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La ideología política de Anarquismo español
José Álvarez Junco

Álvarez Junco, José: La ideología política del anarquismo español (1868-1910) (2.ª ed.), Madrid, Siglo Veintiuno, 1991 (Historia), 667 págs.

Comenta Álvarez Junco (catedrático de Historia de las Ideas y de los Movimientos Sociales), en la introducción de esta obra, quejándose de los escasos medios con que se cuenta para investigar en España, que al finalizar sus estudios solicitó dos becas para poder realizar este ensayo y que las dos le fueron denegadas. En uno de los casos se argumentaba el escaso interés del tema. Finalmente, la solicitud de una tercera beca prosperó, pero el objeto de estudio propuesto fue «Conservadurismo y tradicionalismo en la España del siglo xix». Si el autor no hubiera tenido esta mínima dosis de imaginación, muy posiblemente hoy no podríamos leer el libro que presentamos. No es nada nuevo, ya en el xix, Larra se quejaba de lo mismo. Una triste realidad que no parece fácil cambiar. Paradójicamente, para algunas personas, estos obstáculos y trabas que pone la Administración parece que se convierten en un aliciente, en un incentivo para poner todo su empeño en buscar la forma de alcanzar sus objetivos, con tesón, con férrea voluntad, obteniendo unos frutos realmente magistrales.

Esta magnífica obra, que algunos compañeros han dado en llamar la Biblia del anarquismo español, analiza en profundidad la ideología libertaria. Aunque conocemos algunas razones que explican el silenciamiento al que se ha sometido al anarquismo español, pese a las grandes aportaciones a la cultura social de este país, otras se nos escapan. Y conociendo la importancia del tema, es inadmisible el silencio.

Se citan en esta obra autores muy conocidos, mas se analiza «una ideología un tanto anónima», una «mentalidad colectiva». Cientos de periódicos ácratas de la época y miles de artículos han sido consultados y citados para dar a conocer la ideología libertaria. Muchos de los libros, folletos y publicaciones periódicas anarquistas españoles pudieron ser consultados en el IISG de Ámsterdam, una prueba más del gran amor que tenemos en España por nuestra cultura y la conservación de sus documentos. La visión del autor es muy importante: no se trata de aportar datos y más datos, como si con los números quisiéramos o pretendiéramos entender la complejidad social, sino de aprehender los múltiples factores, entre ellos las ideas, que contribuyen a la historia y a la formación del mundo en el que vivimos.

De lectura muy recomendable, tenemos que resaltar que es un texto muy denso, plagado de numerosísimas citas y notas a pie de página, y muy enriquecido con una amplísima bibliografía. Esta obra merece nuestro tiempo y dedicación para poder aprovechar el tesoro de conocimientos que el autor se ha esforzado en transmitirnos. Cada capítulo induce a reflexionar en profundidad; muchas de sus páginas son pura filosofía. Capítulo a capítulo se van desgranando los distintos conceptos que desde posiciones anarquistas se analizan: la libertad, la Naturaleza, la moral, la ciencia..., pero nótese que no hay unanimidad de criterios entre los libertarios en todos y cada uno de los temas que se exponen. Aunque haya muchos puntos en común, hay muchas disensiones. Sobre la idea de Naturaleza hubo intensos debates. La Revista Blanca publicó artículos de las dos tendencias. Por un lado, la opinión mayoritaria, la de los partidarios de uno de los axiomas más extendidos del anarquismo: la bondad natural del ser humano; por otro, la de los que consideraban que en la medida en que el hombre evoluciona puede salir de la barbarie y de la violencia selvática (donde unos se comen a otros). Como toda polémica, servía para aprender y conocer mejor la realidad, enriqueciendo el pensamiento.

