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Contraportada: Obra con la que el compañero Obdulio da Silva contribuyó al certamen literario

Sumario:

Oferta de subcripción a todas las publicaciones. Por los senderos del siglo xx, luchas de Mujeres libres, Marta A. Ackelsberg.
Editorial. Emma Burgos: hay puntos más obscenos que coger, Carlos Lorenzo.
La exposición itinerante de Carlos Cotez. Más maldito que ninguno, Cinematógrafo, Andrés Carranque de Ríos.
Ediciones de La Fundación. Recuerdos y reflexiones, Santiago Carrillo.
Baltasar Lobo: un escultor libertario. Un libro magistral, Memorias de un campesino anarquista, Juan Caba Guijarro.
Breves sobre cine. Profeta en tierras lejanas.
Los otros.
Emoción y libertad en blanco y negro. Una voz cenetista en Tánger.
Donaciones a la Fundación. Recordando a Suceso Portales.
I Certamen Literario Boletines de inscripción y pedido.
La ecología de la libertad: el surgimiento y la disolución de la jerarquía, Bookchin Murray.

Organo difusor de la
Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo.
Paseo Alberto Palacios nº 2, 28021 Madrid. Tel: 91-797 04 24.
Fax: 91-505 21 83.

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Con esta modalidad lo que pretendemos es ofrecer la posibilidad de que aquellos compañeros que deseen ir recibiendo las publicaciones que vaya editando la FAL, las tengan con puntualidad, sin perder ninguna de ellas porque se haya agotado la edición o por cualquier otro motivo. Además se consiguen los libros de forma más económica.

Deseo recibir todas las publicaciones que vaya editando la Fundación Anselmo Lorenzo a partir de la recepción de esta suscripción y que pagaré contra reembolso con un 35% de descuento sobre su precio de venta al público y libre de gastos de envío.


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Editorial.

Una vez más llevamos a la calle el nuevo número. Gran empeño y muchos esfuerzos para dar a conocer, con nuestra mayor satisfacción, estas páginas. Cada vez que el boletín ve la luz, los que lo realizamos creemos alcanzar el nirvana. Si alguno lo desea y desconoce este camino que conduce a tal estado de satisfacción, que se una al proyecto y lo sentirá en su espíritu.
Como podéis comprobar, hemos ampliado el número de colaboradores en la redacción de artículos, especialmente en las reseñas de los libros, alcanzando dos objetivos: enriquecer con el pensamiento de otros las ideas libertarias y descansar un poco los que habitualmente estamos en la brecha. Se unen firmas como las de Paco Madrid (que ha tenido la suerte de acceder a la jubilación y unirse al proyecto que estamos realizando; trabajo tiene), Valle-Inclán, Ignacio de Llorens, Raúl Ruano... A todos ellos les agradecemos el trabajo que han realizado y el interés que ponen para que el proyecto siga adelante.
Hay un asunto triste que desde hace tiempo venimos intentando afrontar y que vamos posponiendo. Ya no nos queda más remedio que dar una solución, quizás no la mejor, pero no hemos encontrado otra factible. A partir de ahora no nos va a ser posible enviar el boletín a todos los que lo reciben, especialmente a quienes no viven en España. Ha crecido tanto la demanda y es tal el gasto de envío al extranjero que, para hacernos una idea, nos cuestan más los sellos de Correos que el propio boletín (el coste de imprenta). Originalmete el Bicel se creo para distribución interna, y en los números iniciales no tirábamos más de 300 ejemplares (edición en fotocopias). Pero como además de difundir las ideas y actividades que realizamos, el Bicel cumple en parte la función de catálogo (muchas de sus páginas están destinadas a reseñas de libros editados), nos esforzamos en que llegase a todo aquel que lo solicitara. También así se aumentaba la petición de libros de la Fundación. Ahora bien, estamos situados en algo más de 2.000 direcciones donde enviar el boletín, del cual tiramos entre 3.000 y 4.000 ejemplares (publicados en imprenta). Pese a que tenemos un convenio con Correos para economizar el envío (se remite como difusión cultural), el coste es elevadísimo para nuestros escasos recursos económicos. Téngase en cuenta que el franqueo de un ejemplar para una ciudad española es de 19 ptas., frente a las 117 que supone el envío a otros países.
De las soluciones que se nos ocurren, hemos optado por seguir enviándolo a quienes residen en España y a todos los colectivos, sindicatos, ateneos y bibliotecas libertarias, tanto españolas como estranjeras. Hacemos un llamamiento a los compañeros de otros países para que se acerquen a sus centros libertarios y puedan leerlo, ya que a partir del próximo número no enviaremos sus los pedidos personales. Otro factor que nos ayuda es Internet. El Bicel núm. 7 está ya en nuestra pagina web, y procuraremos incluir los siguientes tan pronto nos sea posible. Sabemos que no todo el mundo tiene acceso a Internet, sin embargo cada vez llega a más rincones (universidades, centros de trabajo, etc.)
Una solución que se barajó fue la de ponerle un precio al boletín, salvo para los socios de la Fundación, que ya nos ayudan bastante con su cuota. Esta idea no prosperó devido a la irregularidad de la que adolece en su salida el boletín, además de que es tan poco lo que habría que cobrar, que los trámites y la gestión de este cobro sería más costosa que el propio boletín. Esperamos que todos los compañeros entiendan las razones aducidas.
Bajo la sección «Los otros...» incluimos breves comentarios de los libros que algunas editoriales han tenido la amabilidad de remitirnos, previa petición por nuestra parte. La pretensión es, por un lado, obtener ejemplares gratuitos que engrosen la biblioteca de la FAL (la cual puede consultar todo aquel que lo desee), y por otro, dar a conocer obras que se publican sobre anarquismo en la actualidad por editoriales ajenas a nuestros medios. Por estas razones no disponemos de ejemplares para distribuir. Todo aquel que esté interesado en conseguir estos libros puede hacerlo en la librería del pueblo o ciudad (normalmente son editoriales relativamente conocidas). Para los casos en que consideramos se trata de editoriales pequeñas que no llegan a muchas librerías, indicamos su dirección, teléfono o fax, facilitando su adquisición.

la exposición itinerante de carlos cortez

Los viajes siempre enriquecen el saber y la experiencia humanos. A mediados de junio, invitados por Federico Arcos, un viejo y veterano anarquista exiliado en Windsor (Canadá), tuvimos la oportunidad de conocer a los compañeros Carlos Cortez y Marianna, que viven en Chicago (EE UU).
Acogidos en su casa, pudimos disfrutar de su amabilidad, generosidad y maravillosa hospitalidad, y conocer algo de sus vidas y parte de la extensa y magistral obra gráfica de Carlos. Les hablamos de la Fundación Anselmo Lorenzo y enseguida ofrecieron algunos de sus trabajos para que nos los trajésemos. Una donación generosa, dieciséis grabados elegidos entre los que más nos gustaron. Y que con paciencia fue dedicando uno a uno con su inconfundible firma, el coyote aullando, a la Fundación. La idea de poder realizar una exposición fue inmediata, dado el valor de esta colección.
También nos donó algunos de sus libros de poesía (Cotez es un artista polifacético) y otros folletos y postales que hemos considerado de interés para que formen parte de la exposición. Algunas fotografías que se tomaron en su casa están igualmente incluidas, así como dos grabados más, de una colección particular.

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Carlos Cortez durante la firma de sus preciosos grabados


Con la exposición itinerante lo que pretendemos es dar a conocer el quehacer artístico de este wobbly. Si la colección se hubiera reservado para la sede de FAL solo la acabarían conociendo aquellos que pudieran visitarnos. Es una gran alegría, saltando fronteras en las que nunca creímos, poder dar a conocer el arte de un anarquista americano poco conocido en los medios libertarios españoles.
Los linóleos y xilografías del anarcosindicalista Cortez nos hablan de la otra Americá, no de la que nos presentan los de Arriba. Carlos nos descubre a los trabajadores que luchan en las huelgas y se manifiestan para conquistar mejoras económicas y sociales. Sus cuadernos denuncian las injusticias y opresiones que sufrimos. Pero también en sus grabados podemos ver reflejada la angustia vital a la que no somos ajenos ningún ser humano. Sus calaveras, influencia clara y directa de Posadas, son un fiel reflejo de lo que hablamos.
En un principio pensamos hacer un artículo ilustrando algunos de sus trabajos en este número del Bicel. Considerando que el trabajo merecía la pena, por su calidad y extensión, hemos optado por hacer un Catálogo de la exposición itinerante, donde incluimos un estudio analítico de la vida, obra e ideas de Cortez, y donde reproducimos todos los grabados que componen la exposición, salvando así las limitaciones que imponían estás páginas. El texto es de John Pittman Weber, que nos ha parecido acertado porque resalta muy claramente y en síntesis los principales valores de su filosofía y trabajos, y las influencias que directa o indirectamente ha recibido de otros artistas o corrientes estéticas. Solo hemos tenido que traducirlo de inglés.
Como todos los eventos, la exposición y la confección del catálogo han sido posibles gracias a la generosidad y esfuerzos de algunos compañeros que ofrecieron su saber, su trabajo y su precioso tiempo en hacerlos realidad. Nuestro más sincero agradecimiento libertario a todos ellos.
Todos aquellos que lo deseen (sindicatos, ateneos...), que sepan que la exposición está disponible para recorrer todas las ciudades y pueblos de Iberia, cuantos más, mejor. Solo deseamos que se comunique con antelación a la FAL para poder coordinar las fechas. El catálogo de la exposición itinerante se puede, igualmente, solicitar a la Fundación.

Manuel Carlos García

ediciones de la fundación

Un nuevo cuaderno libertario, El último verano soviético, Ignacio de Llorens

Llores, Ignacio: El último verano soviético, Madrid, Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 1999. (Cuadernos libertarios, 5) 125 págs.

Con el número cinco de la colección Cuadernos Libertarios, la Fundación ha publicado el libro de Ignacio de Llorens donde narra su experencia en el país soviético.
En el verano de 1991, el compañero Ignacio de Llorens viaja a San Petersburgo para estudiar ruso. Durante su estancia en el país soviético le sorprende el golpe de Estado militar que pretende anular las incipientes aperturas democráticas.

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De Llorens, en el momento en el que los tanques salen a la calle, se encuentra de visita en Moscú. No sale de su asombro ante la situación, que no comprende, hasta que averigua que lo que ocurre es que los militares están en la calle para derribar a Gorvachov. El pueblo sale a la calle y en estas manifestaciones civiles Ignacio se une a los compañeros libertarios, que se animan a levantar barricadas en el centro de la capital, haciendo frente a los militares. Es allí donde un simpático español se convierte en la mira de muchos manifestantes, que los compañeros libertarios muestran con orgullo en su barricada. Ignacio de Llorens, con su escaso ruso, se hace entender mostrando una insignia de Tolstoi, el anarquista ruso de la no violencia.
Entusiasmado por su primera experiencia en suelo soviético, el autor realiza una profunda reflexión no solo de la historia reciente de Rusia, sino que hace un recorrido por las calles de Crimen y castigo, recordando a los autores más apasionantes de la literatura rusa. Las anécdotas del viaje se unen a un serio análisis del devenir de las transformaciones sociales. Lo que fuera para algunos el ansiado paraíso comunista, Llorens nos lo presenta como una cruda realidad: una sociedad autoritaria donde la miseria está generalizada, la desconfianza es habitual, la tristeza se percibe en la cara de los ciudadanos... Una muy penosa situación para un pueblo que ha sufrido tanto. Después de soportar al zar han tenido que sufrir las arbitrariedades e irracionalidades del Partido. Los últimos cambios políticos han favorecido las mafias y el enriquecimiento rápido de unos pocos. Las largas colas siguen siendo interminables ante los mercados vacios. En estas lamentables e indeseables circunstancias los rusos se las agencian como pueden para poder sobrevivir.
De los grupos libertarios con los que toma contacto, Ignacio de Llorens nos habla sobre sus actividades, publicaciones periódicas y sobre sus ilusiones, pocas ante este panorama. Tratan de recuperar el sendero de la libertad en la lucha contra las injusticias, rescatando los textos de los pioneros del anarquismo ruso: Bakunin, Kropotkin... Curiosamente, algunos periódicos anarquistas tienen tiradas considerables para la poca militancia y compañeros que han podido sobrevivir al terror del Partido, aunque en general suele ser gente joven.
El libro es muy ameno, y frente a esta fotografía tan triste de la realidad del pueblo, el autor sabe contar de forma muy atractiva y graciosas algunas anécdotas que provocan la hilaridad del lector, para momentos después sumergirse otra vez en la cruda realidad.
El libro tiene numerosas fotografías, unas sobre monumentos históricos y personajes literarios, otras de la actualidad, de las barricadas y manifestaciones anarquista en contra de los militares. Documentos gráficos que pudo traer de regreso del viaje.
Poco después de triunfar la revolución soviética, Emma Goldman denunció a los comunistas rusos. Ella, como tantos otros compañeros, tuvieron que sufrir la represión del aparato del partido. Desde entonces, las corrientes libertarias han venido denunciando lo que es un camino erróneo, una pseudosolución para la libertad y justica por las que lucha el pueblo. Y en la actualidad se sigue haciendo. No es el único libro que va a sacar la Fundación sobre la barbarie autoritaria del capitalismo de Estado. Ahora se está preparando la edición de un libro sobre el anarquismo en Cuba, donde se denuncia a Batista, pero donde también se pone en claro la represión de la dictadura castrista. Las denuncias contra el neoliberalismo económico que sufrimos las seguiremos sacando a la luz, pero las barbaridades autoritarias de los llamados países comunistas también las vamos a dar a conocer.

Manuel Carlos García

Cuentos libres para niñ@s libres, M.ª Angeles García-Maroto

García-Maroto, M.ª Ángeles, Cuentos libres para ni@s libres, Madrid, FAL, 1999, 93 páginas.

Presentamos en esta ocasión la última creación que nos ha brindado la compañera M.ª Ángeles García-Maroto. Se trata de una colección de relatos breves para niñ@s preadolescentes, titulada Cuentos libres para niñ@s libres.

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«Cuentos libres», sí, en oposición a los «cuentos clásicos» basados en los «cuentos tradicionales», pero sin la originalidad e ingenio que dispensaría a éstos. «Cuentos clásicos» que no hacen sino reiterar hasta lo indecible los mismos tópicos y las mismas ideas caducas de esta cultura decadente que queremos erradicar, cuentos cargados de sexismo, maniqueísmo, jerarquía, insolidaridad, injusticia..., que l@s más pequeñ@s empiezan a asimilar como normal desde su más temprana edad.
Contra todo esto se revela la obra que que nos ofrece la autora, desprovista de la carga sexista inherente a la mayoría de los cuentos que se publican e incidiendo en valores, no ya perdidos, sino abandonados. Valores tales como igualdad, solidaridad y, sobretodo, libertad, esta última no sólo presente en el contenido de estos pequeños relatos, sino en el enfoque y planteamiento general de la obra, pues se trata de cuentos abiertos en los que l@s peque@s lector@s, y l@s no tan pequeñ@s, pueden dar forma definitiva, si así lo desean, al final de algunos de los cuentos.
De esta forma, las niñas y niños que los lean tendrán unos referentes sobre las relaciones humanas basados en unos valores que puedan hacerles más libres, así como desarrollar en ell@s un verdadera ética social, algo que desde juegos está muy lejos de lo que nos ofrecen esos «cuentos clásicos» publicados por la gran mayoría de las editoriales comerciales.
En suma, este pequeño libro que nos trae Mª Ángeles es provocativo y vanguardista, es un choque frontal con las publicaciones infantiles al uso y es posible que no sea del agrado de muchos padres, pero eso no importa, puesto que lo que fundamentalmente trata de hacer la autora con su obra es romper esquemas, los esquemas, los esquemas de esta sociedad mediocre, vana y frívola en la que vivimos.

José Manuel Valle Vega

...Y el verbo se hizo pueblo. ¿Quién dice No?: en torno a la anarquía, A. García Calvo, Isabel Escudero

García Calvo, Agustín e Isabel Escudero: ¿Quién dice No?: en torno a la anarquía, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 1999 (Actualidad, 5).

