotipos que hacen los medios de los ciudadanos e instituciones de los países del Tercer Mundo.
    El que suscribe no tiene TV y cuando accidentalmente ve alguna imagen por la pantalla o le comentan la práctica bochornosa de algún programa siente vergüenza de pertenecer a esta especie que se ha dado en llamar humana (desde luego que hay otras razones más profundas para no desear sentirse incluido, pero ésa es una). Pensaba, y lo creía seriamente, que quien tuviera televisión andaba muy sometido a los dictámenes del Sistema (uno de cuyos brazos tentaculares más importante en la actualidad es la pequeña pantalla), y que sin percatarse de esto era incapaz de discernir que pertenecía a un ghetto mayoritario que se tragaba toda la bazofia de programas alienantes que emiten unas cuantas cadenas, a cuál peor, muy similares, y que lo que les diferencia a unas de otras es el nombre. Sin embargo reconozco que leyendo el libro me he dado cuenta de que estaba equivocado. Me cuesta reconocerlo, aunque me consuela que reconocer es de sabios. Sánchez Noriega, no sé si es la excepción que confirma la regla o hay muchos como él, ve televisión y sabe críticamente analizar los degradantes programas, y parece que es inmune a los virus que emite la pantalla. Desconozco si es porque recibe información de otros medios más saludables o es que, por alguna razón que no sé, hay personas que son ajenas a la adicción de la mediocridad y la chabacanería. El autor es un hombre crítico y sus análisis de la pequeña pantalla son muy acertados y enriquecedores. Aún me queda la duda de si pese a este aspecto positivo que admiro en Sánchez Noriega, merece la pena perder el tiempo para analizar la programación de televisión, aunque sea inmune a las influencias nefastas que ya he citado. Y digo que me queda la duda porque me parece poco probable que quien se encuentre enganchado al televisor disponga de tiempo para poder conocer la existencia de libros críticos como éste con los programas que emiten y, además, que quiera, pueda o desee leerlos.
    Buen conocedor de la Televisión, el autor echa de menos aquellos programas en los que se analizan aspectos sociales y políticos de interés para la comunidad: «qué es el Poder, para qué sirven los jueces o los ejércitos...». Pero como Sánchez Noriega debe saber, si esto fuera como él pretende, ya no sería Televisión. Los pocos programas que puedan ser de interés se eliminan, filtran o pulen, para que no digan nada, para que no cuestionen nada. El ejemplo que cuenta es ilustrativo: a Fernando Castedo le costó el puesto un reportaje que realizó sobre el paro en Andalucía. La TV es un arma del Estado para someter a las masas de la actualidad, como lo hizo el imperio romano con el «pan y circo» hace veinte siglos.
    Preocupado por el mundo laboral, comenta ocho películas de los años 90 en las que el trabajador y su ambiente social son los temas centrales de los filmes. Se queja, con mucha razón, de que en España no se realicen películas sobre el trabajo y los conflictos sociales que genera, pese a que en la actualidad el paro sea una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos. Cuarenta años de terrible censura es una gran razón de peso, pero con las libertades democráticas tampoco, salvo raras excepciones, se han rodado filmes en los que se haya abordado esta temática. Las cartas de Alou (Moncho Armendáriz, 1990), sobre los emigrantes africanos en España, la poco conocida Doblones de a ocho (Andrés Linares, 1990) y En la puta calle (E. Gabriel, 1996) son de las pocas que merecen ser citadas en este aspecto. Otros temas humanos, clásicos e intemporales, como la soledad, las relaciones, el humor o el amor son los preferidos por Sánchez Noriega para escribir sobre cine.
    Finalmente, los esbozos y apuntes de las nuevas tecnologías informáticas aplicadas al cine, y la infinidad de posibilidades que abren para el mundo de la imagen, son los que completan este ensayo.
    En cualquier caso, sólo me resta decir, para el que aún no lo haya deducido, que este libro es muy recomendable, especialmente para todos aquellos que ven televisión.

Manuel Carlos García

 

HELIOS GÓMEZ Y MARGARET MICHAELIS
DOS ARTISTAS ANARQUISTAS RECUPERADOS DEL OLVIDO

El IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) se ha propuesto dar a conocer la historia del diseño gráfico español. Después de organizar la exposición, con la edición de su correspondiente catálogo, de Mauricio Amster, durante el pasado año le han correspondido a Helios Gómez y a la fotógrafa austríaca Margaret Michaelis, sendas exposiciones.

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Fotografía de Emma Goldman realizada por Margaret Michaelis


    Helios Gómez (Sevilla, 1905/Barcelona, 1956) es uno de otros muchos artistas injustamente olvidado que en las décadas del veinte y treinta desarrolló su creatividad diseñando carteles, cubiertas de libros, portadas de revistas... que tuvieron su trascendencia, para el arte y la cultura, aunque ahora pretenda ignorarse.
   

Aunque desde muy joven ingresó en la CNT, y su militancia anarquista fue muy activa, su itinerario político fue muy diverso. Por un breve espacio de tiempo perteneció al BOC (Bloc Obrer y Camperol), de Maurín; y en 1931 ingresó en el PCE. Fue presidente del Sindicato de Dibujantes Profesionales, que se vinculó a la UGT. Durante la Guerra Civil fue comisario político del sindicato socialista. Expulsado del PCE en 1937, Helios tuvo que ocultarse de los estalinistas que andaban en su búsqueda. En 1938 retorna al sindicato anarquista, ocupándose de actividades culturales. Al finalizar la contienda se exilia a Francia y de aquí es trasladado a Árgel. En el 42 retorna a España. Hasta su prematura muerte en el 56, Helios sufrió alternativamente años de prisión y períodos de libertad.
    En la exposición que ha celebrado el IVAM, la Fundación ha colaborado con un ejemplar del periódico Cultura Proletaria editado en New York, donde figura una ilustración del artista.
    Margaret Michaelis (Dzieditz, Austria, 1902/Australia, 1986) vino a España en los años treinta con su compañero Rudolf Michaelis, de quien toma su apellido al contraer matrimonio en 1933. Rudolf era un anarqu

ista Alemán, de la FAUD, restaurador de profesión. Margaret era una fotógrafa, de origen judio y de ideología libertaria. Su situación en aquellos años empezaba a peligrar en Alemania, por lo que decidieron instalarse en Barcelona, junto con otros anarquistas alemanes que se encontraban en una situación similiar en su

país de origen.
    Muy poco conocida, su actividad fotográfica es muy meritoria. En los años treinta hay muy pocas mujeres con una cámara a cuestas para captar imágenes. Realizó un buen trabajo sobre el ambiente del Barrio Chino de la ciudad condal. Tiene además numerosas fotografías de arquitectura, que se publicaban en la revista AC, encargadas por GATCPAC.

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Cubierta del catálogo de la la exposición

Antes de terminar la Guerra, de la que tiene numerosas instantáneas, y después de pasar por varios países, consigue un visado para emigrar a Australia.

Leyendo el texto del catálogo que editó el IVAM, un compañero de la Fundación, para el que era desconocida la fotógrafa anarquista austríaca, cree recordar haber visto entre la colección de

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Ilustración de Helios Gómez publicada en Cultura Proletaria: periódico de ideas, doctrina
y combate,
Nueva York, 27 de junio de 1942.
(La misma ilustración aparece en otros números de la publicación)

fotografías que sobre la Guerra Civil tenemos en la FAL unas cuantas con el sello de su estudio, Foto-Elis. Aunque las fotografías están sin catalogar, después de una intensa búsqueda, se localizan siete magníficas instantáneas que pertenecen a Margaret Michaelis. Puesto en conocimiento del IVAM, el comisario de la exposición ha mostrado interés para tener en cuenta de cara a una posible ampliación. Por su parte, Televisió de Catalunya, que ya ha realizado en el programa Musica para Camaleones dos documentales sobre artistas anarquistas, uno sobre Helios Gómez y otro sobre Fonseré, ha solicitado copia de las fotografías que tenemos de Michaelis para un trabajo que están preparando para la televisión catalana (1).
    Finalmente, elogiar la gran labor que está realizando el IVAM al tratar de recuperar del olvido a estos artistas, doblemente ignorados: por artistas y por sus ideas anarquistas.

Amador


(1) El programa ha sido emitido con posterioridad a la redacción de este artículo

LA PASIÓN ESTÉTICA Y VITAL DE ALFRED LEVITT

Ruso de nacimiento, Alfred Levitt emigró a Estados Unidos con sus padres en 1911, estableciéndose en East Harlem. Dos años más tarde se mudó a Greenwich Village. Escapaba de un país donde se discriminaba a los judíos y donde nunca hubiera podido ir al instituto, aunque lo deseara, porque no se lo hubieran permitido.
    Desde muy joven sintió una irrefrenable pasión por la pintura. Cuando adolescente, su madre le decía que nunca podría ganarse la vida como artista. Pero a él le daba igual, seguía pintando. No cumplía con el deseo de su familia, que le animaba a vender zapatos o helados. Hoy podemos agradecer que ese impulso vital no se perdiera, que hiciera caso omiso de los consejos y que siguiera pintando. Sus maravillosos cuadros nos hacen la vida más bella.