En la época que se estudia, los anarquistas, basándose en los grandes avances científicos y técnicos, tenían una fe inusitada en el progreso. Aplicando y generalizando estos desarrollos por todos los pueblos de la tierra, la justicia, la libertad, la fraternidad y la felicidad llegarían a todos los rincones del planeta. Con la perspectiva actual, nos sorprende. Los libertarios de finales del xix desconocían que, para el año 2000 -fecha que algunos establecían como meta emancipadora- la humanidad ya había generado y sufrido dos guerras mundiales con millones de muertos. Esos avances científicos y técnicos fueron lacayos de la Muerte, no de la libertad, como ellos esperaban y deseaban. No se prestó atención a la máxima de Rabelais: «ciencia sin conciencia es la ruina del alma». ¿Ha perdido hoy el anarquismo la esperanza? Sí parece muy extendido entre los libertarios la pérdida de la fe en los avances científicos y técnicos en los que tanto creían los compañeros de antaño. Sin embargo, esto no indica que el ser humano y la sociedad no sean perfectibles e incluso, de alguna manera, persiste en algunos sectores esa fe ciega en el progreso. Del siglo xx, con los trágicos conflictos bélicos, tenemos dos utopías negativas, las de Huxley (Un mundo feliz) y la de Orwell (1984), que nos indican los peligros de las sociedades autoritarias y con un gran desarrollo científico y técnico. En realidad, estas obras son la reflexión de dos autores que conocieron las barbaries del siglo xx.

En el capítulo «La fe en el progreso» destaca Álvarez Junco el idealismo de los anarquistas como motor de cambio social (las ideas dirigen la marcha del mundo: «La evolución intelectual -según Juan Montseny- ha sido la causa de todos los adelantos que la humanidad ha realizado»; «La fuerza material nunca ha sido nada ante la ideal», Pellicer), un progreso que es lineal, armónico e inevitable.

Muy bien estructurado, expuesto y analizado, el trabajo de Álvarez Junco es una radiografía de las teorías anarquistas desde 1868 hasta 1910, fecha en que se creo la CNT, y constituye una de las mejores exégesis o hermenéuticas del anarquismo español. La primera parte lleva por título «Bases filosóficas», la segunda, «La crítica de la sociedad existente»; la tercera, «El ideal de la sociedad futura» y la cuarta, «Organización y tácticas revolucionarias». No olvida ninguna parcela del anarquismo (cultura, pedagogía, economía, sexualidad, violencia, organización, tácticas...), todas están tratadas en profundidad. Va caracterizando y mostrando la ideología anarquista, su idiosincrasia, frente al marxismo, aunque indicando los puntos en común en su lucha contra el capital, y los partidos republicanos. Por ejemplo, la acción directa frente al parlamentarismo. Mirando desde el prisma actual, lo que fue una excepción para el socialismo -la lucha por los escaños en el parlamento- se convirtió en un fin, olvidando -ya inmersos en el capitalismo, en sus engranajes- lo que era su objetivo: la revolución social. Pero también advierte el autor que el antipoliticismo de los anarquistas, pese a permanecer en posiciones revolucionarias, sin connivencias que las desvíen de su objetivo final, puede conducir a la ineficacia, a la inacción, al alejamiento de las masas y a la irrealidad. También nos da a conocer el contexto en el que se desarrolló la fobia antiorganizativa, tendencia anarquista que se opone a cualquier tipo de organización porque la considera el germen de la opresión. Superada esta oposición a la organización, el movimiento obrero anarquista se articula en torno al sindicalismo en Solidaridad Obrera y a partir de 1910 en CNT.

Además cuestiona los tópicos que sobre el anarquismo se han vertido, especialmente por algunos historiadores y otras corrientes ideológicas, con un análisis simplista que otorga al anarquismo algún protagonismo en las sociedades agrarias y no en las industriales, relegando la acracia a sociedades con poco avance tecnológico o a algunos grupúsculos en las desarrolladas.

José Álvarez Junco ha tenido la generosidad de entregarnos 235 ejemplares de este libro que consiguió salvar de la guillotina editorial, y que nosotros queremos hacer llegar a aquellos que más nos ayudan. Hemos considerado oportuno enviar un ejemplar gratuito a todos los que hagan un pedido igual o superior a 60 euros. Lógicamente, hasta que se agoten las existencias.

Aprovechamos la oportunidad para dar las gracias a Álvarez Junco por su generosa donación y también por hacer más accesible el conocimiento de nuestra amada filosofía libertaria.

Amador

2002 Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo l Contacto: fal@cnt.es