Resulta encomiable el empeño de Agustín García Calvo por llevar su voz itine-rante allí donde se le solicita, donde se improvisan ágoras para la reflexión y el diálogo, sea en centro de enseñanza, sindicatos y asociaciones de toda laya repartidas por ciudades, pueblos y arrabales. Fruto de su renovado empeño por hacer aflorar la razón común son este ramillete de charlas que ahora se publican.
Denunciar el tupido entramado de ideas que nos viven y nos piensan, y constituyen la realidad a la que se nos condena resulta, como primera providencia, la tarea a la que nos invita García Calvo. Ese denunciar desaprendido, el acto de mostrar la falsedad artera del dominio del poder es ya manifestación de razón común que palpita por debajo de la corteza de la realidad del Poder. Y eso es lo que le cabe al pueblo, a lo que no es Poder, pensar desde ese sustrato compartido: «Dejar pensar al corazón, o sea, a eso que nos queda de pueblo» (pág. 76).
La realidad impuesta es la mentira. En ello se halla una necesidad del Poder. Sin embargo, la mentira de la realidad no queda establecida de una vez para siempre, el Poder tiene que reconstruirla, producirla, fabricarla cada día; lo cual, por otro lado, demuestra que su imperio no es definitivo ni concluyente. Al pueblo se le tiene que convencer cada día, es, pues, irreductible a una mentira eterna y se le somete a una eterna mentira. En esta resistencia reside su fuerza. El lenguaje es del pueblo, y en el corazón de todo lenguaje, del logos (palabra, razón, lógica...), está la negación. Frente al discurso de la positividad que sostiene el Poder, le cabe al pueblo el uso de la razón común, del lenguaje que queda constituido por la posibilidad de decir no y oponerse a todos los rostros que la dominación va adquiriendo: Dios, Estado, Dinero, Progreso, Persona...
En las charlas que se compendian en este volumen se constata el empeño de Gar-cía Calvo por arremeter contra estas ideas. Y este ejercicio libertario lo hace desde el terreno común a todos, de ahí que ponga especial ahínco en invitar a los asistentes a desprenderse de sus atributos como identidades de Poder desde los cuales lo que creen es lo que es creído, lo que piensan resulta siempre lo ya pensado, eso sí, todos y cada uno defendiendo sus opiniones como propias, siendo como son todas las mismas. En lugar de hablar desde la Persona, invita García Calvo a hablar desde el lenguaje común, a dejarse hablar para que salga, emerja lo sepultado por el Poder.
En la charla «¿Quién dice No?», que da título al volumen, se reflexiona sobre la constitución del lenguaje a partir de la posibilidad de negar, de oponerse a la marcha triunfal y devastadora del Poder en la confianza de que pueda negarse el sustituto de vida que se nos impone y atisbas lo que de verdadera vida pueda darse por debajo.
En «El Dinero» se piensa en contra de esta deidad que es lo que hoy reina con el don de ubicuidad: «El Dinero, puesto que es de lo que más se habla, es la realidad de las realidades, al mismo tiempo que es también la muerte de las cosas» (pág. 53).
Y en «Placer y negación» se establece una forma de diálogo con Freud a partir de nociones como inconsciente, ensueño... Mientras que la imposición del llamado por el autor de La interpretación de los sueños «principios de realidad» a los niños es la creación de la realidad, la negación, a su vez, como represión es también fundadora de realidad. Claro que nos queda el recuerdo, «esa dulzura poderosa del recuero» (pág. 115) en la que quedamos liberados de nosotros mismos.
El volumen se completa con dos charlas de Isabel Escudero «El verdadero funda-mentalismo», donde denuncia la Cultura Única del Poder, que se sustenta fundamentalmente en la Televisión y el Turismo y que cubre con su manto el orbe bajo el modelo de Desarrollo. Y en «Las mujeres y el Dinero» repasa las formas de mercadería que se establecen a través de la mujer como moneda de pago.
Estamos, pues, ante un libro con fuerza donde puede notarse el pálpito de un ra-zonar desde y hacia lo común, de un verbo que liberado del vasallaje de lo personal quiere reencontrarse como lo que es, como pueblo.

Ignacio de Lloren

Chile 73 o La historia se repite, Miguel Herberg

Herberg, Miguel: Chile 73 o La historia que se repite, Madrid, 1999 (Imágenes, 1).

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El proceso judicial incoado a Pinochet ha vuelto a reabrir las viejas heridas, nunca cerradas totalmente, que fueron infligidas a una gran parte de la población chilena. Se vuelve a asistir a la prepotencia de una casta -la militar- que actúa en Chile, al igual que en muchas otras partes, como en territorio conquistado.
A los pocos meses del golpe de Estado triunfante de Pinochet y sus secuaces, Miguel Herberg, utilizando unas vías que hoy nos parecen increíbles, lograba realizar con grave riesgo de su vida un reportaje filmado de los -para el régimen militar inexistentes- campos de prisioneros de Chacabuco y Pisagua. Gracias a este reportaje filmado, dado a conocer al mundo tras su salida espectacular de Chile, el gijonés Miguel Herberg dio rostro a los desaparecidos y salvó innumerables vidas que de otro modo hubieran desaparecido definitivamente.
Tras la edición del vídeo donde se recoge este reportaje, se publica ahora una amplia colección de fotografías que complementan y completan el reportaje gráfico.
A pesar de la importancia que tuvo en su momento, no pudo publicarse en España por causa de la dictadura y posteriormente se fue demorando su publicación. Y aunque en la actualidad ha perdido parte de su importancia como denuncia de la barbarie represiva de los militares golpistas chilenos, conserva en su totalidad su riqueza como documento histórico de aquel proceso bárbaro. Sobre todo en estos momentos en los que se trata de encausar al máximo responsable del mismo para recordar y recordarnos que hubo muchos otros responsables que también deberían ocupar su puesto como acusados en el tribunal de la historia.

Paco Madrid

La raison douloureuse, Frederico Gargallo Edo

Gargallo Edo, Federido, La raison douloureuse, (trauit de L'espagnol par Gloria Gargallo), Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 1999 (Testimonios, 8)

Son pocas las librerías que hoy día no ofrecen en sus estantes una sección de biografías y memorias. Estos escritos están en auge y puede que tengan algo que ver en ello la centralidad que está ocupando el individuo en los procesos sociales. Cada vez son más los discursos que giran en torno al individuo y menos frecuentes los que apuntan a un decir y un hacer colectivo.
Sin embargo, esto es una verdad a medias. Al menos en el caso del movimiento libertario, donde las autobiografías han sido una constante desde sus comienzos y donde la voz personal se entiende como parte de un proyecto social. Los militantes anarquistas se han preocupado de dejar constancia de sus vidas, en la calle primero y después, con la calma y la sabiduría que dan los años, por escrito.
A pesar de su abundancia, son muchos los manuscritos de vidas libertarias que aún están sin publicar y, por tanto, que permanecen ignorados por casi todos. Para rescatarlos del olvido y darles voz, la Fundación Anselmo Lorenzo viene publicando desde hace tiempo una serie de Testimonios y otras de Biografías y Memorias, donde tienen cabida este tipo de materiales, indispensables para hacer la historia de los más desfavorecidos desde su propio punto de vista.
A este género pertenece La raison douloureuse, la autobiografía de Federico Gargallo Edo (escrita en castellano y traducida por su hija Gloria al francés, pues no en vano vivió en el país vecino la mayor parte de su existencia). Es la historia de vida de un trabajador anarquista, autodidacta por obligación, pero poseedor de un vasto saber, apasionado de la geografía, del conocimiento del mundo y de las estrellas. Es la memoria personal de un albañil, orgulloso de ser útil a la sociedad con su manos, que pasó su vida en los andamios del ideal libertario. Es también parte imprescindible de la memoria colectiva, la de todos aquellos trabajadores de condición humilde que defendieron las ideas libertarias y lucharon por conseguir un mundo más libre y más justo.
Federico Gargallo narra de una manera hermosa y directa, sin heroísmos, su paso por la vida. Y lo hace en condiciones de trabajador, en condición de libertario y en condición de paria. Nació Federico en una familia humilde de trabajadores emigrantes y, desde entonces, la pobreza y la movilidad serán una constante en su devenir. Pero a ellas va a añadir, la utopía anarquista, es decir la toma de conciencia de su posición desfavorable de partida y el deseo de salir de ella.
Nació a comienzos de siglo en un pueblo de Teruel (Alcalá de la Selva, 1906) que muy pronto abandonó, ya que sus padres no tenían trabajo y emigraron, primero a Tortosa, luego a Barcelona y más tarde a Monesties (Francia). Federico cuenta por aquél entonces con nueve años y comienza ya para él su vida de trabajador, vida que no dejará hasta 1965.
En 1918, regresan a Barcelona por la mala salud de su madre y el pequeño Federico trabaja con su padre en una obra hasta que éste muere por causa de una epidemia de gripe. A los 12 años se convierte así en cabeza de familia.
Federico enmarca muy bien sus memorias en el contexto social de que forma parte. Su toma de conciencia libertaria brota de un ambiente de pobreza, de desigualdad e injusticia. De una vida dura que le empuja a tomar partido del lado de los más débiles, del lado donde él y su familia se encuentran.
Entra en contacto muy pronto con los grupos libertarios, muchos de los jóvenes militantes no cuentan aún con 15 años, y participa activamente en huelgas y reivindicaciones sindicales, como miembro de la CNT. En 1923, la represión de la dictadura de Primo de Rivera y la posibilidad de que lo llamasen a filas para participar en la guerra de España y Marruecos, le hacen abandonar de nuevo el país y pasar a Francia. Viaja hasta Burdeos, al barrio obrero de Cenon, donde puede alojarse en casa de unos amigos. En esta ciudad y en este barrio de trabajadores emigrantes pasará gran parte de su vida realizando trabajos muy diferentes: en la vendimia, en el muelle como descargador, en una fábrica de productos químicos, pero sobre todo como carpintero y albañil. La vida en Francia fue muy dura para los exiliados, para los emigrantes. Los españoles no fueron bien recibidos ni por las autoridades ni por la población. Aunque sí hubo personas que mostraron el lado civilizado de los seres humanos y llevaron a cabo numerosos gestos de solidaridad para con los vencidos, con los pobres en tierra extraña. Federico recuerda especialmente a aquella mujer que, en el duro invierno de 1923-1924, mientras trabajaba como albañil a la intemperie, con escasas ropas y mojadas, le hizo entrar en su casa para que se secara y tomara una taza de café con leche caliente: «no era más que un gesto de simple humanidad, pero yo no he olvidado nunca ese momento, ni la bondad de esa mujer, tan grande como era mi desnudez».
En Burdeos se organizan muchos actos culturales en los medios libertarios a los que Federico acude con otros muchos compañeros después de trabajar. A pesar del cansancio acumulado, aquéllos eran momentos de alegría, donde lo importante era aprender y confraternizar. Los jóvenes anarquistas van a clase de Esperanto, leen con avidez, escuchan conferencias y forma el grupo Sébastien Faure, al que seguían con gran entusiasmo.
Pero la crisis de 1930 da paso a una vida mucho más difícil. Los únicos trabajos para los extranjeros son los más duros. Federico se une libremente a Trinidad y ambos siguen los avatares de la República española. En 1934, en Burdeos se organizan la acogida de los compañeros libertarios que huyeron de la represión que se desató en Asturias tras la experiencia revolucionaria. En julio de 1936, marchan a ayudar a la República junto a un grupo de jóvenes de Burdeos. Llegan a Puigcerdá y la experiencia colectivizadora llevada a cabo en muchas partes de Cataluña les llena de orgullo y entusiasmo. Participan de forma activa, Federico en las milicias de defensa y Trinidad ayudando en el hospital. Su ayuda en la obra social libertaria no fue nunca a través de las armas. Federico fue un pacifista incombustible, fue, por temperamento físico e intelectual, tolstoiano, enemigo de toda violencia, venga de donde venga. Incluso en guerra, nunca estuvo en el frente ni cogió un fusil, aunque tampoco dejó de colaborar en diversos puestos de las colectividades: «Nosotros no habíamos venido para matar sino para participar en un ensayo de colectivización libertaria».
Las páginas que le dedica a la Revolución Social libertaria son de gran peso en las memorias. En ellas hace una defensa apasionada de las colectividades y considera que son la muestra real de que el anarquismo es posible. Y se enorgullece de pertenecer a una clase obrera tan viva y soñadora, con un inmenso deseo de ilustración. Para salir de la ignorancia y de la pobreza la educación colectiva es imprescindible. Y junto a este afán de saber, el pacifismo será el otro valor esencial del ideal libertario de Federico.
Los logros libertarios van siendo decapitados por el avance fascista y por la fuerza comunista, y poco a poco las colectivizaciones van desapareciendo. Federico trabaja en una cooperativa de carbón en Das, donde todo funciona democráticamente. El embarazo de Trinidad y el terror estalinista les llevará de nuevo a Francia, el 29 de abril de 1938. Las condiciones de vida que se encuentran siguen siendo muy difíciles, el trabajo escasea y más para los extranjeros. Además, en 1940, comenzó la pesadilla de la ocupación. La economía y la vida en su conjunto pasan a estar controladas por los nazis. Se instala un régimen de terror del que no saldrán hasta 1945.
A finales de los cuarenta, Federico participó en dos hermosas experiencias de colectividad. En una cooperativa obrera de construcción en Burdeos y en la colonia libertaria de Aymare. La primera duró sólo dos años a causa un poco por la falta de sentido comercial y por la inocencia con la que fue llevada a cabo. Aun así, realizó tareas muy importantes, como la construcción de un pabellón para mutilados y enfermos de Aymare. Esta colonia sí tuvo una vida larga, hasta 1963, y representó todo un ejemplo de organización colectiva, de espíritu solidario y de colaboración desinteresada, en una sociedad que les era hostil.
Llegados los cincuenta, la memoria de Federico avanza más deprisa. Sigue participando en las actividades de los medios libertarios bordeleses, pero éstos van perdiendo fuerza conforme van muriendo los compañeros de más edad. El tiempo se vuelve más monótono y la vida, aunque más tranquila y apacible, más insípida. Las últimas páginas del libro son un repaso sosegado de lo que ha sido su vida. En ellas Federico se enorgullece de la experiencia libertaria de Cataluña y del ideal de fraternidad que pusieron en práctica los trabajadores españoles. Se siente también especialmente feliz de saber que muchos de los edificios que sirven a la sociedad han sido de manos laboriosas como las suyas.

La raison douloureuse constituye, pues, un documento valioso para hacer la historia de los humildes, de los pobres, de los que no suelen aparecer en los libros de la gran Historia. Un libro autobiográfico escrito por un albañil anarquista, tolstoiano que, a pesar de no tener apenas estudios, adquirió una cultura formidable, humanista y universal, como la de tantos autodidactas anarquistas que encontraban en la cultura el mayo placer y el mejor instrumento de liberación personal y social.

Raúl Ruano

Mujeres Libres: luchadoras libertarias

Varias autoras, Mujeres Libres: lucharoras libertarias, prólogo de Antonína Rodrigo,Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 1999 (Mujeres, 1).

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La memoria colectiva está hechas de múltiples testimonios individuales, cuya aportación es imprescindible para conseguir una visión lo más aproximada posible a cómo fue en realidad el tiempo pasado. Iniciativas que los años han ido relegando en el olvido fueron, en su momento, importantes y revolucionarias, como es el caso de la Agrupación de Mujeres Libres, una organización feminista nacida en el seno del movimiento libertario español en los tiempos de la II República, que editó -entre otras- una revista del mismo nombre, en la que colaboró la hoy académica de la Lengua Carmen Conde y quiso, según Pura Sánchez, una de sus militantes, «educar lo más posible a las mujeres, con el fin de que adquiriesen conciencia de sí mismas por medio de la superación cultural y del trabajo».
Mercedes Comaposada, que fue -con Lucía Sánchez Saornil y Amparo Poch- una de las protagonistas de aquel proyecto, quiso dejar testimonio escrito de aquellas experiencias y solicitó la colaboración de muchas de sus compañeras, pero desafortunadamente el original resultante desaparición tras su muerte. Diez de ellas aportan ahora sus recuerdo en un nuevo volumen titulado Mujeres Libres: luchadoras libertarias que edita la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo y que se inicia con un prólogo de Antonina Rodrigo.
Como ya nadie es capaz de poner en tela de juicio la plena igualdad de derechos de todos los ciudadanos, cualquiera que fuese su sexo y características personales, bueno será recordar que la primera norma legal dictada en España lo fue por un Ministro anarquista, García Oliver, en 1937 y que la presencia de las mujeres en centros de enseñanza y trabajo generó un proceso lleno de dificultades en el que se fue avanzando paso a paso. Y así vemos como las autoras nos explican cómo la movilización generada por la guerra civil posibilitó que la mujeres aprendieran a conducir vehículos a motor y sustituyesen en muchas fábricas a sus compañeros varones.
Mujeres Libres promovió un feminismo proletario que insertaba los objetivos de emancipación femenina dentro de los propósitos generales de emancipación social que constituían el eje central del pensamiento anarcosindicalista. Una bella utopía frustrada por las adversidades pero que ha dejado su huella y ha hecho posible algunas realidades del mundo presente.