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Alfred Levitt

      Alumno de la Ferrer School en Nueva York, conoció a pensadores anarquistas que le ayudaron a comprender el mundo desde una perspectiva de libertad, lejos de los dogmatismos de la cerrazón mental que castra la creatividad, la personalidad y el sentir artísticos. Algunos de estos pensadores libertarios fueron Emma Goldman, Alexander Berkman y Margaret Sanger. En la Ferrer School, el pintor Robert Henri1 impartía clases y Alfred hizo de modelo en ellas para poder escuchar sus enseñanzas gratuitamente.
    Vivió en el mismo edificio que Marcel Duchamp, uno de los creadores más curiosos y originales del arte del presente siglo. Cuando Alfred se cruzaba por la escalera con Marcel, éste le respondía con un «buenas tardes» por la mañana; y unos «buenos días» por la tarde.
    Levitt manifiesta su arte como un sentimiento o impulso vital. Él lo expresa así: «Observas algo y casi lo sientes, e intentas exteriorizar ese sentimiento; eso es crear. Ser capaz de revestir mis impulsos de formas y colores que se adecúan a mí estéticamente. Desarrollar esto en América ha sido para mí una gran satisfacción.»
    Se instaló en Francia en 1949 para pintar, y tras visitar Lascaux, emprendió una investigación del arte prehistórico. Después de veinticinco años de dedicación a este análisis, fue nombrado en Francia Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras por sus estudios sobre el arte rupestre de la Edad de Piedra.
    Con 104 años, Alfred analiza la vida de hoy comparándola con la de su juventud. Entonces estaban preocupados por cambiar el mundo. Hoy sólo ve que cada vez hay más bares donde la juventud puede emborracharse, sin cuestionarse ni hacer nada. Si se dedican a algo es a sumergirse en la violencia de las frecuentes peleas.
    Sobre el secreto de su larga vida, el pintor apunta que hay que tener «una buena cabeza sobre los hombros», además de no beber alcohol y de no fumar. Y el gran secreto de su felicidad es el haber buscado y realizado todo aquello cuanto amó.
    Alfred Levitt ha expuesto su obra en la mayoría de los museos más importantes de Nueva York, y cuenta con cuadros suyos en la colección permanente del Metropolitan Museum of Art. Desde el 5 de diciembre de 1997 al 20 de marzo del 98 se realizó una exposición de sus obras en la sede del actual Ellis Island Imigration Museum. Estas salas no estaban diseñadas originariamente para albergar cuadros, sino para acoger a los miles y miles de emigrantes que durante décadas y procedentes de los más diversos rincones de la Tierra, llegaban a Estados Unidos. Alfred fue uno de tantos que pasó por allí.
    Aunque el trabajo artístico de Levitt ha sido reconocido por críticos y sus cuadros son acogidos en los principales museos, las autoridades procuran silenciar sus ideas anarquistas, que tratan de soslayar cada vez que se organiza una exposición. Lamentablemente para algunos, la creación artística de Alfred ha sido posible por su amor a la libertad.
    Le agradecemos a Federico Arcos (Windsor, Canadá) que nos hablara de este genial artista, cuando aún era desconocido para nosotros, y que nos enviara información gráfica sobre su obra.
    Nos contaba Federico que la Ferrer School celebra todos los años encuentros con los alumnos y profesores de esta escuela racionalista. Alfred nunca faltó. Durante el pasado encuentro le echaron de menos y se temieron lo peor. Ante la ausencia de respuestas a las reiteradas llamadas de teléfono, Federico y Paul Avrich se acercaron a su domicilio para interesarse por él. Le informaron los vecinos de que estaba en la clínica. Cuando fueron a visitarle vieron que seguía con la misma energía de siempre, dispuesto a acudir al evento, pero los médicos le aconsejaron reposo. Desde estas páginas, y pese a sus años, le deseamos que siga siempre con el espíritu joven y libre, y que pueda acudir a los futuros encuentros de la Ferrer School.

Amador
(1) Robert Henri hizo un retrato de Emma Goldman tan peculiar que parece ser que ni ella misma se hubiera reconocido. El artista pretendía pintar a la «verdadera Emma Goldman». Véase Viviendo mi vida.

JULIÁN PACHECO, EL ARTE PROVO


Julián Pacheco pasó muchos años en el exilio. Como a otros muchos españoles, la vida en España se le hizo insoportable por el Dictador. Estuvo viviendo en varios países europeos, para acabar afincándose en Italia. Allí desarrolló su más peculiar arte provo. Esta corriente nació en los Países Bajos en la década de los sesenta, bajo un

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Serigrafía de 1977 donada por el autor,
Julián Pacheco, a la Fundación

movimiento estudiantil que con ideas pacifistas trataban de romper con los moldes sociales que imperaban.


    Pacheco tiene una extensa obra y es muy conocido en Italia. Ahora vive en un pequeño pueblo, próximo a Cuenca, donde conserva su taller y sigue trabajando. Durante una visita a su casa, Pacheco nos ofreció para la Fundación una serigrafía que aún conservaba, de un trabajo que realizó en 1977 con la leyenda «Otra vez en pie la CNT». Que desde estas páginas le agradecemos y que ahora tenemos enmarcada en la sede de la Fundación.
    Hace años el compañero Miguel Herberg hizo un documental sobre su obra, del que nos ha pasado una copia en cinta de vídeo VHS para la videoteca de la FAL. Aunque se habla en italiano es fácil de entender. En esta cinta podemos ver parte de las obras de Pacheco, entre ellas la de Puig Antich, que realizó el pintor en recuerdo del anarquista español muerto a garrote vil en los estertores del franquismo.
    Aunque la obra de Pacheco está llena de denuncias, y su arte es realmente comprometido, como la serie que realizó a raíz de la corrupción política italiana bajo el título Los políticos, sus más queridas, solicitadas y encantadoras obras son sus fontanas.

Amador

 

INVESTIGA, QUE ESTIMULA

Si este país tuviera un buen servicio de investigación, no habría habido GALS, ni Roldanes, ni Perotes. Pero seamos modestos, "nuestros" servicios de investigación, poco importa que sean españoles o catalanes, no pueden vanagloriarse de ser los peores del mundo. Hay otros que los dejan chiquitos. Los franceses, por ejemplo, con el asunto del "Greenpeace" de hace unos años en el Pacífico. O los norteamericanos cada dos por tres.
    En cambio, hay investigadores muy buenos entre los no profesionales. En otro plano, evidentemente. La investigación histórica catalana y española es buena. De vez en cuando sobresale en ella alguien que hace tambalearse muchas leyendas y desmonta muchos mitos. Francisco Olaya, un libertario establecido en París, por ejemplo, ha investigado a fondo las finanzas de Negrín y el envío del oro del Banco de España a la URSS de Stalin y de la Pasionaria. El resultado ha sido una serie de libros que considero deberían ser obligatorios en las universidades, tanto para dar a conocer una realidad todavía cercana como para servir de modelo de cómo debe llevarse una investigación. Hablo de El oro de Negrín, del cual acaba de salir una segunda edición muy aumentada (Nossa y Jara, Madrid) y de La gran estafa. Negrín, Prieto y el patrimonio español, sobre los tejemanejes en el exilio de estos dos personajes.
    Ahora, en verano es el momento de leer libros para informarse y reflexionar. Estos dos de Olaya lo son. Y también lo es El Islam jurídico y Europa, de Alegría Borrás, Salima Mernissi y otros (Institut Català de la Mediterrània), en el cual vemos que el islamismo de los fanáticos asesinos no tiene nada que ver con el islam tradicional, sino que es una especie de mezcla de ETA y GAL de quienes utilizan el islamismo para compensar sentimientos de inferioridad. Bueno, esto no lo dicen los autores, sino que lo digo yo.
    Un modelo de investigación es el de Joan Sardà sobre La política monetaria y las fluctuaciones de la economía española en el siglo XIX (Alta Fulla, Barcelona). Comprobaréis en él que hace medio siglo también se sabía investigar y que hace mucho más tiempo también sucedían más cosas en la economía que no eran, esencialmente, diferentes de las que ocurren ahora, aunque les daban nombres distintos.
    Otro investigador que nos hace descubrir cosas que muchos no conocían y que algunos casi habíamos olvidado, es Antonio Téllez Solá, que nos habla de unas aventuras increíbles. Leed La red de evasión del grupo Ponzán (Virus, Barcelona); un grupo que actuó durante la Guerra Civil para salvar gente de la zona franquista y durante el franquismo para salvar a gente de la resistencia. Es un libro que mantiene viva la confianza en el hombre, esa confianza que hoy tantas cosas tienden a debilitar.
    Un ejemplo ejemplar de cómo debe llevarse a cabo una investigación histórica de un caso espinoso nos lo da Gerald D. Mcknight en The Last Crusade (Westview, Londres - Boulder); se trata de un estudio de cómo la FBI hacía la vida difícil al dirigente negro Martin Luther King y de cómo tal vez estuvo implicada en su asesinato.
    Y qué investigación la del belga de la Universidad de Lovaina Philippe Van Parijs para escribir Real Freedom for All (Univ. de Oxford), libro que deberían leer todos los políticos, todos los dirigentes sindicales y todos los economistas. Dice, en resumen, que no hay libertad para todos si no hay justicia social. Y que la mejor manera de alcanzarla, según él, consiste en ofrecer a todos un ingreso básico e incondicional. Cree que la sociedad capitalista, con los medios técnicos de que dispone, puede hacerlo, aunque los capitalistas, desde luego, se mesarían el cabello y clamarían al cielo. Como hacían cuando, hace más de medio siglo, se hablaba de vacaciones pagadas1. Y ya veis, ahora os hablo de libros para que los leáis durante vuestras vacaciones pagadas. Que os sienten bien.

Víctor Alba


(1) Este artículo se hizo pensando publicarlo en verano. Como la periodicidad del Bicel es irregular, no se ha podido publicar hasta ahora, ya bien pasada la época estival. Pese a todo, cualquier momento es bueno para leer.