Pablo Ignacio de Dalmases

baltasar Lobo: un escultor libertario

Parece que empieza a ser reconocido el artista en su tierra. En el año 1997 la Fundación Mapfre Vida hizo una exposición y catálogo con las obras de Baltasar

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Maternidad, obra de
Baltasar Loboarlos Cortez

Lobo, dando a conocer algo su vida y trabajos. Ahora es la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento y la Diputación de Zamora quienes se han encargado de poder recuperar para la tierra del escultor todas las obras posibles. En la actualidad, la iglesia de San Esteban de la capital zamorana cuenta con una importante colección, tan considerable que la restaurada iglesia románica empieza a quedarse pequeña para la exposición permanente del artista. La finalidad es que en su día se cree el Museo Lobo en la ciudad.
Nacido en 1910 en Cerecinos de Campos, Zamora, Lobo tuvo que exiliarse a Francia tras la Guerra Civil española. Aunque ya conocía los trabajos de Picasso, Gargallo o Miró, no es hasta su estancia en París cuando toma un contacto más directo con artistas de renombre, instalándose en Montparnasse. Su magnífica obra está diseminada por todo el mundo y sus esculturas son magistrales,
originales y encantadoras.
Agradece ver que la obra de una anarquista como Lobo empiece a ser reconocida.

Amador

 

 

 

 

 

breves sobre cine

Hay buenas e interesantes noticias sobre cine y anarquismo.
A finales del pasado año, el día 26 de diciembre, TVE emitía por la Segunda Cadena un documental sobre Francisco Ferrer i Guardia titulado Viva la Escuela Moderna. Un magnífico trabajo que de forma fidedigna cuenta la historia que muchos no quieren conocer y que a otros no les interesa que se difunda.
A principios de siglo el pedagogo libertario catalán crea una escuela que rompe con los moldes tradicionales de la educación religiosa: propone que los niños y niñas estén juntos en el mismo aula y la explicación racionalista y científica para aprehender el mundo en el que vivimos. La Escuela Moderna tuvo una buena acogida entre la clase trabajadora, especialmente entre los obreros anarcosindicalistas. En unos años se abrieron numerosas escuelas en distintos puntos del país. No bien visto por la Monarquía y el Clero, que se veían amenazados por una educación liberadora, acusaron a Ferrer i Guardia de promover la Semana Trágica de Barcelona. Y aunque era inocente de los hechos que se le imputaban, fue fusilado en 1909.
El documental, que dura casi 90 minutos, estaba concluido en 1997, pero hasta ahora no se habían podido salvar los obstáculos de la censura. De todas formas, téngase en cuenta que se emitió en un momento de muy baja audiencia, por una cadena minoritaria (la Segunda), y a las 23,30 horas de un domingo (el día anterior había sido Navidad), cuando la gente regresaba de las fiestas para al día siguiente ir a trabajar temprano.
Desde estas páginas deseamos agradecer y felicitar, mostrando nuestra más cordial enhorabuena, a todos aquellos que han hecho posible la realización de este buen filme, y por dar a conocer de forma amena y objetiva la vida de Ferrer i Guardia y la experiencia de la Escuela Moderna.
La Fundación aportó en su día cuantos documentos nos solicitaron los realizadores para la filmación y elaboración del guión. Por esta razón aparece citada en los créditos de agradecimientos finales del programa.

Comolli, el director de La Cecilia, se ha empleado a fondo con Els Joglars para plasmar en imágenes de forma muy peculiar el guión libre basado en la biografía que escribió Abel Paz sobre Durruti.
La película está realizada para TVE y de momento solo se ha proyectado en alguna ocasión como durante la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Hasta que no se programe por Televisión Española no se harán pases en salas de cine comercial, si es que llegan a un acuerdo entre productores y distribuidores.
De momento está prevista su emisión por televisión para la primavera. Esperemos que no se pongan obstáculos como parece que existieron en la de Viva la Escuela Moderna. Después de que se dé a conocer por la pequeña pantalla, la Fundación contará con copias de cinta de vídeo que distribuirá oficialmente. También en esta ocasión hemos colaborado con los realizadores.

En la excepcional película La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda, basada en textos del escritor Manuel Rivas, podemos apreciar la sensibilidad libertaria del maestro anarquista que protagoniza Fernando Fernán-Gómez. En un momento de la película, el maestro coge de la biblioteca el libro de Kropotkin La conquista del pan, una edición de principios de siglo. El ejemplar lo agenció la Fundación para el rodaje, y al final de los créditos, en agradecimientos, se cita, por error, la «Fundación de Estudios Libertaria (Madrid)», en lugar de Fundación Anselmo Lorenzo, que hubiera sido lo correcto.

La productora de Querejeta ha mostrado interés por llevar a la pantalla la historia de Delgado y Granados. En un número anterior del Bicel hicimos eco del libro Garrote vil para dos inocentes: el caso Delgado-Granado, de Carlos Fonseca, en el que se basará el guión cinematográfico. El trabajo es mucho y el camino lento, pero es posible que dentro de dos años el gran público pueda conocer la verdadera historia de la ejecución de dos anarquista inocentes de los delitos que se les imputaban.

Antonio Artero por su parte, y la Fundación ayudando en lo que puede, está interesado en dirigir una película sobre los últimos días de la vida de Bakunin. Se preguntarán algunos que por qué no una biografía completa. Hay dos razones fundamentales: la falta de medios económicos y la complejidad para poder llevar a la gran pantalla una vida tan intensa y dramática como la del anarquista ruso. Igual que la de Emma Goldman, es difícil de resumir en dos horas de imágenes, aunque ya hubo un intento que no prosperó. Esperemos que el plan del compañero Artero se pueda hacer realidad.

emoción y libertad en blanco y negro

En tres ocasiones he estado a punto de poder conocer la obra de mimo que realiza Javier de Torres, y tan solo en la tercera pude ver cumplido mi deseo

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La primera vez fue durante las Jornadas Culturales que se celebraron en Granada paralelas al Congreso de la CNT. Entonces regresaba Javier de Yugoslavia. Recién llegado manifestó su preocupación porque le habían robado el coche con todos los artilugios necesarios para la representación. Como pudo, se agenció en muy poco tiempo lo imprescindible para no suspender el acto que teníamos anunciado. Me propuso, para dar más vida y emoción al ambiente, que hiciera la presentación contando los avatares sufridos y explicando que debido a la falta del material no sabíamos qué pasaría. El público no pudo reprimir el característico ¡oh!, pero en ese momento, como teníamos previsto, se apagaron las luces y de la oscuridad surgió el actor. Yo salí para poder atender el puesto de libros que teníamos en la entrada.
La segunda ocasión se brindaba en el Ateneo de Madrid, durante los Encuentros Anarquista que celebramos en el 98. También andaba con el puesto de libros que la Fundación había montado y vi frustrado mi deseo.
Por fin, en las Jornadas Libertarias de otoño del 99, de CNT de Madrid, pude sentarme como uno más y vivir con gran emoción la representación.
No hay palabras, todo el acto es una fluida e intensa comunicación no verbal. Acompañado de música y del juego de luces, a través del gesto, de la expresión corporal, Javier nos transmite una intensa emoción, sutiles sugerencias, ideas, situaciones que nos hacen vibrar, participar. Un espectáculo digno de ser visto, un gran función que está avalada por una noble sensibilidad y una peculiar experiencia que se ha ido enriqueciendo con los distintos públicos ante los que ha actuado.
En algo más de veinte años que llevo en la CNT, dos son los actos que más me han impactado: la actuación en directo de El Cabrero durante el Congreso de Granada y esta representación de mimo de Javier de Torres.
Hay una pretensión por parte de un gran sector social de conservar, como sardinas en lata, todo aquello cuanto vive. Como el trabajo de Javier es pura vida, deseo aprovechar estas páginas para transmitirle un mensaje con mi preocupación: Manténte despierto para que no te engatusen. Cuídate que son muy hábiles, que no te engañen. Procura que no te enclaustren en la televisión porque el día que lo consigan verás frustrado tu deseo, junto con el del público, de que el globo, blanco o negro (la libertad), pueda volar, quedando irremisiblemente preso en la Caja Tonta. Recuérdalo. No lo olvides, sigue recorriendo pueblos y ciudades que somos muchos los que te estamos esperando para poder sentirte vivo.

Amador

 


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donaciones  a la fundación

Donaciones de la Federación Local de CNT y Ateneo Libertario Puente de Toledo

Los compañeros de la Federación Local de CNT de Madrid nos ofrecieron poder elegir entre los libros de su biblioteca para que pudiéramos seleccionar todos aquellos ejemplares que o bien no tuviéramos en la Fundación o que nosotros pudiéramos considerar de interés tener incluso aunque estuvieran repetidos en nuestros estantes. Varias cajas han sido transportadas desde la plaza de Tirso de Molina a Villaverde para engrosar la biblioteca de la FAL.
El Ateneo Libertario Puente de Toledo, en similares circunstancias, nos ofreció la posibilidad de elegir de su biblioteca todos aquellos libros que igualmente fueran de interés para la Fundación. El Ateneo tuvo que trasladar todas sus pertenencias al dejar el local que tenían, depositando el material en una de las salas que CNT tenía libres en la sede de la calle Magdalena. También varios paquetes, en este caso además con publicaciones periódicas, han sido llevadas a la sede de la Fundación.
En ambos casos, el haber podido seleccionar ha sido muy importante. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, la Fundación tiene que elegir entre las obras que más se puedan demandar en la biblioteca. Es un tema muy delicado, pero si no hacemos selección de libros sobre la temática, nos encontraríamos con que no dispondríamos ni de espacio ni de medios económicos, ni recursos técnicos ni humanos par poder gestionar una biblioteca de estas características. Es bastante improbable que alguien interesado en autores como Lope de Vega o Calderón se acerquen a solicitar obras suyas a nuestra biblioteca. Nuestros esfuerzos van encaminadosa la formación de una biblioteca, hemeroteca y archivo especializados para poder disponer de todos aquellos documentos que de alguna manera hagan referencia al anarquismo, en sentido positivo o negativo, bien sobre la historia, ideas y prácticas libertarias, o sobre los movimientos sociales alternativos que no basen su sabiduría y funcionamiento en el autoritarismo.
Desde estas páginas deseamos agradecer ambas donaciones.

Amador

Libros donados por Luis Moreno Herrero

El año pasado, después de visitar la sede de la FAL, ver la documentación que teníamos y saber cómo funcionábamos, el compañero Luis Moreno Herrero se hizo socio de

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Luis Moreno, izquerda, junto al maestro en talla de piedra y madera,
Enrique Cabildo Alonso.

la Fundación. Hace un par de años, después de un primer contacto en la habitual manifestación del 1.º de Mayo de Madrid, a la que acude siempre, nos hemos ido acercando a uno de los hombres que mejor conocen la historia contemporánea española.
Luis nació en Tenerife, en un momento poco propicio (en plena Guerra Civil) y en un ambiente hostil para una persona de su sensibilidad. Por las circunstancias de la vida, en un principio estudió Químicas, pero con posterioridad se encaminó al estudio de las letras y cursó la carrera de Historia. En su adolescencia pudo conocer la existencia del anarquismo a través de los textos de Baroja, y desde entonces empezó a estudiar y profundizar en los libros clásicos de la filosofía libertaria. Del escritor vasco no sólo aprendió a valorar la libertad como el bien más preciado, sino que también se impregnó del pesimismo propio de los existencialistas. En el plano formal, Moreno Herrero heredó del escritor del 98 parte del gusto por la estética, y hoy pasea con una boina barojiana, con la que viste a diario en su pasear solitario.
Su amor por los libros, y su poca confianza en el hombre, le ha hecho ir recogiendo una selecta biblioteca, donde abundan documentos muy raros de encontrar. Quizás si en él permanece alguna esperanza (aunque su visión es muy negativa) está en que podamos adquirir alguna sabiduría de los libros y periódicos, para que podamos aprender a vivir con esa apasionante libertad y solidaridad que predicaban los anarquistas clásicos en textos tan llenos de vida y amor que esta realidad parece que difumina.
Luis Moreno se doctoró en el año 95 en la Universidad Complutense con la tesis doctoral La tipobibliografía en España y la Guerra: vii-1936 / xii-1939, y sus antecedentes. Veinte años de trabajo para poder dar a conocer este amplísimo estudio. Pero salvo el cum laude, con el que se calificó a esta tesis, no ha habido ningún reconocimiento más por este gran esfuerzo que le ha supuesto al autor recorrer muchísimas bibliotecas y archivos de España y Francia para poder dar a conocer todo lo que se publicó en nuestro país durante la guerra en las zonas republicana y nacional. El trabajo consta de 2.157 páginas, y aunque inédito, la Fundación cuenta con el ejemplar original, y en la Hemeroteca Municipal de Madrid hay una copia microfilmada; ambas se pueden consultar.
No es la única obra ingente que Moreno Herrero ha emprendido. Hace muchos años comenzó con Renée Lamberet la bibliografía de los movimientos sociales que bajo el título Movimientos obreros y socialistas: cronología y bibliografía: España 1700-1939: (libros y folletos) tan sólo se ha publicado el volumen 1.º, del tomo I, en la editorial Júcar, y que comprende de 1700 a 1789. El segundo volumen está preparado pero aún no ha visto la luz. Abarca de 1789 a 1800. Todavía quedan varios volúmenes hasta llegar a 1939, especialmente si se tiene en cuenta que los movimientos sociales crecieron enormemente en el siglo pasado y que la publicaciones también aumentaron. Para que nos hagamos una idea, el segundo volumen, que tan sólo comprende once años tiene el mismo número de páginas que el primero, que engloba 89. En la vida de un hombre, con tan solo su trabajo personal, es imposible concluir el período que cubre. No únicamente por la inmensa cantidad de documentos que hay que localizar para poder registrar y dar a conocer debidamente, sino por la dispersión que hay de las publicaciones por toda la geografía, lo que obliga a viajar y a visitar muchas bibliotecas, hemerotecas y archivos. A estas dificultades hay que añadir las sucesivas destrucciones de muchos fondos documentales, unas veces por negligencia o impericia y otras

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Busto de Luis Moreno realizado por Enrique Cabildo

por los conflictos armados e incendios que han ido asolando y haciendo desaparecer muchos textos de gran interés.
Algunos nos han preguntado las razones por las que el estudio empieza en 1700. La respuesta es muy clara: la historia actual no la podemos entender sin conocer los precedentes. Este es el argumento por el que se empiezan a estudiar los movimientos sociales desde el comienzo del xviii, para que conociendo la génesis podamos alcanzar a explicar y comprender su evolución, desarrollo y estado actual.
Luis Moreno es uno de los mejores conocedores de la bibliografía y hemorografía españolas, especialmente de las de carácter sindical y social. El que suscribe más de una vez se ha quedado sorprendido de la sabiduría de este compañero, que es como un libro abierto, y una enciclopedia andante que goza de la facultad de hablar. Su puntualización sobre hechos, personajes, fechas e interpretaciones de la historia es la de una mente lúcida entregada durante toda una vida al estudio.
Además de asistir a diario a la Hemeroteca Municipal de Madrid, Luis acude a la Biblioteca del Ministerio de Trabajo. En cualquiera de estos dos centros es requerido frecuentemente para que oriente o conduzca por los enmarañadas y laberínticas sendas de las bibliotecas y hemerotecas a los estudiantes o investigadores. En palabras de un funcionario de la Hemeroteca: «Hombres como Luis, que conozcan en profundidad las obras y los autores, ya no existen».
Vive modestamente. La sabiduría histórica y literaria casi nunca ha sido bien retribuida, máxime cuando no se siguen las pautas que dicta el Poder. En un mundo como el actual, donde las letras brillan por su ausencia, o que cuando se utilizan se hace de forma superficial, en un mundo donde el destino de muchas de las riquezas es el de construir armas, cada vez más potentes, Luis es un ser extraño. Un hombre muy pesimista. Quizás tan sólo un optimista muy bien informado. El epitafio de su tesis es de una de las Rimas de Bécquer: «¡Dios mío, qué solo se quedan los muertos!», denunciando la inutilidad de todos aquellos que murieron entregando su vida en la lucha por un mundo mejor.
Su biblioteca está en la Fundación. Gracias a las varios viajes que hemos dado con la furgoneta del compañero J. y a la voluntad de Moreno de que estén aquí. Él confía en los esfuerzos que se están realizando para poder llevar a cabo esta gran obra que la Organi- zación quiere sacar adelante. Sus maravillosos libros son bienvenidos, pero su presencia en la Fundación, donde acude todos los martes, nos es muy útil por las dudas que nos aclara y por el trabajo que realiza.
Es posible que algún día esos bellos textos de algunos libros que nos entrega se hagan realidad y la triste situación que hoy vivimos se difumine, quizás alcanzando el sueño inconfesado de Luis Moreno Herrero: que los libros ilustren a los hombres para poder construir un mundo mejor. Así queda desvelado las razones por las que un hombre tan pesimista como él trabaja tanto por dar a conocer los libros.