LOS TIEMPOS DE LIBERTAD
Emilio J. García Wiedemann

Fernando Ainsa y otros, Los tiempos de la libertad, (ed. al cuidado de Emilio J. García Wiedemann) Barcelona, Ediciones del Serbal, 1998.WIEDEMA_2.jpg (11242 bytes)

    El compañero Emilio J. García Wiedemann lleva unos años en la intensa y laboriosa labor de editor literario. En el 94 preparó los libros La revolución de octubre, de Solano Palacios y El anarquismo en la insurrección de Asturias, de Manuel Villar; ambas publicados por la Fundación. En el 95 tradujo numerosos artículos y conferencias y elaboró la edición De arte y de anarquía que sacó a la luz Las Siete Entidades.
    Ahora, y con la excusa y miras hacia el nuevo milenio que se avecina, Emilio ha tenido la buena idea de pedir colaboraciones a autores del mundo libertario para que desde distintos enfoques o desde distintas especialidades, aborden el Tiempo como reflexión de fin de siglo. Desde el punto de vista estético, desde la ciencia, la literatura, el trabajo..., el tiempo es analizado realmente de forma innovadora por autores como García Calvo, Lily Litvak, Campillo, Martín Patino y García Rúa entre otros. No podemos seguir mirando el tiempo como antaño, separando el día de la noche y las cuatro estaciones del año, como tampoco podemos someternos a una visión del cronómetro, cansados de mirar o asimilarlo con la marca del reloj.
    Su propuesta para que la Fundación publicara este libro no prosperó, pero afortunadamente, Ediciones del Serbal tuvo el acierto de dar a conocer estos textos. Como consideramos que es un libro de gran interés, la Fundación, ampliando el elenco de títulos lo incluye en el catálogo para distribuir. Esperando, además,

que entre los compañeros tenga buena acogida y que con su lectura podamos comprender, aprender y aprehender qué cosa es eso de el tiempo.
    Agradecemos al compañero Emilio el ejemplar que ha donado para la biblioteca y la grata dedicatoria que hace.

Amador

 

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GARROTE VIL PARA DOS INOCENTES: EL CASO DELGADO-GRANADO
Carlos Fonseca

Carlos Fonseca, Garrote vil para dos inocentes. El caso Delgado-Granado, Madrid: Temas de Hoy, 1998 (Historia Viva)

    Uno de los casos más conocidos y protestados de terrorismo judicial y de Estado es el de Sacco y Vanzetti. Dos anarquistas italianos emigrados a Estados Unidos de América que durante los años veinte fueron acusados de un crimen que nunca cometieron. Las autoridades americanas obviaron las numerosas y constantes protestas que durante varios años se sucedieron en el ámbito nacional e internacional y ejecutaron en la silla eléctrica a dos enemigos del Estado. En España tenemos el caso de Francisco Ferrer i Guardia, el pedagogo anarquista catalán que fue acusado de promover la Semana Trágica y que, en realidad, fue ejecutado por practicar y difundir una educación laica. Corría el año 1909.
    Más reciente tenemos un caso poco conocido y que en la actualidad se está difundiendo. Se trata del caso Delgado y Granado, dos anarquistas españoles que vivían en Francia y que en el año 63, perteneciendo a JJ.LL., y en un plan organizado por Defensa Interior, entraron en la Península para colaborar en un atentado contra Franco; uno de tantos que se prepararon desde el Movimiento Libertario contra el Dictador.
    Su estancia en Madrid se prorroga más de lo debido por algunos fallos de coordinación y por una avería en el coche. En esas misma fechas estallan dos artefactos: uno en la Dirección General de Seguridad y otro en el edificio de la Delegación Nacional de Sindicatos. Dos lugares muy significativos del Régimen: el primero por las torturas que en sus departamentos ejercían los de la terrorífica Social a todos aquéllos que manifestaban una oposición al Dictador; el segundo, por lo que representaba del sindicalismo, totalmente falso y tergiversado desde el punto de vista de los trabajadores. Parece ser que ambos artefactos fueron colocados con la intención de llamar la atención, de causar pequeños destrozos materiales. Sin embargo, el de la Dirección General de Seguridad explotó antes de lo previsto y hubo numerosos heridos.
    Las autoridades se movilizaron para encontrar a los culpables, pero detienen a dos inocentes. Un Consejo de Guerra, donde los plazos son muy breves para lo que suele ser un proceso judicial normal, se inicia en pleno verano del 63 contra Joaquín Delgado y Francisco Granado. Pese a que ellos se declaran inocentes y careciendo las autoridades de pruebas, los dos jóvenes anarquistas son ejecutados a garrote vil. Tan sólo transcurren unos días desde su detención hasta la fecha de su ejecución.
    El libro de Carlos Fonseca no sólo hace un estudio al que le ha dedicado muchas horas y visitas a numerosos archivos y bibliotecas (en alguno de los cuales no fue muy bien recibido), sino que además ha entrevistado a compañeros y familiares de las víctimas en su afán de tratar de aclarar los sucesos hasta en los más mínimos detalles. Por su lectura podemos conocer que tanto Delgado como Granado eran inocentes de los hechos que se les imputaban por la sencilla razón de que los autores viven y se declaran responsables de la colocación de los artefactos. Son otros dos anarquistas: Sergio Hernández y Antonio Martín.
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    Según va relatando los acontecimientos, Fonseca nos hace conocer la triste realidad que sufría el pueblo español. Las cárceles estaban abarrotadas de opositores al Régimen, pero también de ciudadanos que o no intervenían en la vida política o no tenían nada que ver con los hechos por los que se les juzgaba. Francisco Sánchez Ruano fue sentenciado a veintiocho años de cárcel en un Consejo de Guerra donde le acusaban de haber colocado un artefacto que explotó en el Valle de los Caídos. Él no tuvo nada que ver, pero se pasó diez años entre rejas. En el caso Delgado y Granado, además de ser condenados éstos a muerte, varias personas que tenían relación con ellos, en algunos casos de amistad y en otros comercial, sin saber ni tener nada que ver con el tema, sufrieron prisión: Manuel Gambín, jefe del taller mecánico donde Granado llevó el coche a reparar, fue condenado a doce años; Gregorio Corona y Victoriano García, empleados del taller mecánico, a tres y un año, respectivamente; a María de la Cruz López, novia de Granado, y a quien éste había conocido unas semanas antes, a seis meses. El dictamen del Régimen era establecer el terror sobre la población.
    Otros análisis que hace Carlos Fonseca quizás no sean compartidos por muchos compañeros, pero el estudio que realiza sobre el caso, en general, está muy bien realizado y es aceptable.


LA PENA DE MUERTE

La pena de muerte no está justificada en ningún caso, y para los partidarios de tan criminal medida hay que recordarles siempre el argumento de mayor peso: la posibilidad de que los ajusticiados sean inocentes. Hay muchos casos.
    Desde hace unos años se está tratando de reabrir el caso Delgado-Granado. Quizás alguno se pregunte que para qué, puesto que a los muertos ya no se les puede devolver la vida. La reapertura es importantísima para conocer la verdad y para que estos casos no se repitan jamás.
    Cuando Sergio Hernández y Antonio Marín se declararon autores de los hechos públicamente, los periodistas catalanes Lala Gomá y Xavier Montanyá iniciaron las labores de investigación para realizar un documental. El proyecto fue bien acogido por varias televisiones españolas, pero ninguna acabó por asumirlo y financiarlo. Fue una cadena de Europa, Arte, la que lo aprobó. El documental se emitió en varios países europeos, mas no en España. Sólo algunos periódicos se hicieron eco de los hechos. Un año después de esta emisión, TVE, por su segunda cadena, durante la noche temática dedicada al anarquismo, ofreció la película Tierra y libertad, de Ken Loach, el magnífico documental Vivir la utopía, y a última hora, ya de madrugada, emitieron Granado y Delgado. Un crimen legal. Los autores de los hechos confiesan ante las cámaras su participación en la colocación de los explosivos.
    Ahora que tanto se está sacando a la luz el caso del asesino y dictador Pinochet, bueno es recordar que aquí también hubo crímenes y que personas como Manuel Fraga Iribarne, hoy presidente de la Comunidad Autónoma gallega, era en el año 63 ministro de Información y Turismo y estuvo presente en el Consejo de Ministros que dio vía libre a la ejecución de dos inocentes.
    Es de agradecer la gran labor que han realizado los periodistas, que de forma tan comprometida, se han esforzado en el esclarecimiento de los hechos. Más ahora que corren tiempos de superficialidad y cotilleos en la prensa. Su trabajo es un grano de arena más en la reapertura del caso y para que en lo sucesivo no ocurran atrocidades de este tipo. Y lo digo en estos momentos, cuando estamos a punto de volver a vivir un hecho similar en Estados Unidos. La vida del periodista negro Mumia Abu-Jamal pende de un hilo. ¿Se volverá a repetir la historia?

Manuel Carlos García

LA GUERRA CIVIL EN EXTREMADURA

Julián Chaves Palacios, La represión en la provincia de Cáceres durante la guerra civil (1936-1939). Cáceres, Universidad de Extremadura, 1995.

Huidos y maquis


    Gran parte de los libertarios aprendimos qué sucedió en la Guerra Civil por los libros. Primero los libros hablaban de la guerra en líneas generales, aunque se refirieran a hechos particulares. Desde todos los puntos de vista, eso sí. Luego desde círculos académicos se impuso una tendencia más localista: estudiar los efectos de la guerra -normalmente sin entrar mucho en las causas- en ámbitos más reducidos (local, comarcal, provincia...)
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    En Extremadura primero Jacinta Gallardo publicó La Guerra Civil en la Serena sobre la guerra en seis pueblos de esta zona de la provincia de Badajoz. Luego Julián Chaves ha publicado estos dos libros sobre la Guerra Civil en la provincia de Cáceres, utilizando el copioso material de investigación de su tesis doctoral.
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    Como casi toda la provincia de Cáceres cayó en manos franquistas los primeros días de la guerra, la historia de la misma viene a ser la historia de la represión. A ella se refiere el primero de los dos libros, La represión..., donde Chaves clasifica depuraciones, incautaciones, "paseos" y consejos de guerra. Lógicamente los capítulos dedicados a las muertes son los más estremecedores. El frío catálogo de nombres, apellidos, edades, número de hijos, hora de secuestro o detención, lugar del asesinato, lugar de enterramiento o abandono del cadáver, etc., simplemente abruman y sobrecogen. Uno sabía que esto pasó. Al leer este cúmulo de datos, se cerciora y se traslada al momento de los hechos. Y eso duele.
    En la provincia de Cáceres el paisaje es hermoso. Hay sierras y ríos. Y en los ríos, puentes. Pues bien, a los falangistas les dio el punto de ejecutar, abandonar o tirar a sus asesinados en los puentes. Yo, que siempre he disfrutado de esos paisajes, de repente he sentido que me los pintaban de rojo. El majestuoso puente de Alcántara, el sumergido de la Ruta de la Plata, el del Cardenal en Monfragüe, el de Almaraz... no volverán a ser los mismos después de conocer con tanto detalle lo que sucedió allí.
    El segundo libro, Huidos y maquis..., es un poco más esperanzador por la naturaleza de los hechos narrados. Desde el primer momento de derrota hubo gente que no se resignó y su pericia se cuenta en esta segunda entrega de la misma historia. Durante la guerra, respondiendo al instinto de huida y aprovechando la cercanía del frente de la provincia de Badajoz y luego el de Toledo. Cuando la guerra terminó, empezó una nueva etapa, marcada ya por la experiencia de los años pasados en la sierra, pero también por las terribles consecuencias para los colaboradores civiles, a veces sólo sospechosos.
    Esta nueva forma de hacer la historia, la de los verdaderos protagonistas, con nombres y apellidos o alias, es decir la gente del pueblo, lejana a los líderes y dirigentes, es la historia que faltaba; aunque a fuer de aséptica, la guerra la muestra Chaves como un enfrentamiento entre dos bandos más homogéneos de lo que en realidad fueron. En cualquier caso merecen la pena.

Cani

Hans Magnus Enzensberger, El corto verano de la anarquía, (trad. Julio Forcat y Ulrike Hartmann). Barcelona, Anagrama, 1998 (Panorama de Narrativas, 393)

Aunque la reedición ahora de esta admirable biografía novelada de Durruti pueda antojarse consecuencia del protagonismo alcanzado por Hans Magnus Enzensberger en la última temporada editorial, o del interés que el anarquismo vuelve a despertar entre algunos sectores de la juventud, lo cierto es que ello obedece a la satisfacción de un viejo deseo de su editor. En efecto, me escribe Jorge Herralde para contarme que, prohibiéndole la censura publicar este impagable texto en su momento, Grijalbo se le adelantó dándolo a la imprenta en México. Y, en efecto, fue esa edición mexicana la que descubrieron con avidez los aprendices de libertarios del año 76.
    Contada la anécdota, vengo ahora a elogiar sin paliativos una coherencia entre la forma y el fondo que supera con creces a la de la mayoría de las obras que se suponen narradas en función de lo que cuentan. Los orígenes de tan singular novela -formada con la superposición de los testimonios de quienes conocieron al paladín libertario y los más variados documentos concernientes al anarquismo histórico español- se remontan a comienzos de los años 70. En aquel tiempo, a raíz de la inusitada presencia de grupos ácratas en la escena alemana, el tercer canal de la Westdetsche Rundfunk de Colonia, a buen seguro consciente de que en España, junto a la Ucrania de Mackno, ha sido el único lugar donde el ideal libertario ha dejado de ser utópico, encarga a Enzensberger un documental sobre nuestra revolución.
    Metido en faena, tan paciente como modesto, el autor entrevista a todos los anarquistas de los que tenía noticia y consulta los archivos del Instituto Internacional Social de Amsterdam, así como los de la CNT de Toulouse. Conmovido durante sus investigaciones con la experiencia libertaria española, que califica como "una de las aventuras más fascinantes del siglo XX", comprende que su paradigma es Durruti, pero también decide dar voz a los grandes derrotados de la Historia -que siempre se escribe para mayor gloria de los vencedores- y cumple de este modo aquello que le pidiera el mismo Buenaventura a Von Passen, corresponsal del Toronto Star, antes de partir para el frente: "no hables de mí, habla de nuestras ideas, de la CNT".
    Así pues, nada más lógico que ese collage para esta novela sobre Durruti que, al menos aquí, tanto viene sorprendiendo desde la primera edición de la obra. Ahora bien, Enzensberger no se limita única y exclusivamente a la recopilación y ordenación de documentos. Cierto es que el escritor también convierte sus intervenciones en un testimonio más, pero también que, en un par de ocasiones, éstas transcienden del resto de las aportaciones. Me refiero al primer comentario, aquel en el que nos explica la encomiable organización de su discurso -"la historia ha sido transmitida desde los tiempos más antiguos como epopeya colectiva"- y al último, donde Enzensberger nos describe cómo el paso de los años obró aquello que no pudo el fascismo en los revolucionarios. Asimismo, como el gran escritor que es, el autor sabe hacer predominar la progresión dramática sobre la cronológica. Señala Pasolini, en un artículo publicado el 25 de noviembre de 1973 en Tempo, que Enzensberger "ha dado una extraordinaria lección a los historiadores profesionales: ha inaugurado, nada menos, un método nuevo. ¡Vaya con el collage! La Historia sólo puede ser entendida si es interrogada desinteresadamente”.

Javier Memba

LO QUE LA HISTORIA OFICIAL HA CALLADO

Juan Madrid, La Mano Negra. Caciques y señoritos contra los anarquistas. Madrid, Temas de Hoy, 1998. 223 pag.

    En el convencimiento de que el anarquismo es una suerte de monstruo magnífico, los verdugos del Estado, ya fuera éste de inspiración monárquica o republicana, fascista o comunista, confesional o democrática, han matado en la mas absoluta impunidad a los militantes libertarios desde que empezaron a tener noticias de ellos.
MANONEGR_2.jpg (13210 bytes) Spies, Parsons, Engel, Fischer, Ferrer Guardia, Camilo Berneri, Sacco y Vanzetti... En fin, la siniestra nómina sobrepasaría con creces las dimensiones de este artículo.
    Siendo España el país del mundo donde el pensamiento ácrata arraigara con más fuerza, también sería aquí donde el terrorismo antianarquista alcanzará el paroxismo. Salvo error u omisión -lo que bien pudiera ser ya que a estos crímenes, cuando su magnitud no lo ha impedido, les ha sucedido el silencio- tan abominable tradición se inicia a mediados de 1883 con la brutal represión practicada contra los internacionalistas en Andalucía.        A la sazón, ya sin Cánovas defendiendo sus intereses al frente del Gabinete, la burguesía, que desde que en 1868 el italiano Guiseppe Fanelli trajera a nuestro país el mensaje de Bakunin, viene asistiendo espantada al florecimiento de agrupaciones anarquistas, padece una auténtica histeria antilibertaria. La oligarquía andaluza, que desde hacía algunos meses ve cómo jornaleros, agobiados por las malas cosechas, viven en un clima de agitación constante, teme que uno de los estallidos revolucionarios a los que asiste frecuentemente pase a mayores.
    Así las cosas, José Oliver, capitán de la Guardia Civil de Jerez y Tomás Pérez, comandante de la Guardia Rural de la misma localidad, dicen haber desmantelado una organización libertaria, conocida como La Mano Negra, dedicada a dar muerte a los grandes propietarios. Pretenden los defensores de la ley que, miembros de dicho grupo han asesinado a Bartolomé Gago Campos. En el ambiente festivo que rodea a las siete ejecuciones, que el 14 de junio de 1884 habrán de hacer justicia en la ciudad gaditana, comienza Juan Madrid su relato.
    Más narrador que historiador, según confesión propia, en el segundo capítulo, el novelista abre un gran flash-back en el que, alternando unos apuntes de su abuelo, educado por Juan Ruiz, uno de los tres inocentes que van a morir junto a los cuatro culpables, con artículos periodísticos de la época y las actas del proceso, reconstruirá los hechos y los verdaderos cargos que se juzgaron. Porque aquella "burda maniobra de prestidigitación", que convirtió delitos comunes en acciones de La Mano Negra, no fue sino la mejor excusa para reprimir el movimiento anarquista andaluz que se encontró. Esa es la tesis del autor en unas páginas que a menudo nos recuerdan a esa novela popular al gusto de los viejos ateneos libertarios. La Historia, siempre parcial, solo recuerda a quienes ganan las batallas. De ahí que la recuperación de quienes las perdieron, como en este caso, consiga emocionarnos.

Javier Memba

ACTUALIZACIÓN DEL CATÁLOGO DE ABRIL DE 1998


Desde la publicación de nuestro anterior catálogo, aún vigente, aunque algunos títulos están agotados, tenemos que ampliar los que hemos incluido con posterioridad a la
publicación del citado catálogo. Son estos:

Publicaciones de la Fundación

609 * Anarquismo básico. Habla la Anarquía, textos recogidos y elaborados por la Confederación Nacional del Trabajo, Federación Local de Sevilla. Madrid, 1998.- 94 págs. Precio: 1.000 pts.