Amador

Donación de Federico Arcos

Durante el mes de junio, por una invitación que nos hizo Federico Arcos para que le visitamos en su casa de Windsor, Canadá, he tenido la posibilidad de conocer su

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Archivo Federico Arcos, (Windsor, Canada)

biblioteca. Tanto el sótano como el piso de la casa están rodeados de libros por todas partes. Aunque había oído hablar de su biblioteca, nunca imaginé que fuera tan excepcional. Es sin duda la mejor que sobre anarquismo he visto en mi vida, si tenemos en cuenta que es una colección personal. Evidentemente, hay otras pertenecientes a grupos e instituciones que la superan. Pero casi sin duda ninguna, muchas de estas carecen de algunas de la joyas con las que cuenta Federico.
Como tantos otros compañeros, Arcos tuvo que exiliarse al final de la Guerra Civil a Francia, donde residió unos años antes de emigrar a Canadá. Estos avatares le condujeron a tener que aprender varios idiomas. Habla con perfecta fluidez el catalán (nació en Barcelona), castellano, francés, ingles, y comprende el italiano. Su biblioteca también es multilingüe; y le posibilita leer y practicar idiomas a través de sus libros. Para que nos hagamos una idea, Federico tiene, a falta de dos números, la colección de la revista Estudios, con cuyos artículos se formaron muchos compañeros durante su juventud en la época de la Segunda República. Temas como el naturismo, sexualidad, antimilitarismo, etc., eran frecuentes en su páginas. Las ilustraciones frecuentes de Monleón y Renau hacen embelesar a cualquiera. Pues bien, la colección de esta revista es tan difícil de obtener que incluso las mejores hemerotecas carecen de ellas. La Hemeroteca Municipal de Madrid sólo cuenta con algunos números.
Además, Arcos cuenta con numerosas obras originales de artistas tan magistrales como Alfredo Monrós, del que fue muy amigo. El original de carboncillo que Monrós realizó sobre Emma Goldman, y que ilustraba el artículo que sobre el libro Viviendo mi vida se publicó en el Bicel número 6 (abril, 1997), obra en su poder.
La voluminosa maleta con los libros que hemos traído de regreso del viaje para la Fundación, son obras que Federico tiene repetidas, pero son ejemplares difíciles de encontrar. Algunos son en español y otros en inglés.
Federico Arcos es un excepcional compañero, cariñoso, sensible y generoso. Para quienes leen habitualmente las páginas de nuestro boletín ya conocen de sobra a Federico por las aportaciones económicas que periódicamente nos envía a la Fundación junto con Joaquín Edo y Félix Atance. Estas ayudas son muy importantes para continuar en la labor que emprendimos hace años. Pero no es la primera vez que Arcos nos dona libros que son difíciles de conseguir.
Conocer a Federico nos ha posibilitado poder ponernos en contacto con muchos compañeros. Sus relaciones con distintos amigos de muchos grupos libertarios son riquísimas. Durante este viaje Federico nos ha presentado a buenos compañeros del periódico anarquista Fifth Estate y de la editorial Black & Red (ambos en Detroit, ciudad fronteriza americana con Canadá); a Julie Herrada, de la Labadie Colection, sin duda una de las mejores bibliotecas y archivo que sobre anarquismo y movimientos sociales radicales existen en Estados Unidos (Ann Arbor, Michigan); a Carlos Cortez y a Marianna (Chicago); a Nardo Castillo (Montreal), etc.

De la visita que hicimos a los compañeros Carlos Cortez y Marianna ha nacido la exposición itinerante con los grabados de xilografía que este compañero y artista donó para la Fundación.
Toda esta riqueza de documentos y buenas amistades las ha ido consiguiendo Federico con su cariño y amistad.
Desde estas páginas deseamos agradecer a Federico Arcos su gran generosidad y ayuda para con la Fundación, y especiales agradecimientos por habernos dado a conocer a tan excepcionales compañeros, porque con estos contactos enriquecemos nuestros intercambios de publicaciones, dando a conocer los ideales de libertad que nos unen.

Manuel Carlos García

Donaciones económicas del 1-1-99 al 31-12-99

 

F. Arcos J. Edo

Canada

145.458

Vicente Montfferrer

Francia

24.081

FCº Rios Dura

Barcelona

13.000

L. Eugenio Zubia

Villava

24.000

Emilio Trave

Burdeos

75.097

Leonardo Meravigilia

Milán

4.000

Hortensia Fdez.

Madrid

9.000

M. Ángel Pradera

Madrid

4.700

M. Iñiguez

Vitoria

5.000

Eduardo Aznar

Zaragoza

9.000

M. del Olmo

0

1.045

Arturo Madrigal

Mostoles

4.000

Antonio Flores

Santander

4.000

J. Iglesias

Bilbao

4.000

J.J. Belvis

Teruel

4.000

F.López

Orense

4.000

Mª Dolores Castillo

Granada

1.000

Mª Estrada

E.E.U.U

800

J.Fortea

Francia

2.000

M. Ángel López

Suiza

1.560

Objeción Fiscal

0

10.000

C. Lizcano

Altea

8.000

D. Watson M. Raschid

E.E.U.U

5.000

J. Camps

Andorra

4.000

B. Miranda

0

4.000

D. Pérez

Madrid

500

J. Olmo

Lieja

5.998

A. Orlando

Italia

5.560

G. López

Venezuela

10.000

J. Viale

Opone

2.650

M. Grau

Francia

800

G.R. Gonet

Francia

925

Okupas (M.Araujo)

Suiza

101.422

P. Madrid

Valencia

1.000

Total:    499.596

Madrid, 31 de Diciembre de 1999
El tesoreo

Importante adquisición documental

La FAL ha incorporado a su fondo una importante colección que consta del siguiente material:

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- Periódico Tierra y Libertad, números del 24 de enero de 1910 al 17 de diciembre de 1913. Colección encuadernada, aunque le faltan los números 82 y 108.
- Periódico CNT de la regional de Asturias, León y Palencia, doscientos setenta y cuatro números del año 1937, desde el 1 de enero al 19 de octubre. Faltan el 45, el 83 y el 201. (Si alguien dispone de ellos, nos gustaría recibirlos).
- La Revista Blanca, cincuenta y cuatro números que se publicaron entre los años 1926 y 1930.
- Trece ejemplares de panfletos anarquistas y sindicalistas de los años 20 y 21.
Todo en buen estado de conservación.
Los compañeros de Asturias habían visto en un escaparate de un anticuario de Gijón ejemplares de prensa anarquista antigua, y pasaron a preguntar. Vieron todo el material y les pareció muy interesante, aunque no se atrevieron a comprarlos porque no disponían de medios económicos suficientes. Acto seguido lo pusieron en conocimiento del Comité

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Parte de la valiosa adquisición

Nacional de CNT, quien a su vez se lo transmitió a la Fundación, para que se hiciera un esfuerzo y se compraran. El librero estaba dispuesto a vender los ejemplares sueltos, por lo que había que tomar una decisión cuanto antes, con el fin de poder disponer de las colecciones lo más completas que se pudiera. Los compañeros de la Fundación, informados del asunto, decidimos que se acercara el presidente a Asturias para ver los documentos e intentar negociar el precio a la baja. Y finalmente, los compañeros de CNT de Asturias, que tenían que venir a Madrid para asistir a la celebración de un Pleno Nacional de Regionales, trajeron todo el material para la hemeroteca de la FAL. Previamente se había hecho la transferencia bancaria oportuna con el importe que se solicitaba.
Principalmente, la Fundación incrementa sus fondos de archivo a través de donaciones, cubriendo tan solo el coste del transporte y desplazamiento cuando es necesario. También se consiguen importantes adquisiciones durante las ferias del libro antiguo y de ocasión, en la conocida Cuesta de Moyano y en El Rastro, todo esto a muy bajo precio. En este caso había que hacer una excepción, como también lo hicimos a principios de 1998 comprando en El Rastro dos carteles realizados por J. Renau con el anuncio de las películas Aurora de esperanza y El pueblo en armas, del año 1937. En estos caso valoramos el estado del material y su contenido, y si disponemos de fondos económicos los adquirimos. Este tipo de material es muy difícil que llegue como donación: los periódicos y los carteles no se suelen conservar, como hacen los compañeros con los libros. Nos ha escocido tener que solar las perras, pero creemos que el material lo merecía.

Florentino Martín

 

La ecología de la libertad: el surgimiento y la disolución de la jerarquía, 
Murray Bookchin

Bookchin, Murray: La ecología de la libertad: el surgimiento y la disolución de la jerarquía (trad. de Marcelo Gabriel Burello), Móstoles, Nossa y Jara, 1999.


...la naturaleza no solo coexiste con nosotros;
es parte de cada aspecto de nuestro ser.

Hace un par de décadas se tradujeron algunas de las obras de Bookchin al castellano por dos editoriales que llegaban al gran público y que dieron a conocer algo más la visión libertaria de este pensador americano. Los anarquistas españoles: los años heroicos 1868-1936, publicado por Grijalbo y El anarquismo en la sociedad de consumo, que dio a conocer Kairós, son dos ejemplos. Lamentablemente, poco más se ha traducido a nuestro idioma de este magnífico ensayista libertario, aunque sus textos siguen apareciendo en inglés y son vertidos a otras lenguas. Hace casi veinte años que apareció por primera vez la que quizás sea su mejor obra: Ecology of freedom, fruto de un largo e intenso período de investigación. Y ha sido una pequeña editorial la que ha asumido el gran esfuerzo de poder publicar esta obra que ahora presentamos. Frente a tanto bodrio que se traduce del inglés, especialmente de libros americanos, digno es de elogio sacar a la luz, aunque años después de su versión original, este magnífico ensayo, pionero en muchos aspectos del ecologismo y que hoy sigue vigente porque muchas de las cuestiones que plantea aún no han sido superadas, y en muchos casos aún son desconocidas.
Bookchin fue un avanzado al afrontar el problema ecológico no sólo como un tema de contaminación ambiental sino como una cuestión social. Los desastres ecológicos son una manifestación de la ausencia de una auténtica ecología social. Esta va más allá del angosto punto de vista y análisis que hacen los medioambientalistas o conservacionistas, preocupados por meras cuestiones puntuales de polución. La ecología social se plantea un cambio profundo en la forma de ver el hombre la naturaleza y su relación con ella, cuestionándose las estructuras de Poder de la sociedad en la que vivimos. La ecología social ve bien las aportaciones medioambientalistas y conservacionistas, tales como evitar la contaminación de las aguas, del aire o la lucha para evitar generar residuos tóxicos, pero trasciende este análisis para lograr alcanzar una plena libertad humana.
A lo largo del libro se exponen las distintas tendencias ecologistas y el autor trata de aclarar el confusionismo existente en torno a las posturas que sobre la ecología defienden algunos de sus partidarios. Para Bookchin, ser defensor de la naturaleza no implica despreciar a la razón humana (a pesar de las barbaridades que las distintas civilizaciones han podido cometer a lo largo de la historia), ni que el hombre, para ser un auténtico ecologista, adore a la Madre Tierra y vuelva a vivir con los mismos medios que el hombre del Neandental (entre otras razones porque el hombre prehistórico también intervino en el deterioro del ambiente y modificó el entorno, aunque lógicamente no en la medida tan irracional en que lo estamos haciendo hoy), y por supuesto no defiende el consumo masivo que trata de introducir el capitalismo con al etiqueta verde, como si cambiando el color del producto pudiera conseguir colmar nuestras ansias de libertad, frenar la angustia vital o indicarnos el camino de la autorrealización. El autor, pese a las críticas que puede hacer a la ciencia y a la tecnología es un profundo admirador de la erudición, de los conocimientos que se han ido transmitiendo a lo largo de los siglos por medios única y exclusivamente humanos, como por ejemplo la escritura. Lo que no admite es que esos avances científicos, técnicos y culturales esclavicen al ser humano, o que por su mediación las relaciones en vez de liberar al hombre le opriman en esos complejos lazos a las que estamos sometidos en las sociedades jerarquizadas, en las estructuras de Poder. Bookchin tiene esperanza en que se puedan conciliar el saber científico, técnico y cultural con un respeto al medio ambiente y a la libertad humana, sin que implique renunciar al estudio y comprensión de la vida, de la misma existencia, de ser conscientes de ser y de poder comprender algo del enigmático universo.
Interferir en la naturaleza parece inevitable para el hombre, pero la cuestión es de qué forma y para qué se debe intervenir. Es realmente una contradicción que teniendo nuestros orígenes en la naturaleza, y habiendo surgido de ella, estemos tan apartados, tan disociados y ajenos, como si fuera algo que no es nosotros ni que forma unidad con nosotros. Hay un conflicto entre esa primera condición humana (biológica) y la que principia a formarse cuando comienza a tener conciencia de sí y del mundo que le rodea, cuando la inteligencia empieza a desarrollarse y a iniciar o crear entidades netamente sociales que no existen en ninguna otra comunidad animal. El análisis indaga en saber en qué momento y por qué la humanidad comienza a separarse de la naturaleza y entra en conflicto con un antagonismo marcado.


El surgimiento de la jerarquía
No se extrañe nadie que lea el libro porque expresamente se hable poco de ecología frente a lo mucho que se habla de filosofía, antropología, sociología... (campos en los que uno puede aprender mucho con su lectura). Como venimos manifestando, Bookchin considera que el problema ecológico no es otro que una manifestación de un problema más grave y profundo que es el social. La destrucción y el deterioro de la naturaleza es un fiel reflejo del desprecio y sometimiento del hombre por el hombre. Remontándose a los orígenes, hace un estudio y análisis de los conceptos de explotación y dominación humanas para poder percibir las causas de la génesis jerárquica (superando el concepto marxista limitado al aspecto económico y material), y conociendo esas causas evitar sus efectos y lograr erradicar las consecuencias ominosas que sufrimos en una estructura de Poder.
Pero ¿cuáles fueron las causas del surgimiento de la jerarquía? Nos apunta que más que en los excedentes de producción y su modo de distribución, como se ha venido indicando desde algunas teorías sociales, quizás el origen de la jerarquía y del Estado tiene su génesis más en cuestiones de prestigio, posición y categoría basadas en el sexo, edad o ideas religiosas (consejos de ancianos, grupos de jóvenes guerreros...), que en aspectos puramente materiales. Parece ser que antes de que los excedentes fueran considerables, los roles fueron transformándose de unas relaciones igualitarias en otras de mando y obediencia. Esta filosofía de dominio y poder se ha ido desarrollando a lo largo de la historia y ha desembocado en su máxima estructura de funcionamiento que es el Estado, que ha ido absorbiendo funciones y ha llegado a dominar hasta aquellas actividades humanas más independientes. Lo que en un principio pudiera estar separado, administración y gobierno, el Estado lo unifica, lo domina, lo controla, sin que distinga entre una y otro. Cuando los ciudadanos delegan el poder, el Estado se acrecienta y consolida, y la libertad muere.
Pero todo este largo y complejo camino que es la formación del Estado ha tenido sus oponentes. Bookchin ha podido ir rescatando a los diferentes grupos y opiniones contrarias al Poder y a la jerarquía desde hace siglos, aprovechando sus saberes y talantes libertarios como vía de solución a muchos conflictos. El pensamiento anarquista no surgió por generación espontánea sino de un aprendizaje que se ha ido trasmitiendo de una generación a otra.
Una posible salida es saber si es factible, basándose en la opinión y el concepto románticos en sintonía con las teorías anarquistas del siglo pasado, una conciliación entre el hombre y la naturaleza en un proceso simbiótico y no antagónico, en una relación de apoyo mutuo basada en la armonía y la creatividad, como defendió Kropotkin en su clásico ensayo. Superar la jerarquía, dejándola de lado y suplantándola por lazos de solidaridad, interdependencia y comunicación. La asociación humana de estas características podría satisfacer las necesidades biológicas, psicológicas y sociales que toda persona necesita, sin tener esta que rivalizar con la naturaleza ni con el grupo en el que viviría en plena libertad. Y desmitificando el concepto de que el desarrollo social únicamente puede realizarse a costa del desarrollo natural. Como se subraya en el ensayo: mutualismo, autoorganización, libertad, y subjetividad, enlazados por los principios de la ecología social de unidad en la diversidad, espontaneidad, y relaciones no jerárquicas.


La disolución de la jerarquía

El título del libro nos habla de ecología y de libertad (sin que pueda darse la una sin la otra y viceversa), del surgimiento de la jerarquía, y de sus lamentables consecuencias sociales, pero también plantea su esperanzadora disolución.
Las 500 páginas no son un manual de soluciones cerradas sino un marco de reflexión de los problemas que nos han legado y que hemos ido generando; son más un planteamiento profundo de la cuestión para poderla afrontar y resolver. Cuanto más ignoremos más nos sometemos. No hay recetas mágicas y rápidas para una solución inmediata. Debemos meditar sobre las nefastas influencias de la jerarquía. El cómo superarla es un camino por andar, un largo camino. La jerarquía lleva operando en el mundo desde hace siglos, está muy arraigada en la mentalidad de la gente y su supresión no puede darse por encantamiento. El conocimiento, la cultura y la libertad en su práctica cotidiana nos dirán si vamos o no errados en la rearmonización del hombre con la naturaleza y del hombre con el hombre.
Se advierte al lector que el libro no solo es extenso sino que además es denso y complejo y que su lectura no puede ser breve, ha de ser lenta, detenida y repetida para poder obtener su máximo fruto.
Finalmente, animar a cuantos editores pudieran conocer estas páginas a que publiquen otros libros de Bookchin escritos con posterioridad a La ecología de la libertad para que puedan ser traducidos y conocidos por los hispanohablantes; libros que siguen abordando en profundidad el problema que nos ocupa: The Rise of Urbanization and Decline of Citizenship, Remaking Society y The Philosophy of Social Ecology, importantes para trascender el mero medioambientalismo, que la economía capitalista es capaz de asumir, como nueva fuente de recursos, toda esa parafernalia del folclore ecologista.

Manuel Carlos García

Por los senderos del siglo XX, Luchas de Mujeres Libres,
Marta a Ackelsberg

Ackelsberg, Martha A.: Mujeres Libres: el anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres (trad. del inglés, Antonia Ruiz), Barcelona, Virus, 1999 (Memoria).
Mi primera impresión al leer Free women of Spain en inglés fue la necesidad de comunicarme por teléfono con Martha. Le hablé de la Fundación Anselmo Lorenzo y le

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di la dirección. La cosa más primordial es la comunicación entre los individuos. Sin la comunicación entre unos y otros, el libro de Martha Ackelsberg no se hubiese

conocido en España, y la omisión hubiera sido una gran pérdida para todos y todas.
Es lo mejor que se ha publicado hasta la fecha en España sobre Mujeres Libres. Todo lo publicado anteriormente han sido copias de artículos, documentos, etc., etc., de archivos oficiales o no oficiales, a veces incoherentes, que si bien tienen su importancia, todo es relativo comparándolo con este libro, abstracción hecha de los testimonios personales que sin duda alguna es la labor más grande.
Es un estudio exhaustivo dentro de un cuadro universitario, con tiempo y medios suficientes para realizarlo, pero todo eso sería vano si Martha no hubiera tenido la voluntad, el tesón y la capacidad de hacerlo. Es un estudio que jamás se ha llevado a cabo en ningún sitio, y añadiré que los mejores análisis y descripciones, casi siempre (digo casi) fueron obras de extranjeros. ¿Por qué?, es fácil de comprender, la falta de comunicación entre los unos y los otros, y el tiempo asesino que todo lo destruye. El aislamiento tan grande del exilio, la falta de posibilidades y ciertos resentimientos que no rinden justicia a muchos protagonistas.
La primera página heroica de nuestra historia se escribió no con letras sino con hechos.
Martha Ackelsberg es uno de los brillantes cerebros de los EE UU, como toda su obra lo demuestra.
Fue para mí un gran privilegio haberla conocido de cerca, aquí en mi casa y más tarde en Salamanca, en octubre de 1989, donde asistimos a las III jornadas de estudios monográficos «Las mujeres en la Guerra Civil», en la universidad de la misma ciudad.
Frente a la historia, en muchos casos, he sido iconoclasta cuando he leído informes de gentes que se pretenden ser historiadores o historiadoras, cuando he descubierto que la historia no es nunca objetiva, y que habrá tantas historias como historiadores, sobre todo cuando caen en la facilidad.
Gracias, Martha, por haberlo hecho, gracias a Antonia Ruiz por su excelente y dedicado trabajo de traducción, que ya es tarea.
Que se me permita rectificar solamente ciertos lapsus que he descubierto en el libro, en lo que a mí se refiere durante mi período en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Quiero que esto sea claro. Yo no organicé el colegio de enseñanza en la colonia infantil, en donde estaba; fui una asistenta para los niños, con actividades diversas, casi una joven mamá para ellos, con amor y protección para los niños refugiados de Madrid y del frente de Aragón. La enseñanza en las colonias infantiles fue la obra del Ministerio de Instrucción Pública y de la municipalidad de Vilanova i la Geltrú. A los 16 años sería utópico pensar que yo enseñara a los niños
Lo que sí organicé con otras compañeras fue, sobre todo con Consuelo Pujante, la sección de Mujeres Libres en aquella localidad con cargo, con ella, de la Secretaría y de la propaganda. (Mi nombre antes no era el mismo que actualmente).
La oportunidad se presenta a mí para rendir homenaje a don Fidel (no recuerdo su apellido), maestro racionalista de gran valor y mérito, fusilado por haber sido lo que fue en las colonias infantiles, !qué pérdida tan grande¡

Ana Delso

El libro de Martha Ackelsberg trata de analizar y recuperar el pensamiento y la práctica de un colectivo de mujeres anarquistas que, en 1936, fundaron el movimiento de «Mujeres Libres», logrando movilizar a unas 20.000, con la intención de que constituyera una de las partes del movimiento libertario. Como ellas mismas decían, su intención era: «Crear una fuerza femenina consciente y responsable que actúe como vanguardia del progreso; a este efecto [...] establecer escuelas, institutos, ciclos de conferencias, cursillos especiales, etc., tendentes a capacitar a la mujer y a emanciparla de la triple esclavitud a la que ha estado y sigue estando sometida, esclavitud de ignorancia, esclavitud de mujer y esclavitud de productora».
    A partir de ahí, la autora recupera la memoria histórica de otra manera de entender la emancipación social, la del movimiento anarquista, así como la de aquellas mujeres que acometieron con entusiasmo la difícil tarea de liberarase ellas mismas y sus compañeras, dentro de la comunidad libertaria.
    Al mismo tiempo el texto, como se señala desde la misma introducción, no trata solo de reencontrarse con una historia perdida sino que intenta rescatar las enseñanzas que para nuestro momento histórico -desencantado tras los fracasos e imposturas de tantas revoluciones, perdido, tal vez, en la globalización ideológica y económica, impotente frente al neoliberalismo rampante- pudiera significar el esfuerzo de ese otro modelo de movimiento social, el anarquista, tanto en su manera de analizar la sociedad y sus sistemas de dominación, como en sus prácticas revolucionarias. Y dentro de él, más concretamente, se destacan las ideas y acciones del grupo de Mujeres Libres y aquello que pueden aportar al feminismo contemporáneo.
    Por ello lo primero que hay que indicar, antes de pasar a analizar la obra de Martha Ackelsberg, es la pertinencia y oportunidad de la edición de este libro. En un país como el nuestro, tan satisfecho de la nada de su modélica transición con sus consecuencias de olvido del pasado y de su memoria histórica, hay que alegrarse por un trabajo que bucea en nuestra historia y en la fecunda tradición anarquista, tantas veces vituperada o, en el mejor de los casos, ninguneada. Hay que alegrarse, además por el rigor del estudio que no olvida los problemas que encontraron las mujeres anarquistas en la praxis de sus ideales y que nos introduce, de modo casi físico, en la cotidianeidad de aquellos momentos revolucionarios en que parecía posible una nueva aurora de la humanidad. Aproximación intelectual que se sitúa en las antípodas de intentos de vulgarización, como el de la película Libertarias, terrible recreación de la acción de las mujeres anarquistas en la Guerra Civil, incomprensión de lo que significó el movimiento libertario o la lucha por la emancipación de las mujeres, presentadas en ese filme como una caricatura de hombres siempre enfadadas, sin esa alegría y energía vital que, como tan bien se muestra en este libro, significó para ellas la posibilidad de la revolución.
    Dicho esto, paso a indicar las líneas fundamentales del trabajo. Los tres primeros capítulos analizan la teoría e historia del movimiento anarquista y el papel de las mujeres en él, mientras los siguientes se centran en las ideas y actividades de las Mujeres Libres y sus aportaciones al movimiento feminista.
    El primero nos presenta los puntos esenciales de la concepción de la revolución anarquista y su relación con la liberación de las mujeres. Se estudian sus tesis sobre la dominación, la comunidad y la igualdad, la sexualidad o la transformación revolucionaria. Se muestran así sus aportaciones a la historia de los movimientos sociales, entre las que se destaca, como punto de partida, el rechazo de la dominación en todas sus formas y, con ello, el desarrollo de una crítica del Estado y la lógica del poder independiente, no ligada a la estructura económica como en algún análisis marxista, lo que conduce a la aspiración por una sociedad igualitaria, no solo económicamente sino también social y políticamente, en la que las estructuras jerárquicas, en cuanto construcciones sociales, resultarían innecesarias. Obviamente este análisis multifactorial de la subordinación es el que permite incluir, con pleno derecho, la cuestión de la dominación de las mujeres en su especificidad.
    La nueva sociedad a que se aspira pretende la combinación de libertad e igualdad, la potenciación del individuo en el seno de una comunidad libre, marco en el que también encajan las diferencias de género, es decir la consideración de la diversidad y la pluralidad como un hecho positivo para el conjunto de la comunidad. Sin embargo, como nos indica la autora, el debate sobre la futura sociedad y cómo llegar a ella no estuvo exento de dificultades y discrepancias, al darse entre los anarquistas más colectivistas una priorización del problema económico de los trabajadores y la importancia del sindicato, mientras que entre los partidarios de las comunidades libres primaba la idea de la creación de asociaciones voluntarias donde podría encajar mejor la cuestión de la mujer.
    En esas discusiones, fruto de la preocupación por la vida cotidiana de los individuos, un tanto ausente en otros análisis, aparece la cuestión de la sexualidad y la liberación de la mujer, no siempre resuelta en el movimiento libertario. Se dan en él distintas opiniones, desde la necesidad de liberación de la mujer a partir del trabajo y la reivindicación de sus derechos hasta la reevaluación del papel de la mujer en el hogar o como madre, con alguna preocupación por la sexualidad en cuanto cuestión no solo privada sino también pública. En términos generales, el ideal fue el de la igualdad de sexos y el amor libre, pero la práctica fue también la de las resistencias a esa liberación.
    Se destaca, también, otro aspecto del pensamiento anarquista de enorme fecundidad para la emancipación de los individuos, sin olvidar a las mujeres. Se trata de su concepción del camino de la revolución, su defensa de la correlación entre medios y fines, lo que supone que la vía para la libertad conlleva necesariamente prácticas libres de igualdad y capacitación. De entre ellas, cabe destacar la idea de la acción directa, que no es sino concebir la revolución como algo que crece desde abajo, desde la vida de las personas, y de ahí las distintas organizaciones y actividades que se crearon a la búsqueda de la capacitación y concienciación de todos los individuos. Es esa preparación desde la acción la que hace crecer críticamente a los individuos, la que les hace tomar conciencia desde sus prácticas a partir de sus distintos ámbitos sociales, lo que supone una ampliación de las bases de la revolución, en la que se puede incluir a agricultores, pequeña burguesía y, cómo no, la diversidad de la mujer.
    Tras este análisis de las tesis básicas del anarquismo, se centra la autora en el estudio concreto del anarquismo español, que culmina en la fundación de la CNT, en 1910, expresión al tiempo del anarco-sindicalismo y del comunismo libertario, lo que significó la fusión de las tendencias colectivistas y comunistas.
    En este repaso de la historia del movimiento, me parece interesante destacar el trabajo sobre los orígenes del comunitarismo agrario, resultado de condiciones económicas peculiares hispanas, pero también de una tradición que se remonta hasta el siglo xvi y algunos de sus movimientos religiosos de tipo revolucionario, así como a la tradición del municipio libre. En ese sentido quizás se podría tender un puente entre estos movimientos peninsulares, nunca del todo sofocados por la historia triunfante, y las revueltas indígenas mexicanas que, a partir de utopías de carácter religioso también entroncadas con la autonomía municipal, fueron germen de movimientos emancipadores en el siglo xix y xx, muchos de ellos, al poner precisamente el énfasis en la independencia de la comunidad, entroncados con el movimiento libertario y cuya continuidad bien pudiera verse hoy en los municipios libres de Chiapas.
    El recorrido histórico nos recuerda cómo las mujeres se relacionaban más con las tradiciones comunitarias, quizás por ser más capaces de valorar su activismo incrustado en la realidad cotidiana. De hecho, en el inicial programa de la CNT, al fundir la acción sindical y la comunitaria, aparece una forma de organización revolucionaria, capaz de preocuparse por todas las cuestiones, desde las propias del mundo obrero y sindical hasta las del campo, los precios y los alquileres, pasando por la educación y los problemas de la mujer, aunque en la práctica, el congreso fundacional rebajara las expectativas respecto de esta última cuestión.
    En esa línea, la propia esencia del movimiento y su énfasis en la necesaria preparación para la revolución, les hizo fundar numerosas organizaciones capacitadoras. Desde las escuelas racionalistas, con su coeducación en la libertad y el desarrollo de la potencialidad infantil, hasta los numerosos periódicos y revistas y, por supuesto, los ateneos libertarios, centros a la vez educativos, de comunicación y recreación... Todo ello contribuía a la emancipación de hombres y mujeres, a su educación en la libertad y la independencia, a su adquisición de experiencias de autonomía y, al mismo tiempo, a la convicción, por parte de algunas, de la necesidad de ampliar el proceso de capacitación creando grupos orientados específicamente a mujeres.
    Culmina este estudio con la revisión de nuestra Guerra Civil desde la óptica de aquellos que intentaron transformarla en el camino de la revolución, punto de vista frecuentemente ignorado por muchos historiadores. En ese sentido, se estudian las creaciones revolucionarias, tanto las milicias populares, en las que aparecen las mujeres milicianas, tan incomprendidas en su momento, como las colectivizaciones, original experimento de transformación social y económica que mostró la posibilidad de otro tipo de revolución, al tiempo que generaba el entusiasmo y la creatividad de todos y todas los que participaron en la nueva vida. Todo ello sin soslayar los problemas generales de la relación del movimiento con el poder político y la guerra en aquel intento de revolución, su fracaso en el contexto internacional del momento, así como sus insuficiencias en el caso de las mujeres, causa, por otra parte, que explica la necesidad del movimiento de Mujeres Libres y su éxito.
    Los siguientes capítulos muestran la fundación y trayectoria del movimiento, sus ideas y logros, para concluir en su relación con propuestas contemporáneas de renovación de la concepción de la política, en el sentido noble del término, y de la óptica feminista.
    Como se nos relata, la organización surge en torno a la creación de la revista Mujeres Libres, en mayo de 1936, y se constituye en Federación Nacional en 1937. Surge del ímpetu de algunas mujeres en Madrid, personas instruidas con experiencias negativas en su trabajo y contactos con los hombres del movimiento; también a partir de las reuniones de mujeres de la organización catalana y su intercambio de experiencias, asimismo negativas, de desigualdad en el ámbito privado o de desinterés por parte de los hombres, en el público. Se dieron discrepancias dentro de las mujeres acerca de cual era la mejor forma de hacer frente a la dominación: ayudar a los varones en la lucha por la emancipación; lograr la liberación interna y la reestructuración global de la sociedad poniendo el énfasis en conseguir la igualdad en el trabajo; fundar una organización aparte, a lo que se oponían los que consideraban que podía minar la unidad del movimiento. Pero esto último, la opción de Mujeres Libres, estaba para ellas en la línea de una correcta comprensión de los ideales libertarios, puesto que siempre se había entendido la emancipación desde la pluralidad. De ahí que no cejaran en su empeño de considerarse como una parte autónoma del movimiento anarquista junto con la CNT, la FAI o las Juventudes Libertarias, aunque esa pretensión tuviera una fría acogida en los comités nacionales y, sin embargo, una recepción bastante entusiasta entre las bases y las mujeres.
    Ideológicamente, la revista, de la que se editaron catorce números, se encuadraba en el anarquismo, insistiendo en la valoración de la mujer como persona y como actora de la historia. En esa línea, se oponía tanto a un feminismo que pretendía solo la igualdad de la mujer, manteniendo un sistema de privilegios sociales, lo que se podría denominar como un feminismo burgués, como a la relegación de la mujer a un asunto secundario dentro de la prioridad de la revolución. La guerra supuso un replanteamiento de actividades pero que ellas, fieles a la ideología libertaria, convirtieron en un llamamiento a la mujer no solo por la importancia de su trabajo para el esfuerzo que la guerra requería, como hicieron otras organizaciones de mujeres, sino para capacitarse en función de lograr su propia emancipación.
    Esa educación para la capacitación, que se encuentra entre sus mayores éxitos, se cuenta extensamente en el capítulo quinto, recuerdo necesario si queremos evitar el reduccionismo de la organización a un grupúsculo en el frente, como muestra torpemente la película a que antes aludía. Destacan los proyectos educativos en los que se ofrecían programas elementales, sobre todo de alfabetización, clases complementarias de cultura superior y de tipo profesional, así como formación social destinada a futuras militantes. Se realizaron también programas de empleo y aprendizaje, de manera que las mujeres cualificadas pudieran incorporarse en condiciones de igualdad al mundo del trabajo, dado que se consideraba que el trabajo en una sociedad libre era factor de autodesarrollo y creatividad. No se olvidaron las cuestiones de la concienciación para la revolución, y, por ello, la organización insistía en la necesidad de que la emancipación de la mujer se considerase un fin en sí mismo.
    En aspectos más estrictamente femeninos destaca su interés por educar a las mujeres en la maternidad, ya que se partía de que ésta requería un aprendizaje cultural, y en la educación de los hijos desde un punto de vista libertario, formación activa y no competitiva en la que se abriera a los niños todas las posibilidades.
    En cuanto a la sexualidad de la mujer, si bien es indudable su apuesta por la libertad, parece haber una mayor timidez en los textos, tal vez por un cierto puritanismo o por evitar suspicacias entre las mujeres y los hombres de la época, aunque es destacable su mordaz crítica a los matrimonios a la libertaria. Tampoco queda clara su posición respecto a la naturaleza de la mujer ya que, en algunos casos, parece haber cierta esencialización de lo femenino al insistir en que la humanidad acepte los puntos de vista diferentes de lo masculino y lo femenino, aunque en general se consideraba que hombres y mujeres eran producto de una construcción social.
    Aquel enorme esfuerzo en pro de la mujer, que incluía servicios asistenciales o de atención a refugiados, tuvo que relacionarse con otras organizaciones de mujeres y con el propio movimiento anarquista. Ya se ha indicado su posición revolucionaria respecto del feminismo burgués, a partir de una postura más amplia que abogaba por la transformación social en su conjunto. Pero también diferían con las propuestas marxistas, que subordinaban la posición de la mujer a la de clase y que, en el caso de la guerra, centraban sus llamamientos en la unidad antifascista y el esfuerzo bélico. Para las anarquistas, no se podían obviar las diferencias ideológicas y sólo se podía llegar a la unidad admitiendo la diversidad. Pero asimismo tuvieron que luchar contra sus compañeros, en la medida en que no asumían su búsqueda de autonomía, su asunción de la especificidad en el seno de la corriente libertaria, autonomía que solo consiguieron cuando todo estaba perdido, al final de la guerra.
    Finalmente, y volviendo a su planteamiento inicial -el tratar de incardinar la lucha de aquellas mujeres y del movimiento libertario con posiciones actuales- propone la autora una serie de conclusiones abiertas a partir de los debates y problemas que ya entonces se suscitaron. Así sus ideales y prácticas de capacitación de la mujer nos pueden hacer reflexionar sobre la imprescindible unión de la emancipación del individuo con un proceso colectivo; su tarea de concienciación nos muestra la importancia de la acción desde la comunidad de experiencias, lo que puede dar lugar a la apertura de un diferente espacio público; su debate sobre el valor de la diversidad en la comunidad nos conduce a repensar el papel de la comunidad libre, porque como las libertarias supieron ver, no todas las comunidades conducen a la emancipación de los individuos, como sucede en aquellas jerarquizadas según criterios de clase, raza o género.
    Se trataría, para la autora, de inventar un espacio político diferente, tras la experiencia de un par de siglos de movimientos sociales y feministas escindidos, en los que se recuperara la especificidad de la militancia femenina, excluida por pertenecer al ámbito de lo privado o por espontánea y desorganizada, es decir, diferente de las normas prefijadas de lo político en cuanto acción predominantemente masculina. Ahí se sitúa de nuevo la contribución de Mujeres Libres, que aportarían nuevas perspectivas a la concepción de la diferencia. Sus prácticas parecen indicar que no concibieron la diferencia como un otro irreductible, conformado en relación a una norma, sino como la asunción de la diversidad que forma parte de toda identidad, la necesaria pluralidad de perspectivas en el seno de la comunidad para conseguir que ésta fuera auténticamente igualitaria y respetuosa.
    A partir de su legado se puede avanzar hacia una concepción de la política más allá del liberalismo individualista o de la reducción de la diversidad a los problemas de clase o género. Este es el desafío final que nos propone Martha Ackelsberg, la construcción del espacio político desde nuestra convicción de constituirnos como «seres completos, capaces de compromisos múltiples con toda una variedad de colectivos [...] entonces podremos comenzar a crear comunidades que reconozcan esos compromisos y que no reclamen de modo exclusivo nuestras lealtades».
    Tarea de héroes en un mundo cerrado, uniforme y desideologizado desde esa concepción neoliberal, universalmente dominante, que se expande alegremente sobre los cadáveres de los excluidos y donde corremos el riesgo, si se me permite la matización, de que las luchas de las comunidades, por muy libres y plurales que sean, se reduzca a pequeñas mejoras particulares dentro de una sociedad invivible e inviable. Por eso no habría que perder de vista, siguiendo el movimiento de Mujeres Libres, que este excelente libro ha tenido el valor de rescatar, la necesidad de incardinar las múltiples perspectivas en la meta final de una liberación global. Tarea, tal vez imposible, pero como ellas mismas sostenían y nos recuerda la autora, «los cobardes no hacen la historia».