    Dividido en tres partes, la primera analiza el Poder y el Capitalismo, sus técnicas e instrumentos de dominación y represión. La segunda aborda las tendencias clásicas de la filosofía libertaria: individualista, comunista, y sindicalista y -aunque redundante- la no violenta. Finalmente, la tercera se centra en la práctica anarquista, sus organizaciones y estructuras: Ateneos libertarios, FAI, JJ.LL., MM.LL., CNT y grupos libertarios. A lo largo de todo el texto habla la Anarquía; de las pocas veces que se le permite expresarse a sus anchas, libremente.

666 * Trescientos hombres y yo. Estampa de una revolución, Ana Delso; prefacio de Martha Ackelsberg; traducción del francés de Antonia Ruiz Cabezas. Madrid, 1998. - 157 págs. Precio: 1.200 pts.

    La historia de Ana Delso tiene como trama la supervivencia, el valor y el amor. Se trata ciertamente de la historia de su propia vida, pero es a la vez la de cientos de miles de otros revolucionarios y refugiados que abandonaron la España franquista en los años que siguieron a la Guerra Civil española. Esta autobiografía es un testimonio de supervivencia tanto física como espiritual y, ante todo, de esperanza tenaz en un mundo mejor. Es, igualmente, una historia de amor, el amor de Ana por Dioni y, más tarde, por su hija, un amor vivificante tanto para los que lo sienten como para las personas de su entorno.
    Esta obra muestra cómo se creó y fortaleció una red de personas, agrupadas en condiciones angustiosas, cómo lograron no sólo sobrevivir, sino también ayudarse mutuamente y preservar sus creencias. En fin, no es la vida de una gran líder la que se nos cuenta, sino la de una mujer como tantas otras en la que aprendemos a reconocer, a lo largo de su relato, un ser «ordinario que sale de lo ordinario». Así se describe Ana, con la abnegación que le caracteriza: «No soy más que una entre tantas otras mujeres de esa inmensa legión de personas anónimas que lucharon, sufrieron, murieron en las cárceles de Franco y que hicieron esta revolución que fue un vivo ejemplo de lucha encarnizada contra el fascismo, la religión y todas las formas de opresión.»

667 * Veinte años de prisión. Los anarquistas en las cárceles de Franco, Juan Busquets; prólogo de Ángel Urzáiz. Madrid, 1998.- 219 págs. Precio: 1.500 pts.

    Este libro testimonio es la exposición retrospectiva de las arriesgadas y críticas vicisitudes padecidas por uno de los muchos jóvenes (niños durante la Guerra Civil) que, llevados de incipientes rebeldías asumidas al contacto directo con la sangrienta represión desatada sobre su país, optaron por vincularse a cuantos de una y otra forma se enfrentaban a la brutalidad del sistema totalitario resultante del amargo final de la contienda.
    La evocación de un pasado rebosante de peligros, con trágicos finales en muchos casos, suele provocar en quienes directamente los soportamos, sensaciones de estupor, de una tristeza infinita al observar el penoso panorama político-social del presente, lleno de miserables conductas, de nauseabundos comportamientos que han terminado en la corrupción generalizada y el crimen de Estado, impulsados por uno de los partidos políticos falazmente denominados de izquierda.
    Sumergirse desde la senectud en las lejanas vivencias de aquella época es retornar, con el asco que produce el bochornoso presente, las secuencias de una expectante actitud durante la cual una irreductible minoría de firmes combatientes, no se resignaron a jugar el vergonzoso papel de pasivo comportamiento adoptado por la mayoría de españoles.
    Un abismo abierto entre la ensoñación de un ayer ilusionado y la triste realidad que el presente nos ha deparado. Una frustración que Busquets, genuina representación del colectivo más joven que pobló las prisiones de la Dictadura, denuncia con crudeza en su libro.

Vídeos
Durruti en la Revolución española, guión de Abel Paz y Paco Ríos; realización Paco Ríos. Madrid, 1998.- Sistema VHS. 55 minutos. Precio: 2.000 pts.


    El eje central del vídeo es la Revolución española. No se trata por lo tanto de una biografía del activista anarquista, del sindicalista o del hombre llamado Buenaventura Durruti. Es el revolucionario y su obra la que se nos presenta. Enfoque necesario, ¡todavía!, para mantener viva la realidad histórica de unos acontecimientos que en raras ocasiones -y menos todavía en el cine o la televisión- se difunde: que en la España del verano de 1936 a una sublevación militar, apoyada por los sectores más reaccionarios y fascistas, un amplio sector del pueblo español respondió con una revolución empapada de planteamientos libertarios.

Chile 73 o La historia que se repite, director y realizador Miguel Herberg. Sistema VHS. 50 minutos. Precio 1200 pts.

El autor de este excepcional documento, Miguel Herberg, obtuvo estas imágenes a través de una estratagema para poder identificar a los prisioneros en los campos de concentración y así evitar que éstos sean «desaparecidos» por la junta militar. Centenares de ellos se salvaron gracias a este testimonio como
documenta el Tribunal Bertrand Russell y Amnesty International. Miguel Herberg, madrileño y anarquista, presenta aquí su pequeña colaboración para denunciar el abuso de poder de los hombres sobre los hombres.

Otros libros en distribución sobre filosofía, autores o editoriales anarquistas

889 * 1º de Mayo, Ricardo Mella y Maurice Dommanget [contiene: La tragedia de Chicago / Mella. 1º de Mayo, ¿fiesta del trabajo o día de la lucha emancipadora? / Dommanget]. México: Antorcha, 1977. 231 págs. Precio: 800
890 * El anarquismo como fenómeno político moral, Carlos Díaz. México: Editores Mexicanos Unidos, 1977. - 187 págs. Precio: 600 pts.
892 * La geografía al servicio de la vida: (antología), Eliseo Reclus. Barcelona: Editorial 7 1/2, 1980.- 427 págs. Precio: 900 pts.
895 * Guerre d'Espagne (álbum de fotos), Abel Paz. París: Hazan, 1997.- 197 págs. Precio 950 pts. [Texto y pie de fotos en francés]
894 * La mirada roja. Estética y arte del anarquismo español (1880-1913), Lily Litvak. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1988. - 151 págs. Precio: 1.100 pts.
887 * Nuestra necesidad de consuelo es insaciable, Stig Dagerman. Valencia: Al Margen, 1997. Precio: 400 pts.
886 * El persistente atractivo del nacionalismo, Fredy Perlman. Valencia: Al Margen, 1998.- 46 pág. Precio: 400 pts.
891 * Reivindicación de la libertad. (Socialismo y humanismo), G. Ernestán. México: Editores Mexicanos Unidos, 1978.- 222 págs. Precio: 600 pts.
888 * La socialización del miedo. Un análisis del gasto militar y del control social, José Javier Jiménez Martínez y José Toribio Barba. Madrid: Libros de la Catarata, 1998. - 123 págs. Precio: 1.200 pts.
893 * Los tiempos de la libertad, Fernando Ainsa y otros; edición al cuidado de Emilio José García Wiedemann. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1998. - 381 págs. Precio: 2.750 pts.

De la editorial Virus

    VR009 * Ramón Acín (1888-1936). Una estética anarquista y de vanguardia, Sonya Torres Planells. Barcelona, 1998.- 272 pág. Precio: 2.000 pts.

De editorial Lucina

L-016 * Avisos para el derrumbe, Agustín García Calvo. Zamora, 1998.- 307 págs. Precio: 2.000 pts.

    Junto con la serie de cartas a los biznietos, publicado bajo ese título, y la de los NOES, interrumpida por motivos que el lector verá, se ofrecen aquí otras muchas intervenciones en la política de los años '90-'98, y a lo largo de ellas el costante intento de que se rompa la separación de "vida privada" y "vida pública", sobre la que principalmente se asienta la Realidad, falsa, y el Régimen que padecemos.

L-017 * Baraja del rey don Pedro, Agustín García Calvo. Zamora, 1998.- 127 págs. Precio: 800 pts.

    Drama no estrenado todavía, donde, en torno a la figura de Pedro el Cruel, se van contando, por los palos de la baraja, rey de copas, rey de espadas, rey de oros, rey de bastos, rey de nada, algunos de los misterios tocantes a las relaciones del Poder con la Persona.

L-018 * Que no, que no, Agustín García Calvo. Zamora, 1998.- 359 págs. Precio: 2.000 pts.

    Se recopilan aquí los artículos aparecidos en grandes rotativos de los años '81-'90, junto con otras intervenciones de los mismos tiempos, de modo que el libro presenta, por un lado, un recorrido de aquellas actualidades, acaso vistas o sufridas desde un ángulo poco habitual, y ofrece muestra, a la vez, de algunas de las tácticas o maneras que puedan usarse para decir NO, desde abajo, a las sucesivas realidades que se nos venden.

    Cartel sobre Chile (49 x 71 cm) Precio: 500 pts.

El precio del título que se indica a continuación no es correctos en el catálogo de abril del 98

    PA012 Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España, Max Nettlau. Madrid: La Piqueta, 1977.- 156 pág. Precio: 1.000 pts.
   
Y los precios de los libros de La Piqueta y Ayuso se han incrementado 200 pts por orden de la editorial.