Paz Serrano Gassent

Emma Burgos: hay puntos más obscenos que coger, 
Carlos lorenzo

Lorenzo, Carlos: Emma Burgos: hay puntos más obscenos que coger, Madrid, Queimada, 1999.

Esta es la que parece ser la obra póstuma del compañero Carlos Lorenzo. Queimada ha editado solo unos ejemplares para que podamos tener el texto en algunas bibliotecas. No obstante, puede que dentro de poco, una conocida editorial lo publique y los compañeros puedan disponer de ejemplares de este libro.
A continuación reproducimos la carta que Javier Horcajo Rosado le envió a Carlos Lorenzo y el comentario que hizo sobre la novela.

Querido Carlos:
Después de leer Emma Burgos, deseo felicitarte con mi más absoluto entusiasmo: la novela me parece extraordinaria, tiene la autenticidad y la fuerza expresiva del testimonio histórico y estremece al lector en su verosimilitud con la realidad misma; datada de un orden y una unidad formidables, basta abrir el libro por cualquiera de sus páginas y se bebe del manantial inagotable y fresco de Emma Burgos, y, embriagados con su aroma inconfundible, emanamos por cada poro de la piel sus más íntimos secretos.
Excelente en su composición -que, en círculo, nos lleva del origen al fin mismo de nuestra propia Historia-, no merece sino el elogio y el aplauso espontáneos que nos asaltan al leerla. Considero que Emma Burgos tiene ese extraño y difícil arte de parar el tiempo, de detener la realidad en cada una de sus frases, en cada uno de sus goces y de sus sufrimientos.
Pero he de decir que, para mí, es mucho más que una novela: Carlos, no has escrito un libro de esos que se glorifican y se pudren en el excelso camino de la cultura de nuestra época, no te amarán los hombres, no; pero, con esta obra, ten la certeza de que has fijado el tiempo, el espacio, todo, en unas palabras que desean, que esperan, que son... eternidad.
Emma Burgos es un documento histórico ya imprescindible para todo aquel que quiera saber qué ocurrió en un planeta llamado Tierra y en un lugar llamado Argentina, y qué pasó con aquello que los hombres anidaran en su pecho y que llamaron VIDA, ILUSIÓN, ESPERANZA... y que tú tuviste a bien llamar Emma Burgos.
Desde mi más sentida admiración, te animo a que tu labor concluya, a que des a la luz tan tremendo testimonio; pienso que, al menos, no pasará desapercibido, que aquellos que sintieron y vieron, como tú, hondamente, aquellos y estos tiempos que nos conducen inevitablemente a nuestro fin sabrán apreciar lo que Emma Burgos viene a decirnos. Tu novela nos lleva, en un recorrido trepidante, desde el fresco sabor de la ilusión de una Argentina floreciente y utópica -más anhelada por algunos que real- al frío tajo de una realidad cortante, cruel y desencantada...
La historia de Emma no es sino la viva historia de la Argentina, de la Ilusión, de la Esperanza u de la Vida de nuestro tiempo.
Un abrazo sin condiciones

P.D. Te adjunto un breve y modesto comentario a tu novela. No tiene mayor importancia ni mayor fundamento que lo que sentí y lo que para mí ha representado Emma Burgos... Me gustaría tanto que nos viéramos. Prometo visitar tu estudio a tu regreso.

Análisis personal de la obra
La historia de Emma Burgos -en la que apenas me detendré en este análisis- se entrelaza, fundamentalmente, con la historia de Argentina, brillantemente retratada por los flases precisos y concisos que introducen cada apartado en la obra. Pero los hechos transcienden a un plano simbólico, y yo no se trata solo de una persona y de un país, sino de todas las personas y de todos los países: la magia de Emma Burgos consiste en esto, en trascender los hechos concretos para expresar lo universal que los engloba y los transciende.
Encuentro en la obra varios planos de interpretación de la misma. En un plano más superficial -y no por ellos menos importante-, aparece Emma, la Cordobesita, una mujer insegura, pero dispuesta a todo por encontrar la felicidad anhelada; cuya vida resultará agitada, abierta y expuesta totalmente a los acaeceres que le aguarden. La vida de Emma es una búsqueda incesante de una felicidad que se le escapa, contenida y disuelta en cada momento. Es la explosión de la risa, es el amanecer de la floración, que irradia la expresión máxima de la entrega a la vida, a través del Sexo. Es la esperanza, que inunda radiante, excitante, encantadora, mágica, como una risa fresca, como una ilusión juvenil que se abre a la vida... y se quiebra, terriblemente, al machetazo certero de los acontecimientos, de la Historia, de esa maldita Historia que, sórdidamente, se esfuerzan en escribirnos.
En un plano más profundo, Emma Burgos se identifica con la Argentina que la enmarca, que la sitúa en una circunstancia histórica concreta; parece como si la vida de Emma fuese la viva historia de la Argentina -y aun de toda Latinoamérica-: un país ilusionado y lleno de proyectos que serán traicionados y abortados, cobardemente, por aquellos que aún hoy especulan y comercian con la felicidad de los hombres, por esos buitres que se esconden tras la piel de cordero, esa piel putrefacta que adornan de caros ropajes y falsos prejuicios. Es entonces cuando, en un plano aún más profundo, se siente en Emma Burgos un símbolo de la transgresión y la esperanza, sentidas y truncadas al acaecer histórico de los hechos.
La novela nos presenta una Argentina usada y frustrada en sus más íntimas intenciones y en sus más frescos anhelos, y Argentina es Emma Burgos y Emma Burgos es Latinoamérica, y es Europa, y soy yo. Este es el mensaje oculto que vislumbro en el horizonte de la obra: que cada aliento y cada lágrima, que cada goce y cada estremecimiento que brota de la piel enardecida de Emma, es Argentina, es la vida, y soy yo.
Si al leer Emma Burgos uno se queda en la superficie, encontrará una vida agitada, abierta y expuesta totalmente a los mayores placeres y los mayores sufrimientos, que es la vida de Emma; es una literatura sensual y cuidada, de amplio contenido erótico, con una trama bien ordenada que se entrelaza con la historia de Argentina y que tiene un frío y duro desenlace. Pero si se profundiza hasta el fondo, entonces se encuentra un relato cargado de un enorme significado, en que Emma no es sino un símbolo de aquello que inunda nuestras vidas y fluye cuando todo es natural, espontáneo, fresco...
La historia te conduce, como en un torrente de emociones -ahora calmas la sed en unas serenas palabras, ahora devoras insaciable un devenir de momentos y placeres infinitos-, hacia un desenlace que concluye no solo una vida, sino la vida misma de todos los hombres,; acaso por ello la novela sensibiliza tan especialmente, estremece en cada frase, entusiasma de tal forma que se siente imborrable la huella de Emma Burgos en el alma...
Ya también amé a Emma Burgos, amé su espíritu trémulo, su larga y negra melena, su piel anhelante, su risa inconfundible... Amé su cuerpo y su pasión indómita, aun sin conocerla: Emma Burgos es la Transgresión y es la Vida. ¿Quién no amó, alguna vez, a esta mujer? ¿Quién no amó, alguna vez, el huracán que arremete hacia el gozo infinito de su calma? ¿Quién no albergó en su interior, alguna vez, el inefable sabor de la esperanza, el agitamiento tenue de la ilusión...? ¿Quién no quisiera por ella amar y arrebatarse, y perderse, y agitarse en su interior con un placer no experimentado nunca antes?... Pero luego llegaron esas últimas páginas, esas fatídicas páginas... y mi corazón se quebró, y no volvió a latir. Solo la rabia que te empuja a maldecirlo todo, a rebelarte irremisiblemente... y gritar. ¿Hay mayor pureza que gritar amando, y amar como Emma lo hizo, reivindicando el sutil goce de la vida en su totalidad, buscando una manos a las que asirse y un calor humano que compartir? Su risa fue su poderoso grito, su fresco aliento de luz y de vida: ¿hay mayor grandeza que reivindicar amando y riendo un mundo mejor?... Solo la rabia me impide hacerlo en estos momentos.
Definitivamente: Emma Burgos es un fantasía que habité y añoro.

San Martín de Valdeiglesias, octubre de 1998
Javier Horcajo Rosado

Más maldito que ninguno, Cinematógrafo, 
Andrés Carranque de Ríos

Carranque de Ríos, Andrés, Cinematógrafo, Madrid, Viamonte. [Libros de la Catarata, Fuencarral, 70, 28004 Madrid. Teléf.: 91 532 05 04].

Ni el paso del tiempo, único para poner a las personas y a las cosas en su sitio, ha sido justo con el verdadero epígono pobre de la Edad de Plata de nuestras letras: el nunca bien ponderado Andrés Carranque de Ríos. Así, cuando se piensa en los desheredados que concibieron su obra con cierta posterioridad a los poetas señoritos de la Residencia de Estudiantes u otros cenáculos culturales igualmente exquisitos, sólo se habla de aquéllos que fueron comunistas, aunque en sus páginas no se estime más valor que la exaltación del estalinismo que inspiraba al PCE en aquellos días.
Andrés Carranque de Ríos, cuya fama ha sido eclipsada por Arturo Barea y algún otro cuya obra nos merece una opinión tan negativa que preferimos omitir su nombre, nació en El Rastro en 1902, y también murió en nuestra ciudad 34 años después. Pese a su brevedad, su existencia le deparó tal cantidad de desgracias que bien hubiera podido inspirar a Dickens. Anarquista convicto y confeso, su pertenencia a distintos grupos ácratas lo llevó a la cárcel en un par de ocasiones. Bohemio en París y en Amberes, entre otras ocupaciones, fue periodista y extra cinematográfico. Como tal conocería a Pío Baroja durante el rodaje de Zalacaín el aventurero. El maestro, al igual que Pedro Salinas, rendido admirador de Carranque, puso el prólogo a La vida fácil, segunda novela del desdichado.
Enmarcada dentro de las más pura tradición realista de nuestras letras, sin que por eso le sean ajenas las influencias de Dostoievski, Cinematógrafo, que hoy presentamos al lector en una cuidada edición de Viamonte, es la obra maestra de Carranque. Ambientada en el Madrid de los primeros años 30, en ella se nos presenta a la incipiente industria cinematográfica como un instrumento más de explotación en manos de una caterva de canallas, siempre prestos a apoderarse de las ilusiones y los esfuerzos de cuantos anhelan librarse de la miseria gracias al nuevo invento.

Javier Memba

Recuerdos y reflexiones, 
Santiago Carrillo

Carrillo, Santiago:Recuerdos y reflexiones,Barcelona: Plaza y Janés, 1999.

   Santiago Carrillo ha regresado a las librerías con una nueva entrega editorial titulada Recuerdos y reflexiones que, en cierta manera, es continuación de su libro Juez y parte: 15 retratos españoles, editado en 1998. Tiene Carrillo, todavía, el impulso del político que no se resigna a una jubilación decorosa y la escritura ágil de quien ha vivido la mayor parte de su existencia escribiendo informes oficiales y aguantando las ganas de orinar en las reuniones interminables de los Burós y los Comités a los que ha pertenecido. «El futuro que no he de vivir me importa más que todo», nos dice en la página 9 cuando ya casi todos sabemos que lo que le importa es lo que en el futuro puedan decir los demás de su persona y de su actuación política a lo largo de cincuenta años de militancia comunista, ¡que aguante!, como político de carrera y funcionario profesional del glorioso Partido Comunista de España. De Carrillo, sus obras y milagros tenemos alguna que otra noticia en diversos libros, algunos tan jugosos como los que escribió su antiguo camarada Enrique Lister -Así destruyó Carrillo el PCE y ¡Basta!-, o el de Gregorio Morán Miseria y grandeza del Partido Comunista de España, y gracias a ellos podemos adentrarnos en la esquiva y desconocida figura de Santiago Carrillo.
Ganarse el diario pan es labor triste a la que nos vemos abocados la inmensa mayoría de los mortales, pero todavía resulta más triste ganarlo ejerciendo ciertas profesiones en esta vida: por ejemplo, alimentar a una familia torturando detenidos en las comisarías o ejerciendo de mamporrero en una prisión. Satisfacer las necesidades perentorias como funcionario del PCE a lo largo de cinco decenios mientras se conspira, se miente, se denuncia, se purga, tal vez pueda parecer honroso para quien practique y tenga vocación, pero para algunos -entre los que me cuento- manifiesta el grado de desarrollo cero al que ha llegado la humanidad. «Nunca inventé una mentira para denigrarles», dice Carrillo que hizo en la página 15: temprano empezamos a mentir, debe ser que no se acuerda de su papel durante la Guerra Civil.
En fin, la última entrega de Carrillo es más de los mismo: ajustes de cuentas con el pasado, defensa a ultranza de la actuación del PCE durante la guerra civil, autobombo, yoismo y una pila de medias verdades que asombraría a la mismísima Pasionaria, otra santita de peana.
Centrémonos en el triste caso de Andreu Nin, dirigente del POUM detenido, secuestrado, torturado, asesinado y hecho desaparecer con el apoyo entusiasta de la dirección y la prensa del PCE: es común lugar de encuentro entre los historiadores proPCE y entre los dirigentes del partido que han escrito sus memorias, bien obviar este tema, bien negar la responsabilidad del PCE en el asunto, o bien eliminar toda referencia al mismo. Veamos algunos ejemplos:
1. Simón Sánchez Montero, exdirigente del PCE, en su libro titulado Caminos de libertad: memorias, editado en 1997 por Temas de Hoy, ejercita su amnesia en tal grado que encontrar una sola referencia a Nin en sus muy pulcras memorias es labor destinada al fracaso: eso sí, recuerda con precisión matemática de día, hora y lugar el abandono de una posición en el frente de la Casa de Campo, allá en noviembre de 1936, por parte de un grupo de milicianos anarquistas. Curioso ejercicio memorialístico el de este otro funcionario del PC, atacado por el bicho.
2. Irene Falcón, secretaria de Dolores Ibárruri en vida de esta, publicó en 1996 su correspondiente libro de memorias titulado Asalto a los cielos: mi vida junto a Pasionaria en la editorial Temas de Hoy. Cuando toca referirse al caso Nin, ella, ni corta ni perezosa, embuida/emborrachada de materialismo histórico, nos cuenta en la página 143 de su libro que «las responsabilidades del caso Nin hay que atribuírselas a las paranóicas actividades de la NKVD... El caso Nin fue diabólico y [...] además del propio Nin y sus correligionarios, las principales víctimas de ese nefasto episodio fuimos los comunistas españoles que para nada intervinimos en él... Despues he oido mil veces a Dolores explicar que ella tampoco sabía nada. A Vicente Uribe, que era ministro..., le pregunté varias veces en el exilio y siempre me dijo que nos sabía lo que había pasado».Ahora, y gracias al muy estirado historiador Antonio Elorza, que publicó un libro titulado Queridos camaradas en la editorial Planeta en 1999, sabemos ya que entre los papeles que se encuentran en los archivos soviéticos están las órdenes para hacer desaparecer al POUM de la escena política, y que el ministro de Justicia de la República, Manuel de Irujo, miembro del PNV informó a Zugazagoitia, ministro de Gobernación y militante socialista, que la NKVD era la responsable del secuestro de Nin y, más concretamente Orlov, jefe de la NKVD en España: también se sabe ya que el Teniente Coronel Ortega, director general de Seguridad, era miembro del PCE... Pero Pasionaria no sabía nada, no debía de leer la prensa que editaba su partido durante la guerra, antes y despues del asesinato de Nin, en la que se acusaba al POUM de ser un nido de agentes fascistas y de estar al servicio de Hitler...
3. Manuel Vázquez Montalbán, gourmet de dientes afilados en los cantos de los restaurantes de cinco tenedores, en su libro titulado Pasionaria y los siete enanitos, publicado en 1995 por la editorial Planeta, continúa argumentando de similar forma cuando se refiere al caso Nin y nos dice -tras calificar el asesinato del dirigente del POUM como «estigma lacerante» y «desaparición"- que «sin poder establecer la responsabilidad directa de los comunistas españoles en la liquidación del POUM, todos dejaron hacer, dejaron pasar y asumieron la explicación de la conjura nazi de Nin y los suyos».Lo que no es poca cosa, dicha sea la verdad, pero hay más, hay responsabilidad directa del PCE, de sus dirigentes, de su prensa y de los soviéticos, que eran los verdaderos mandamases en el PCE de la Guerra Civil. En cualquier caso, quien hubiera deseado realmente enterarse de la verdad pudiera haber ojeado el libro de Juan García Durán titulado La Guerra Civil española: fuentes, publicado en 1985 por la editorial Crítica, y leer en la página 306 la cita de un documento conservado en los archivos soviéticos que dice así: «The complet extermination of the Trotskyst POUM gang will constitute one of the most important prerequisits for the victory over fascits murders and vandals», y que resulta ser el citado documento una comunicación del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista al Comité Central del Partido Comunista de España. A la luz de estos datos, solamente una interesada opinión puede mantener la inocencia cuasi infantil del PCE en el asesinato de Nin.
Otro capítulo del libro de Santiago Carrillo al que debemos prestar la debida atención es el que hace referencia a la figura de José Antonio Aguirre, presidente del gobierno vasco, en el que, de paso, nos cuenta un poco la Guerra Civil en Euskadi. Se olvida de contarnos, a causa del pobre riego cerebral, que el Partido Comunista de España formó parte del gobierno que José Antonio Aguirre constituye el 7 de octubre de 1937 al ocupar la cartera de Obras Públicas con el militante Juan de Astigarraga. La CNT no entra en el gobierno -aunque quería, todo sea dicho- lo que acarrea algunas tiranteces que dan lugar a la provocación gubernamental que consistió en arrebatar a la CNT los talleres donde imprimía su diario CNT del Norte para entregárselos al PC, que comenzó a editar su periódico Euskadi Roja.Todo el Comité Regional de la CNT de Euskadi es detenido.
La importancia política de Santiago Carrillo es innegable. La deuda de la monarquía juancarlista con él, impagable. El desprecio que merecen este personaje y los que como él disfrutan alimentando patrañas históricas para engordar el negocio editorial, es insondable.

Xabier Valle.

Un libro magistral, Memorias y vivencias de un campesino anarquista, 
Juan Caba Guijarro

Nos llega de La Mancha, y su autor es un activo militante del anarcosindicalismo castellano, con sus 80 y pico de inviernos a las costillas y todavía no ha perdido la férvida ilusión de que el hermoso ideal que abrazó en su juventud llegue un día a abrir el camino de la historia, dando paso a una era de auténtica libertad, solidaridad y justicia social al servicio del hombre y de los pueblos. Se llama Juan Caba Guijarro, es natural y vecino de Manzanares (Ciudad Real) y ha ejercido diversas actividades laborales, entre ellas, y primordialmente, la de labrador. Temperamentalmente es un tipo humano, la mar de bondadoso, comprensivo, tolerante, altruista y razonable. Uno de esos tipos de los que abundaban en otro tiempo en las filas militantes de la CNT - FAI, y de los que tanto se echan de menos en la actualidad. La sequía psicológica (implacable por sí misma en los 40 años de Dictadura), y los no menores errores, han desolado el rico y prometedor paisaje de la España trabajadora e idealista del último y principio de nuestro siglo.
Pero aquí está el libro de Caba, que intenta noblemente desenterrar las virtudes del pasado y eliminar los defectos presentes. Tamaña empresa solo cabe en el rico corazón y en el cerebro de un heredero legítimo y entrañable hermano ético del gran soñador revolucionario Alonso de Quijano, el Bueno, popularmente llamado don Quijote de la Mancha.
El libro, de 485 páginas, lleva por título Memorias y vivencias de un campesino anarquista, y en sus diversos capítulos campea tanto la prosa como la poesía, porque el autor no solo se contenta con cultivar brillantemente la difícil sementera de la prosa, sino que se adentra en el hermoso jardín de la lírica trazando versos, poemas y sonetos de la más pura fabricación estética. Hay que advertir que nuestro hombre no es un intelectual o universitario. Es un autodidacta de cuerpo entero. Todo cuanto sabe se lo ha arrancado, en las solitarias veladas manchegas tras el duro trabajo de la tierra, a cuantos libros y periódicos caían en sus manos, y el noble afán de saber más y más. Tanto sus amenos artículos como sus inspirados poemas campean incansablemente por las páginas de la revista alicantina Siembra, y en otras publicaciones editadas por el Movimiento Libertario.
Como buen conocedor y animador de los movimientos sociales y las convulsiones políticas de la región de Castilla - La Mancha, Juan Caba hace historia pormenorizada de todos cuantos acontecimientos se han producido por aquellas tierras desde principios de siglo, y especialmente en Membrilla, en donde prendió la semilla del anarquismo militante quizás con más vigor y autenticidad que en otros pueblos y regiones de España que siempre gozaron en este terreno de mucho prestigio y fama. No ocurría eso en Tomelloso, un gran pueblo vitivinícola, con más de 30 mil habitantes, en donde no conocían los movimientos sociales castellanos, muy florecientes, con el nacimiento de la II República. Recuerdo que en la primera quincena de agosto de 1936, y tras la celebración de un Pleno Comarcal de la CNT - FAI, en Membrilla, nos desplazamos Francisco Crespo, otro compañero de Alcázar de Cervantes (que así lo bautizamos en los primeros días de la Guerra y Revolución) y el que suscribe, celebrando el primer mitin confederal en Tomelloso, que fue un verdadero éxito cultural y social, quedando constituido con gran afluencia de trabajadores la primera Federación Local de Sindicatos afecta a la Confederación Nacional del Trabajo del pueblo más vinatero de La Mancha.
En estos tiempos de honda pobreza socio-cultural y de chabacanería política y electorera, libros como el de Juan Caba vienen como anillo al dedo. Lo lamentable es que no tenga la divulgación que merece. Los poderosos medios de comunicación e información popular están siempre en manos de los omnímodos poderes del Capital y del Estado, que naturalmente se dedican a divulgar y comentar lo que les conviene. Aquellos textos o poemarios que proceden del campo libertario son lanzados olímpicamente a las poubelles del país. Fracasado rotundamente el marxismo como teoría y práctica política del Estado, no queda en pie más que el anarcosindicalismo.
Por nuestra parte damos la bienvenida y felicitamos calurosamente al compañero Juan Caba, deseándole (¡cómo no!) el mayor éxito de crítica y público a sus ricas Memorias y vivencias de un campesino anarquista.

Conrado Lizcano

profeta en tierras lejanas. los otros

Fernández Martín, Selenio, un extraño en el paraiso, que publicó Madre Tierra, reseñamos en el Bicel número 5 y que tuvo una fría acogida, ha sido publicado en

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japonés. Como siempre, nadie es profeta en su tierra. 

Los otros...

La desobediencia civil en el Estado constitucional democrático, Juan ignacio Ugartemendia Eceizabarrena
(pról. de Gurutz Jáuregui), Madrid, Marcial Pons, 1999 (Monografías Jurídicas).


Desde el punto de vista del Derecho, el autor analiza la desobediencia civil. A lo largo de la historia han existido ciudadanos que se han opuesto al cumplimiento de la ley por considerarla injusta, legitimando éticamente al individuo y al pueblo a rebelarse contra el Poder. Casos como el de la negación de muchos americanos a ir a la guerra del Vietnam, o la insumisión al servicio militar en España, son ya clásicos ejemplos de desobediencia civil en el mundo contemporáneo.
Aunque la expresión es relativamente reciente, existen numerosos hechos que desde la antigüedad avalan su existencia, como el caso de Antígona, que ya contrapuso las leyes no escritas e inquebrantables de la conciencia a la razón de Estado y a la ley política.
Los orígenes contemporáneos de la expresión se remontan a H. D. Thoureau, que se negó a pagar la parte alícuota de los impuestos que se destinaban a la guerra, por considerarla injusta. Gandhi, otro activo militante de la desobediencia civil, continuó con la mismas tácticas para alcanzar la independencia de la India y superar las injusticias que sufría su pueblo. Decía que «la desobediencia civil es la violación civil de normas legales inmorales». Más reciente, Martin Luther King propuso también una lucha no violenta contra la segregación de la población negra en Estados Unidos.
No obstante, el enfoque y análisis del libro es desde un punto de vista jurídico.


Vida y confesiones de Oscar Wilde, Frank Harris, (pról. de Luis Antonio de Villena), Madrid, Biblioteca Nueva, 1999 (Biblioteca Oscar Wilde).


En 1928 publicaba la madrileña editorial Biblioteca Nueva esta biografía de Oscar Wilde realizada por el escritor y periodista Frank Harris. La traducción del inglés, el prólogo y las notas eran de Ricardo Baeza, un admirador de la obra de Wilde que se propuso dar a conocer al escritor irlandés en nuestro país. Este año, Biblioteca Nueva ha vuelto a editar esta obra en un solo volumen (la anterior se publicó en dos) con un prólogo de Luis Antonio de Villena y con un texto final, Mis recuerdos de Oscar Wilde, de Bernard Shaw, también incluido en la primera edición.
La biografía fue muy polémica. Para algunos es la mejor obra de Harris; para sus detractores, de poco valor. Su análisis parece interesante no solo por los datos que pudo recoger de aquí y de allá, sino porque el biógrafo y el biografiado fueron muy amigos y compartieron penas, luchas y alegrías.
Harris fue conocido en los medios libertarios por su obra La bomba, que aunque era un escrito de ficción, estaba basada en la tragedia de Haymarket, por la que fueron ejecutados los inocentes mártires de Chicago. Emma Goldman mantuvo correspondencia con él con su opiniones sobre este libro.
La autobiografía de Harris, publicada bajo el título Mi vida y amores, en cinco volúmenes, fue muy escandalosa en su época; en algunos países se prohibió su edición. La puritana e hipócrita sociedad no podía entender que alguien tan desinhibido como Harris pudiera contar con tanto detalles sus relaciones sexuales.