MURIÓ EL COMPAÑERO ÁNGEL URZÁIZ

Pocas horas después de concluir un día histórico para todos los trabajadores, el 1º de Mayo, fallecía en Madrid, la misma ciudad que le vio nacer, el compañero Ángel Urzáiz Simón de un infarto cardíaco. Iba a cumplir 80 años.
    Desde muy joven se vinculó a la CNT y ya durante la revolución de octubre en Asturias, en el 34, participó en la manifestaciones que se organizaron en Madrid en apoyo a la insurrección. Su testimonio lo pudimos escuchar como ponente durante las conferencias que organizó la Fundación Anselmo Lorenzo en el Ateneo de Madrid con motivo del 60º aniversario de la revolución de octubre y en las que se presentaron dos libros publicados por la FAL.
    Al estallar la Guerra Civil se une desde el principio a la lucha contra el fascismo. En la Casa de Campo, en la ciudad de Madrid, con la energía propia de la juventud, y ante la ineptitud e ineficacia de los militares, él, junto con otros compañeros ocuparon varios tanques, desalojando a los militares que los conducían. Esta acción les pudo costar la vida y parece ser que tan sólo la salvaron porque aceptaron entrar a ser miembros de la Escuela Militar de la República, y por tanto aceptando ser militares.
    Concluida la Guerra continuó la lucha desde la clandestinidad como miembro de CNT y de FAI. Pronto es detenido y le piden pena de muerte. Durante los años de prisión conoció por carta a Consuelo Zabala, una compañera de JJ.LL. que también estaba en la cárcel por haber participado en un programa de radio durante la contienda. Conmutada la pena de muerte, a la salida de la cárcel se unen. Tienen dos hijos. Y cuando éstos tienes unos años, Ángel, que no acataba el orden impuesto por Franco, vuelve a caer en manos de la policía y le condenan a varios años de prisión. En total se pasó dieciséis de los jóvenes años de su vida entre rejas. Tanto sufrimiento no le hizo ceder ni un ápice en su lucha, y se enfrentó al cincopuntismo cuando algunos pensaron transigir con el Régimen.
    La persecución no provenía sólo del fascismo. Durante la Guerra y al concluir ésta, los compañeros sufrieron la represalia de los comunistas. La solidaridad era importantísima para poder sobrevivir. Cuando Cipriano Mera, gran amigo de Urzáiz, sale de la cárcel, donde había cumplido la pena impuesta por el fascismo, necesitó cuidarse de los otros enemigos que le tenían sentenciado: los comunistas. Por esta razón Mera no podía acudir a su propia casa y Ángel y Consuelo le acogen en la suya para evitar que se materialicen las amenazas. Gracias a un plan organizado por los compañeros, Cipriano consigue cruzar los Pirineos clandestinamente y exiliarse en Francia.
    Urzáiz podría haber escrito su autobiografía, como hicieron otros compañeros a los que él mismo animó, para que la posteridad supiera de la historia que muchos quieren olvidar. Sin embargo, Ángel nunca se puso a escribir la historia de su vida. Eso sí, nunca se negó a que le entrevistaran. En este sentido podemos decir que aunque uno siempre se lleva secretos a la tumba, hay otros muchos que han quedado registrados: Lily Litvak tiene grabada una entrevista con él como testimonio libertario; Paco Ríos, además de la entrevista que realizó para el documental de TVE Vivir la utopía (por un error en el vídeo aparece el nombre de José Urzáiz en lugar de Ángel), hizo otra más extensa y lograda que grabó en cinta de cassette. En otras ocasiones también le entrevistaron varios periodistas para trabajos de libros y revistas.
    Otros testimonios y opiniones de Urzáiz los podemos encontrar en la prensa libertaria, de la que fue asiduo colaborador. Algunos de los prólogos de los libros de la colección Testimonios, que edita la Fundación, están escrito por él.
    Para Ángel era inseparable el anarquismo de la cultura. Desde joven participó muy activamente en los ateneos libertarios, donde se organizaban debates. Durante sus último años se vinculó muy estrechamente al proyecto de la Fundación Anselmo Lorenzo. Su ayuda y colaboración han sido inmensos.
    Cuando Julián Alcolea habló con Urzáiz para pedirle consejo sobre el destino de su herencia (Julián era un compañero mayor que no tenía familia), Ángel Urzáiz le orientó hacia la Fundación indicándole que era un proyecto serio, interesante y de los que merecía la pena. Su gestión supuso que a la muerte de Julián Alcolea la Fundación recibiera varios millones de pesetas y el piso donde vivía, que una vez vendido supuso otra importantísima ayuda económica para la FAL. Estas donaciones fueron fundamentales para el arranque de muchas de las tareas que hoy estamos realizando.
    Nuestro contacto más estrecho con Ángel fue durante las asambleas de la Fundación y porque todas las semanas se pasaba uno o dos días para ayudarnos a hacer los paquetes de pedido de libros que enviábamos por Correos. En los últimos años ha habido una fuerte demanda y no dábamos abasto y él se ofreció a echarnos una mano. Era un hombre de una voluntad y constancia firmes, no fallaba, y hacía cuanto se proponía o le sugeríamos. Era abierto y dialogante, jamás fanático o intransigente. Su consejo siempre fue importante y en más de una ocasión supo encauzar los problemas que surgían en la Fundación para que alcanzaran una solución idónea.
    Su último trabajo para la Fundación fue realizar el índice onomástico del libro Veinte años de prisión. Los anarquistas en las cárceles de Franco, de Juan Busquets, que además lleva también un prólogo suyo. Lamentablemente no ha podido ver el libro fuera de imprenta; salió unas semanas después de su muerte.
    Como comentó Alfredo, en unas palabras de despedida final ante los compañeros y familiares que asistimos al acto de despedida, en la Almudena, momentos antes de que el féretro con la bandera de CNT pasara al crematorio, "que la tierra te sea leve, que la vida no lo fue". Se cantó Hijos del pueblo.
    Para aquellos que no creemos en más vida que en la que tenemos, el "hasta nunca, Ángel" con el que se despidió su compañera, sólo puede consolarnos, como recordó Alfredo, el que nuevos compañeros sepan seguir y dar ejemplo de los ideales y práctica libertarios que Urzáiz vivió con tanta entrega, amor y pasión. Es, pese a todo, un leve consuelo; su muerte ha supuesto un duro golpe para la Fundación.

Manuel Carlos García

UN GIJONÉS INFILTRADO EN LAS FILAS DE PINOCHET

Miguel Herberg Hartung fue testigo de excepción del golpe militar que acabó con el gobierno constitucional de Salvador Allende el 11 de setiembre de 1973. Este gijonés, reportero y cineasta, se infiltró en algunos de los peldaños de la trama golpista en los meses previos a la asonada militar, conoció los preparativos del levantamiento que iba a aplastar la democracia chilena y fue testigo de algunas de las complicidades nacionales e internacionales que hicieron posible la rebelión militar.
    Las grabaciones de Miguel Herberg de los campos de concentración de Atacama permitieron a Amnistía Internacional identificar y liberar a más de 400 «desaparecidos»
    El cineasta gijonés Miguel Herberg rodó confidencias autoinculpatorias de algunos implicados en las tramas civil y militar de la sublevación contra el Gobierno constitucional de Salvador Allende, asistió al flujo de dinero con el que se compraron voluntades para crear un clima de desestabilización y presenció desde la quinta planta del hotel Carrera, el bombardeo del Palacio de la Moneda y el nacimiento de un régimen que se cobró 3.197 víctimas, 2.095 muertos y 1.102 ciudadanos desaparecidos.
    Herberg logró autorización para entrar en los campos de concentración de Pisagua y Chacabuco, en el desierto de Atacama, donde rodó imágenes y testimonios de los detenidos. La película, puesta en manos del Tribunal Bertrand Russell y de Amnistía Internacional, fue no sólo un alegato contra los métodos de detención masiva del régimen de Augusto Pinochet, sino el salvoconducto para más de 400 prisioneros a los que la Junta Militar ya no pudo incluir en el siniestro epígrafe de los «desaparecidos». El celuloide puso voz y rostro a los sin nombre.
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    Viajó a Chile en siete ocasiones. Entonces trabajaba para la RAI italiana. Antes lo había hecho en RTF francesa. Había sido reportero en Vietnam y para entonces ya había logrado filmar un reportaje en la antigua República Democrática Alemana.
    A Chile viajó atraído por la experiencia de Allende y por el rumor de sables en Santiago. Llegó acompañando a Roberto Rossellini. «Era un hombre muy respetado allí en el mundo de la cultura.» «Empecé por hacer contactos en la derecha chilena. Me presenté como productor de televisión. Trataba de establecer relaciones que me permitieran conocer lo que se estaba preparando», recuerda ahora.
    Con una vieja Nikon, un equipo de grabación de sonido Nagra y una cámara Arri-flex de 16 milímetros con sonido directo, con la que llegó a filmar 135.000 metros de película, emprendió una tenaz recopilación de testimonios con los que iba a entretejer la historia del golpe.