Siete días de enero, Albert Herranz Hammer, Tegueste, Baile del Sol, 1999 (Sitio de Fuego, 33)
[Ediciones Baile del Sol, Apdo. 133, 38280 Tegueste (Tenerife)]


A pesar de su juventud, Albert Herranz (Estocolmo, 1970) cuenta en su haber con varios libros de poemas y de novelas cortas. Por Starpower consiguió el premio de novela corta Baltasar Porcel. Y algunas de sus publicaciones han sido traducidas a otros idiomas.
Siete días de enero es la primera obra que escribe en castellano. La lucha obrera a través de la huelga y las maniobras policiales para culpar a los trabajadores inocentes de los crímenes a los que se les acusa es la trama del relato.


Vida de Simone Weil, Simone Pétrement, Madrid, Trotta, 1997 (Estructuras y Procesos: Religión).

A lo largo de más de setecientas densas páginas de texto, la autora, Catedrática de Filosofía, Doctora en Letras y conservadora de la Biblioteca Nacional, amiga personal de Simone Weil, nos da a conocer muy minuciosamente la apasionante vida de esta mujer apasionada, anarquista mística francesa, que estuvo en la Guerra Civil española luchando por la libertad.
Pese a que lamentablemente murió joven, dejó numerosos escritos de gran interés. Los lectores que estén interesados pueden conocer sus obras a través de la edición en castellano de algunos de sus libros, que también ha publicado Trotta.


Conversaciones con Bakunin, Arthur Lehning, (trad. de Enrique Hegewicz), Barcelona, Anagrama, 1999 (Crónicas, 42).


Arthur Lehning cumple ahora cien años y Anagrama con motivo del trigésimo aniversario de la editorial ha reeditado una serie de obras ente las que afortunadamente se encuentra esta.
Lehning es posiblemente el mejor conocedor de la vida y obra de Bakunin. Fue el editor literario de las obras completas del anarquista ruso, lo que le llevó muchos años para poder recopilar sus escritos.
En Conversaciones... reproduce los textos de lo que empezó a ser una autobiografía del propio Bakunin, que es breve, y además, de forma más o menos cronológica y según los avatares de su vida, las cartas y escritos de Bakunin y de amigos y compañeros que mantuvieron correspondencia con él. Asimismo, incluye la de sus enemigos, para que igualmente se pueda conocer la opinión de sus adversarios políticos y se sepa de las calumnias que se vertieron sobre su persona, como el infundio de que era un agente ruso.

  El máuser y el sufragio: orden público, subversión y violencia política en la crisis de la Restauración (1917-1931), Eduardo González Calleja, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1999 (Biblioteca de Historia, 37).

Es la segunda entrega de la trilogía sobre la violencia política en España entre 1875 y 1936. Ofrece un análisis detallado de los factores que determinaron la intensificación de la conflictividad sociopolítica durante la crisis de la Restauración, evaluando en su justa medida el papel de la violencia en los orígenes y la institucionalización de la Dictadura primorriverista, en las oposiciones a la misma y en el ulterior derrumbamiento del régimen monárquisco.
 

una voz cenetista en tánger

.He querido depositar en la Fundación Anselmo Lorenzo los ocho artículos de prensa que escribió mi abuelo José Sánchez Santos, militante de la CNT, durante los meses

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de junio y julio de 1937 en el periódico republicano El Porvenir, de Tánger, donde trabajaba de tipógrafo. Unos artículos que al terminar el conflicto bélico y ocupar el gobierno de Franco la ciudad tangerina, en mayo de 1940, le supusieron a mi abuelo la prisión, el destierro y una prematura muerte por las privaciones sufridas.
Es difícil encontrar en los archivos dedicados al movimiento anarquista documentos, actas, panfletos o cualquier otro escrito que hagan referencia a la CNT de Tánger. Por eso creo, que en los artículos de mi abuelo, afiliado a esta organización en 1926, pueden servir para que haya constancia documental de la voz de un cenetista en esta ciudad marroquí, una ciudad que disfrutó de sus años de esplendor durante el primer tercio del siglo xx como protectorado internacional.
Quiero también desde estas líneas agradecer la ayuda generosa que me ha brindado el director adjunto de conservación de la Biblioteca y Archivo General de Tetuán, Abdelilah Ducali, en mi tarea investigadora para recuperar los artículos, ya que los únicos ejemplares de El Porvenir que he podido localizar, tras una intensa búsqueda en las hemerotecas, se hallan en este centro bibliotecario de Marruecos.
José Sánchez Santos no fue un héroe, ni un destacado dirigente del movimiento anarcosindicalista. En la sentencia fechada el 19 de agosto de 1941, que le condenó a doce años de prisión mayor por un delito de adhesión a la rebelión militar, no se le reconoce ninguna actividad pública hasta el inicio de la Guerra Civil, cuando en noviembre del 36 empieza a escribir en El Porvenir.
Una colaboración que acabó en julio de 1937, con su despido del periódico, posiblemente por su afiliación a la CNT, ya que coincide su marcha de El Porvenir con la derrota en mayo de ese mismo año de la revolución social, que fue impulsada por anarquistas y militantes del POUM en la retaguardia republicana.
Mi abuelo fue un hombre de su tiempo, un hombre involucrado en la complejidad ideológica, social, cultural y política de un primer tercio del siglo xx que convulsionó las estructuras no solo de la sociedad española sino de la europea en general. Y como casi todos los hombres de su tiempo, los nietos solo tienen constancia de su trayectoria existencial a través de recuerdos familiares difusos. Y de esos recuerdos y de una tarea de investigación que llevé personalmente durante un año entero, quiero narrar, de manera resumida, su vida para aquellos que quieran leerla y comprender de esa manera sus escritos.
José Sánchez Santos nació en 1902, en Cádiz. Hijo único de una familia humilde, quedó huérfano de padre y madre a los doce años y una tía materna, al parecer rica y beata, se hizo cargo de él y lo matriculó en el colegio de los Salesianos de la capital gaditana. Recibió enseñanza religiosa, sectaria, retrógrada, pero en aquélla época la única con medios suficientes para garantizar una labor educativa seria y completa, al haberle entregado el Estado a la Iglesia el control de la educación.
De su paso por los salesianos, mi abuelo aprendió a leer y a escribir, a dominar campos como la literatura, la filosofía, la historia o la teología. El destino quiso que la pérdida de sus padres permitiera, a mi abuelo, hijo del proletariado, disfrutar de una educación a la que se impedía el acceso a los de su clase social. A los dieciocho años abandonó los estudios, harto de los curas, y se marchó a pie hasta Sevilla, donde empezó a trabajar en una imprenta, de tipógrafo.
Tras el desastre de Annual en 1921 y ante la amenaza de ser reclutado por el Ejército para reprimir a las fuerzas rifeñas en el norte de Marruecos, mi abuelo embarcó hacia Tánger, donde recaló ese mismo año o a principios de 1922.
De su vida en Tánger hasta la Guerra Civil solo sé que en 1926 se afilió a la CNT, en 1931 se casó, tuvo cinco hijos, abrió un negocio de imprenta con un socio, quien le engañó y le dejó arruinado, que uno de sus mejores amigos fue jefe local de la Falange tangerina, y que trabajaba de tipógrafo en El Porvenir.
Su compromiso político lo hizo público desde noviembre de 1936 a julio de 1937, según me consta, con los artículos publicados en El Porvenir. Despedido de ese periódico a mediados de 1937, trabajó durante la Guerra Civil de tipógrafo en otro periódico también republicano llamado Democracia donde no publicó nada.
Tras terminar el conflicto y anexionarse Franco la ciudad tangerina en mayo de 1940, por la condición de España como país no beligerante en la II Guerra Mundial, la Comisaría General de Seguridad y Orden Público del Consulado Español, con la colaboración de la Falange local, elaboró una lista de militantes y simpatizantes republicanos y de organizaciones sindicales de izquierda para su arresto y posterior traslado a la prisión de Hacho, en Ceuta, a fin de someterlos a juicio militar.
Muchas de esas personas amenazadas huyeron a Casablanca ante la llegada de las tropas franquistas. Mi abuelo decidió quedarse con su familia. Él entendía que no había matado a nadie y que solo había defendido públicamente sus ideas con su pluma. Creía en el respeto mutuo: «Yo sólo sé decir que quien no respeta a sus semejantes no tiene derecho a que le respeten», dice en uno de sus artículos. En marzo de 1941 fue detenido en su propia casa, cuando comía con la familia, y llevado prisionero al Hacho. En agosto de ese mismo año se le condenó a doce años de prisión por la publicación de sus artículos.
Quisiera extractar unos párrafos de la sentencia para que este país nunca olvide lo que significó la represión franquista durante la posguerra: a partir del mes de noviembre de 1936 colaboró en el referido libelo publicando varios artículos de propaganda marxista [...] en las que daba pruebas de su ridícula pedantería, trataba de desprestigiar al Movimiento Nacional, al Ejército y sus principales figuras representativas, atacaba al actual régimen y censuraba a la Iglesia por haber hecho repicar sus campanas con nuestro júbilo al ser liberada del yugo marxista la plaza de Bilbao, poniendo en todos ellos de manifiesto su odio a la Causa Nacional y sus arriesgadas ideas marxistas.
Uno de los principales acusadores fue el obispo de Gallípolis, principal mandatario de la Iglesia Católica en el protectorado de Marruecos, al que mi abuelo criticó en uno de los artículos por su apoyo a los militares sublevados contra la República. Durante su estancia como preso en la fortaleza del Hacho, se le planteó la posibilidad de salir en libertad condicional si abjuraba de todo lo que publicó en el periódico, pedía perdón al obispo de Gallípolis y acataba el Movimiento Nacional.
En la calle, tenía una mujer y cinco hijos pequeños, señalados ya como la familia de un rojo. Le necesitaban para salir adelante en una época dura de posguerra. Debía de elegir. Sus ideas y la prisión o estar con la familia a costa de renegar de su pasado y aceptar las condiciones impuestas por el bando vencedor. Eligió lo primero.
Y he aquí por qué digo que mi abuelo fue un hombre de su tiempo. Fiel a sus convicciones personales e ideológicas sacrificó su vida y la oportunidad de ayudar a su familia en aquellos años difíciles porque se veía incapaz de salir adelante y educar a unos hijos si renegaba de todo aquello en lo que creía.
Para él era sagrado respetarse a sí mismo y no quiso, a cambio de una libertad vigilada, renunciar a su fe en la labor educativa del pueblo, de su idea de Patria, de su confianza inquebrantable en la hermandad de la clase trabajadora para combatir al capitalismo, de su anticlericalismo, pero respetuosos con los ideales cristianos, de su desprecio a la figura de Franco y del fascismo italiano y alemán, su oposición a todo yugo social o político, de su permanente denuncia del falseamiento de la historia de nuestro país siempre a favor de las clases reaccionarias. No quiso.
Durante casi un año estuvo en la cárcel y después sufrió un destierro forzoso a Cádiz, donde malvivió, controlado por la policía y obligado a trabajar por un salario de miseria. Dos veces intentó escapar a Tánger y las dos veces fue capturado. Mi abuela, quien trató de convencerle en la cárcel de que aceptara el trato ofrecido por las autoridades militares, nunca le echó en cara su decisión. Abnegada, sacó adelante a sus cinco hijos. Quizás haya sido la persona más fuerte y esencial de la historia que estoy relatando. Sin su fidelidad y sacrificio hubiera sido para mi abuelo muy difícil mantener la entereza.
Físicamente roto, fue indultado en 1948 y regresó a Tánger para trabajar en el Diario de España y después en Despeche Marroquine, donde le despidieron al promover una huelga en los talleres. En 1952 y tras una larga agonía, murió a los 50 años a causa de un tumor cerebral.
Esta es la historia de mi abuelo, una historia posiblemente similar a la que sufrieron centenares de miles de españoles represaliados por el régimen franquista. Pero quizás, su aportación al movimiento anarquista, aunque él nunca tuviera constancia de ello, es que sus artículos son de los pocos que existen en la actualidad escritos por militantes de la CNT en Tánger durante la Guerra Civil española. Y con ese valor y por respeto a la memoria de José Sánchez Santos, al que no pude conocer pero del cual he aprendido mucho desde que he ido desvelando poco a poco su trayectoria vital, deposito en la Fundación Anselmo Lorenzo sus ocho artículos titulados: «Cara a la reconquista», «Carta abierta al camarada Torre», «14 de julio de 1937», «Un elogio y un consejo», «Mola y la insurrección en el cielo», «Uniforme y disciplina», «Respuesta a una llamada de Falange Española de Tánger» y «Del magno proceso histórico contra los facciosos».

Julio Sánchez Ortiz

recordando a suceso portales

A mediados de febrero de 1999 nos informaron de que Suceso Portales había fallecido. Sometidos en nuestro entorno de la generación intermedia -como decía Germinal Gracia-, nos cuesta trabajo creer que los afines inolvidables desaparecen, porque nuestros desaparecidos nunca mueren, cuando se trata de ejemplares humanos que han abierto cauces históricos y han contribuido -aunque lo ignore la mayoría de personas- a que la ilusión se convirtiera en esperanza y esta culminara.
Los recuerdos, el ejemplo y el curso de actividades han sido siempre estímulo para las nuevas generaciones. Tú, Suceso Portales, fuiste una de aquellos 184 exiliados que llegaron a Inglaterra a bordo del «Galatea» procedentes de Alicante al terminar la confrontación armada en España, a sabiendas de que meses después se reanudaría la guerra, protegiéndote en Londres la familia Peggy Spencer.
Los que te conocimos sabemos que como la mayoría de refugiados de tercera clase (los que salisteis de España ni teníais pasaporte diplomático ni dinero), lograste independizarte sin necesidad de recurrir al oro de Negrín, que andaba por Londres patrocinando el Hogar Español, ni a otros movimientos como el vasco y catalán que ayudaban económicamente a los suyos. Siendo el grupo libertario el más numeroso, erais los que nada teníais financieramente y los que más actividad desempeñasteis. Vuestra solidaridad, compartiendo lo que teníais tú y tu compañero Acracio Ruiz, para ayudar a los que llegamos de África del Norte, y a cuantos necesitaban vuestro asesoramiento y ayuda, fueron acciones inolvidables.
Suceso Portales pertenecía y militaba en Mujeres Libres, Juventudes Libertarias y en la CNT. Participó en las publicaciones del núcleo libertario en Inglaterra; tuvo buenos enlaces con la resistencia en Madrid, con los presos, por tener a su hermano en la cárcel, y participó en todas las manifestaciones públicas que se celebraron en Londres: la noche del 20 de febrero del 1952, contra los coros y danzas del ministerio de Información y Turismo, en el teatro Stoll, para salvar la vida a doce condenados a muerte en Barcelona; contra la visita del ministro de Asuntos Exteriores franquista, Castiella, en julio de 1960; por la visita de Fraga Iribarne, en noviembre de 1963. Tras la ejecución de Joaquín Delgado y Francisco Granados, en agosto de ese año; por la liberación de Francisco Abarca, detenido en Bélgica, en abril de 1964, para evitar su extradición; para salvar la vida de Stuart Christie y Fernando Carballo, en agosto de 1964, condenados a muerte en España; y tantas otras protestas de alcance internacional. Representó al núcleo de Inglaterra en uno de los plenos Intercontinentales celebrados en Francia, siendo una de las propulsoras del boletín España fuera de España.
Suceso Portales es otro valor libertario que nos ha dejado tras haber cumplido con una trayectoria social y humana con la sencillez y voluntad puesta al servicio del pueblo sometido.
No sé si era el entorno endurecido por la adversidad y la fortaleza de nuestras convicciones lo que nos mantuvo unidos y fuertes, que contrasta con la situación actual. Quizás por eso nos acordamos de ti, y los que te conocimos entonces volveremos a estar juntos en esa misteriosa etapa del silencio eterno. Mientras tanto nuestro pensamiento está contigo.

Antonio Vargas y Agustín Roa
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