«Pinochet, una marioneta»

    «Yo creo que no se quiere saber la verdad. Parece como si sólo se desease circunscribir la responsabilidad en Augusto Pinochet y no ir más allá. Pero Pinochet no era más que una marioneta. El golpe lo prepararon otros.»
    Y afirma: «Los hombres clave fueron el general Alfredo Canales y un agente de la CIA, Federico Willougby MacDonald, que le servía de enlace con EE UU. Pero nadie habla de ellos. Alfredo Canales era el presidente del grupo paramilitar de ultraderecha que inició los preparativos del golpe. Canales y MacDonald crean la cadena que va a precipitar la acción. Pinochet es quien la encabeza en el último momento, con la bendición, con mis cámaras como testigo, del arzobispo de Chile, Silva Henríquez.»
    Miguel Herberg tiene 55 años. Acaba de llegar a Asturias desde Madrid. Será una estancia breve. Regresará a Madrid y pronto a Roma, donde vive. Le acompaña la misma Nikon con la que ha recorrido medio mundo. En Llanes va a reconocer los rincones de su adolescencia. Sirve de guía a un joven madrileño que busca localizaciones para su primer largometraje. El mar Cantábrico está en calma. Pero Chile es un océano encrespado. Un cuarto de siglo después, Chile no olvida. Es una herida abierta. El oleaje iracundo de los pinochetistas, que han salido a la calle a expresar su protesta antiespañola, confronta con las olas embravecidas, tanto tiempo después, de los perseguidos, de los deudos de los desaparecidos, enfervorizados ahora ante la esperanza de que el General pudiera acabar sentándose en el banquillo de los acusados.
    Pero Miguel Herberg cree que eso no basta. Que el movimiento que acabó con la vida de Allende y de 3.197 de sus compatriotas -también de españoles- no fue la decisión de un hombre ni la ejecución de una sola voluntad.
    «En Chile hubo dos golpes. El primero fue el Tacnazo, llamado así porque partió del cuartel de Tacna. Esta insurrección la organiza el general Viaux. Pero el militar de mayor rango en las fuerzas armadas chilenas en ese momento, el general Schneider, se opone y proclama su fidelidad al Gobierno legítimo de Allende. Viaux ordena su asesinato. Los autores materiales fueron dos paramilitares, Iván Alvear y Erwin Robertson. Yo tengo la confesión filmada de los dos ejecutores y del general Viaux cuando estaban presos en la cárcel de Santiago de Chile. Pensaban que yo era uno de ellos. Entregué la película a Allende y con ese material se les pudo procesar. Tengo fotografías de Alvear y de Robertson en sus despachos, con fotos de Hitler y de Franco y símbolos de la Falange en las paredes.»

La ocupación del Odeón

    La vida de Herberg es un cúmulo nada común de peripecias. Nació en una familia bien situada, pero desde joven militó en la causa de las inquietudes «sociales», y vivió en Somió, en Llanes y en Madrid, antes de que París le abriera a otras perspectivas. Se confiesa tan anarquista como lo fue de adolescente y aún mantiene en el porte y en el vestir la impronta de sus rebeldías juveniles: activista del antifranquismo universitario, varias veces detenido por la brigada político social, prófugo del servicio militar en los años sesenta, partícipe de la ocupación del Odeón parisino en mayo del 68.
    «A los tres meses del Tacnatazo se produce el segundo golpe, ahora encabezado por Pinochet. Viaux sale de la cárcel y se va a la embajada de Chile en Argentina, donde organiza el plan Cóndor para detener chilenos refugiados allí y viceversa.»
    Hasta el bombardeo de La Moneda, el 11 de setiembre de 1973, Herberg se desenvolvió en los ambientes de la extrema derecha que conspira contra Allende. «Fui ganándome su confianza. No tiene mayor secreto. Yo me fío de ti cuando te cuento todo esto aunque previamente no nos conociéramos. Lo mismo me ocurría a mí en Chile. Vas haciendo relaciones que te abren a otros contactos. Los únicos que sabían realmente cuáles eran mis propósitos eran Salvador Allende, su hija, Isabel, y uno de sus colaboradores, Rodrigo Rojas, al que también mataron.»
    «En junio de 1973, tres meses antes de la sublevación, Sergio Onofre Jarpa, presidente del Parlamento Nacional, me aconsejó que me quedase en Chile hasta fines de agosto o primeros de setiembre porque ese sería el momento, dice, del golpe definitivo. Yo grabé ese testimonio. Por tanto, Pinochet no era más que el instrumento de toda la gente que promovió aquella acción.»
    Su empeño es que el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón admita sus documentos como pruebas inculpatorias contra el general Augusto Pinochet, pero también contra sus cómplices.
    «Yo ya no tengo que hablar. Mis armas son mis cámaras y lo que he filmado. Yo ya cumplí. Hice mi trabajo hace 25 años en Chile. Mis documentos están ahí a disposición de la Justicia. Pero el problema, insisto, no es Pinochet. El problema real es hasta dónde no quiere llegar la Justicia. Si no se acepta la documentación que puede incriminar no sólo a Pinochet sino también a otros, es que no se quiere llegar de verdad, al fondo de la trama. Yo creo que se está haciendo mucho ruido para luego callarlo todo. Ya no se habla de lo que fue aquel régimen. Sólo se habla de Pinochet.»
    Es la hora del telediario y en un televisor se habla de Chile, de Pinochet y de Garzón. En la pantalla aparece la secretaria de Estado Madeleine Albright, ratificando la voluntad de su país de desclasificar algunos documentos secretos sobre la dictadura de Chile. Pero lo dice con cautela y con reservas. «Los países deben encontrar su propio equilibrio entre la justicia y la reconciliación», afirma.
    Herberg Hartung es escéptico. «¿Alguien va a atreverse a procesar al ex secretario de Estado Henry Kissinger? Kissinger, el presidente Richard Nixon, la ITT, las multinacionales del cobre, como Anaconda o Kenekott, están implicadas en el golpe. Yo tengo fotocopias de documentos en los que la empresa de telecomunicaciones norteamericana ITT le pide a Nixon que propicie el golpe, y copia de un texto de Nixon a Eduardo Frei, entonces presidente de la Democracia Cristiana, diciéndole que hay que preparar la acción. Pero nadie desea que esto salga a la luz. Es muy fácil ir contra Pinochet. Y sin embargo hay que denunciar lo ocurrido. Pinochet no era el único.»
    Insiste: «Es muy fácil ir contra el general de las gafas oscuras sin desvelar la verdadera magnitud de la trama. Hoy, empresas españolas gestionan en Chile los intereses que entonces ostentaban multinacionales norteamericanas. Y luego está el papel de la Iglesia en el golpe. Hoy también la Iglesia española tiene una fuerte presencia allí. Y está la participación de EE UU en la sublevación. Yo hice fotos de los camioneros en huelga protegidos por los carabineros y cómo se les pagaba a los transportistas chilenos para que prolongaran la huelga y paralizaran el país. Yo he hecho fotos de esos pagos con dólares que llegaban de EE UU en baúles a un aeropuerto militar y que se desembarcan de noche. Y he visto cómo, para generar inflación, en las oficinas de la empresa Hertz se pagaban hasta 2.500 escudos por un dólar, cuando el cambio era de uno a uno. ¿Cómo vamos a esperar que EE UU muestre sus archivos sobre el caso? Sería una autoacusación.»
    ¿Qué hizo intolerable a Allende ante esos poderes fácticos y ante aquélla facción de la sociedad chilena que jaleó el golpe? «Allende quiso una evolución social. Su propuesta era casi demócrata-cristiana, aunque el término no es correcto porque él era ateo. Pero en absoluto era una revolución. Allende era médico. Sabía cómo tratar a la gente. Tenía un carisma impresionante. Su carisma era su humanidad. Tenía un gran poder de convicción y una innata capacidad para explicar y hacer entender las cosas de forma muy sencilla. Allende no era como Fidel Castro que necesita nueve horas para convencer a la gente de nada. En 1972, yo había organizado una entrevista entre Allende y Roberto Rossellini. Rossellini era entonces un dios. Allende le explicó su programa político. Filmé la conversación.
    »En 1973, me entrevisté varias noches con Allende en su casa. Le advertí, como hicieron otros muchos, de que se estaba preparando el golpe. Incluso le enseñé los testimonios grabados de quienes me confesaban los preparativos de la operación. Pero él me decía que yo era un iluso. "No estamos en España", decía. "El ejército chileno tiene más de cien años de tradición democrática".
    »A Allende no se le perdonó su promesa de que cada niño chileno tenía que disponer de medio litro de leche al día. Esta es la causa. Si no se entiende esto, no hay nada que hacer. Pero hoy nadie, ni Isabel, la hija de Allende, se acuerda de estos pequeños detalles que son fundamentales para comprender lo ocurrido. Sólo dos días después de que Allende hiciese esa promesa, León Villarín, que era presidente de los camioneros y otro de los organizadores del golpe, bloqueó todos los camiones del país para que no se pudiese distribuir la leche. Fue una decisión muy cruel.»

Bombardeo

    Miguel Herberg presenció el bombardeo de la Moneda desde el hotel de enfrente, el Carrera, donde estaba alojado. «Algunos carabineros abrieron fuego contra las ventanas del hotel, donde estábamos apostados los fotógrafos. Las fotos que hay del exterior de la Moneda están tomadas desde ahí. Tengo grabados el testimonio de algunos de los pilotos que bombardearon la sede presidencial. Hay que reconocer que lo hicieron muy bien, porque bombardearon la planta justa. Para hacer eso, a la altura que volaban, hay que tenerlo muy preparado.»
    Después del golpe, Miguel Herberg volvió de nuevo a Chile. Fue para rodar en el interior de los campos de concentración y levantar testimonio de la represión. «Me dejaron entrar porque pensaban que trataba de reflejar el trato humanitario a los presos. Fue en los campos de Pisagua y de Chacabuco, recintos militares, con unos barracones en medio del desierto, a 60 grados de temperatura.»
    En uno de los filmes que rodó entonces, Chile 73 o La historia que se repite, Miguel Herberg entrevista a los mandos militares de los que dependían los campos de concentración del desierto de Atacama, construidos aprovechando las instalaciones de una antigua explotación salitrera abandonada, y también a gran número de detenidos.
    «El desierto de Atacama es lo más parecido a la luna», señala el realizador asturiano. «El campamento de Pisagua lo diseñó un ingeniero judío que se había salvado del campo de concentración nazi de Auswitz y que luego se especializó en construir presidios. Huir era imposible. Para ellos no había más posible salida que atravesar el océano a nado o cruzar el desierto de salitre, que acaba por quemarte. Yo sólo quería que los presos me dijeran sus nombres y filmar lo más posible para sacar la películas del país y que no pudieran decir que esas personas habían desaparecido. Allí había periodistas, campesinos, trabajadores, ministros de Allende, su médico personal, Danilo Bartulín, militantes de izquierda... Fue lo último que hice. Y desaparecí.»
    Se resiste a contar cómo salió y quién le sacó de Chile. Luego lo hace parcialmente, sin nombres, y con expreso mandato de que no se publique. «Yo llevaba doce años siendo reportero de guerra y había aprendido a protegerme algo. Cuando los generales se dieron cuenta de que yo estaba del otro lado, me condenaron a muerte por "traicionar la confianza de la honorable Junta Militar". Durante tres o cuatro años procuré tomar algunas medidas de seguridad.»
    En Europa difunde las imágenes y las entrega a Amnistía Internacional y al Tribunal Bertrand Russell. Desde la BBC, de Londres, entrevista a Pinochet en directo. El general niega que haya personas confinadas en campos de concentración.
    «La historia -dice Miguel Herberg- siempre se repite: gente que quiere doblegar a los demás y gentes que no se dejan doblegar.»

Artículo de Javier Cuartas publicado en el periódico Nueva España el 7 de diciembre de 1998.

[La Fundación está preparando un libro de fotografías con las imágenes tomadas por Miguel durante la preparación y la ejecución del golpe militar chileno, y sus posteriores consecuencias (campos de concentración, represión...), donde podemos conocer los nombres y las caras de los principales militares y civiles implicados en el golpe. Tan pronto como esté preparada la edición lo pondremos en conocimiento de los compañeros a través de la prensa libertaria para quien desee adquirirlo.
    De momento, y gracias a la generosa entrega que el compañero Herberg nos ha hecho de la película Chile 73 o La historia que se repite, ofrecemos la posibilidad de conseguir la cinta de vídeo a 1.200 pts. Todo aquél que esté interesado puede solicitarla a la Fundación.
    Además se ha editado un cartel con fotografías sobre la represión en Chile. Esta iniciativa tiene como objetivo financiar la acusación particular contra Pinochet, que está recurrida, porque aunque pueda parecer paradójico, Garzón no acepta que Miguel Herberg pueda personarse en el proceso. El cartel se puede conseguir solicitándole a la Fundación por 500 pts.]

LOS OTROS

Bilbeny, Jordi L'independentisme d'en Salvat-Papasseit, Sírius,1991, (Els Nostres Escriptors, 3)

    Joan Salvat-Papasseit, conocido como el Gorkiano, y leído en español especialmente por su obra Humo de fábrica, Un enemigo del pueblo, su manifiesto futurista, etc., es analizado por el autor de esta obra en un momento crucial de su vida ideológica y literaria. Su paso de la prosa al verso, con la visión que mantendrá a lo largo de toda su obra de los poetas que él considera como piratas y guerreros irreductibles, a favor de causas nobles, o por el mero placer de la lucha. Paralela a su evolución de gorkiano, y afectado por el lenguaje creado por la Revolución rusa, a independentista.


Boulton, Marjorie Zamenhof, autor de l'esperanto (trad. Jordi Carbonell i Pinyol; amb una cronologia del moviment esperantista català de Narcís Fluvià i Figueras), El Llamp, Sírius, 1987 (L'Aplec)

    Biografía de la vida y la obra del creador del movimiento esperantista, con fotografías. Considerada la mejor de la biografías de todas las dedicadas a Zamenhof, fue publicada inicialmente en inglés, Creator of esperanto, y dos años más tarde en esperanto Autoro de esperanto, en la versión definitiva, de la cual se ha partido en la traducción catalana.

Cresell, Joan: Premsa catalana clandestina 1970-1977, Edicions Crit, 1977.
Premsa catalana clandestina i d'exili 1917-1938, El Llamp, Sírius, 1987 (La Rella)


    Estos dos volúmes son una recopilación de la prensa clandestina y del exilio de estos dos períodos de la historia más reciente, con explicación de sus características y reproducción de sus cabeceras.

Palomero Martínez, Dora: Los trabajadores de ENASA durante el franquismo, Sírius, 1996 (Memòria Històrica, 1)

    Esta obra nos relata la vida y el devenir de una empresa: ENASA (Pegaso), durante el franquismo, así como el desarrollo y evolución del movimiento obrero en la misma. Hablar del movimiento obrero de Pegaso es hablar del movimiento obrero español. Los trabajadores de ENASA fueron, junto con otras empresas, la cabecera del movimiento obrero catalán en la lucha por mejorar la condición de fábrica y en la lucha por las libertades políticas y nacionales de nuestro pueblo. Quedan reflejados los comportamientos y actitudes de sus trabajadores, desde las primeras movilizaciones a principio de la década de 1950, cuando las luchas surgían de forma espontánea como respuesta de los trabajadores a las durísimas condiciones de vida y de trabajo que los obreros tenían que soportar dentro del contexto de una represión feroz y pertinaz que con mayor o menor intensidad estará presente en toda la etapa franquista, mientras el movimiento obrero en la fábrica va consolidándose, hasta llegar a las últimas movilizaciones contra la Dictadura de febrero de 1974, cuando el régimen emitía su canto del cisne ante la lucha generalizada de oposición antifranquista.

Turró i Martínez, Antoni: El paper moneda català en la franja de ponent 1936-1939 (prólogo de Valero Chiné, del Comité Local Antifascista de la CNT de Fraga -Huesca-) El Llamp, Sírius, 1987 (La Franja)

    Exiliado de la pasada guerra española, es el máximo especialista en papel moneda municipal, del cual posee una de las mejores y más completas colecciones al respecto. En esta obra se reseñan ampliamente y reproducen a tamaño y colores originales todos los billetes emitidos por los ciento cuarenta y cuatro Consejos Municipales y Colectividades de los municipios catalanes administrados actualmente por las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel.

Vargas-Galarons, Ricard de, y otros: Anarquisme i alliberament nacional, El Llamp, Sírius, 1987 (La Rella)

    Se trata del primer estudio de un colectivo de jóvenes libertarios que asumen el independentismo catalán desde posiciones ácratas sobre la base de una crítica del españolismo anarquista y del independentismo estatista y autoritario. "La independencia estatal para nosotros, no es independencia, sino otra forma de dependencia y de opresión. [...] Entendemos la independencia como la autogestión de la sociedad catalana a todos los niveles".

Tavera, Susuna, Solidaridad Obrera. El fer-se i desfer-se d´un diari anarco-sindicalista (1915-1939). Barcelona: Diputació de Barcelona, Col-legi de Periodistes de Catalunya, 1992

    Solidaridad Obrera fue un periódico muy popular y de gran tirada que lanzaba el anarcosindicalismo catalán pero que llegaba a todos los rincones de la Península. La autora de este libro analiza el diario hecho por los trabajadores y dirigido a los trabajadores, muy significativo para quien desee conocer cómo se hacía un periódico anarcosindicalista.

Pereira, Dionisio, Sindicalistas e rebeldes: anarcos da historia do movemento obreiro na Galiza

    Este libro, que nos ha donado el autor, da a conocer a muchos anarquistas gallegos que la historia oficial, como siempre, trata de olvidar.

Dobón Antón, M. Dolores, Azorín anarquista. De la revolución al desencanto, Alicante: Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1997

    Si la generación del 98 generó en su principio un análisis muy anarquista de la sociedad a través de sus ensayos y novelas, a la larga casi todos sus miembros evolucionaron hacia posiciones más conformistas. (Valle-Inclán sufrió el proceso inverso). Azorín fue un destacado miembro del 98 que siguió esas pautas: con el transcurrir de los años se fue haciendo más conservador. Este estudio de Dobón nos da a conocer el camino de su evolución política.

Fernández Santander, Carlos, Biografía de la novela de la Guerra Civil y el franquismo. Sada (La Coruña): Edicios do Castro, 1996

Una importante aportación la que nos da el gallego Carlos Fernández de un tema poco tratado de dos períodos clave de la historia reciente

Berneri, Camilo, Humanismo y anarquismo, edición de Ernest Cañada. Madrid: Los Libros de la Catarata, 1998

    Antología de escritos del filósofo anarquista italiano que fueron redactados entre 1915 y 1937. Esta edición rompe un largo silencio y trata de recuperar la memoria de un humanista generoso que dio su vida por la revolución en España.

Vilanova, Mercedes, Las minorías invisibles. Explotación fabril, revolución y represión: 26 entrevistas. Barcelona: Icaria, 1996

    Este riguroso estudio da voz a quienes nunca la tuvieron y subvierte casi todo cuanto se ha escrito acerca del movimiento obrero en los años treinta y de las colectividades industriales de la Guerra Civil en Cataluña.

EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA

Educación y Biblioteca. Revista mensual de documentación y recursos didácticos
[Tilde Servicios Editoriales. Príncipe de Vergara, 136, Oficina 2. ª 28002 Madrid. Teléfono: 91 411 16 29]

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IPortada del número 97 de Educación y Biblioteca
dedicado a Bibliotecas
y anarquistas



    Esta revista, a la que venimos siguiendo desde hace algo más de un año, aborda distintos temas desde la óptica de la educación y la biblioteca, y casi todos sus números suelen tener un contenido social de marcado compromiso. Dedicaron el número 85 a «Servicios bibliotecarios en las prisiones», muy bueno. Ahora, en el número 97, el de febrero, sacan a la luz el dedicado a «Bibliotecas y anarquistas», que está muy bien elaborado y que facilita la dirección de varios centros de documentación libertarios. Cualquier compañero puede quedar gratamente sorprendido del cariño con que se trata el anarquismo en esta revista. Uno se cansa de las solemnes tonterías que se suelen ver en los medios de comunicación sobre la acracia.