B.
Akunin: el éxito de un autor novel
¿Quién
nos los iba a decir? A comienzos del siglo XXI, Bakunin se convierte
en un autor de éxito en su Rusia natal, sus obras vuelven a inundar
las librerías de medio mundo y sus títulos se encaraman
a las listas de libros más vendidos en los cinco continentes.
Claro
está, que no nos estamos refiriendo a Mijail Bakunin, el insigne
pensador anarquista ruso, sino a Grigori Shalvovich Chjartishvili, un
escritor de origen georgiano y moscovita de adopción que tomó
el seudónimo literario de B. Akunin en homenaje al ilustre revolucionario
del siglo XIX.
Boris
Akunin es el más destacado exponente del insospechado renacimiento
de la novela policíaca en la Rusia postsoviética junto
con Alexandra Marinina, magnífica representante en la cultura
eslava de las “damas del crimen” que han convertido a este
género literario en un categoría esencialmente femenina.
Nada tiene de extraño que en la caótica sociedad rusa
actual la novela negra se haya puesto de moda; los ciudadanos de las
antiguas repúblicas soviéticas, que viven una realidad
que no se aleja tanto del Chicago de los años 30 del siglo pasado,
se refugian en un mundo literario en el que los héroes son auténticos,
donde siempre triunfa la justicia y sólo hay finales felices.
Quizás
huyendo de su Rusia cotidiana, B. Akunin sitúa la acción
de sus novelas en los años que anteceden a la Revolución
de Octubre, en ese tiempo en el que todo parecía ser posible
en un Imperio que se debatía entre la modernización social
y la autocracia zarista, y en el que Mijail Bakunin tuvo un protagonismo
indudable, ofreciéndonos una combinación de novela histórica
y novela policíaca que ya fue anticipada por Ágata Christie
en La venganza de Nofret y con la que ahora triunfan Lindsey Davies
y su detective Marco Didio Falco, un romano del siglo I de nuestra era,
y Anne Perry, que sitúa sus obras en la Inglaterra victoriana.
Pero
en las obras del nuevo B. Akunin hay mucho más que intriga policíaca
y erudición histórica. Hay también un indudable
talento literario, no en vano el escritor es un lector muy atento que
dirige la revista Literatura Extranjera, y una marcada curiosidad por
otras culturas, especialmente la japonesa, que le ha llevado a ser traductor
de Yukio Mishima y divulgador en Rusia de la obra de autores como Jorge
Luis Borges y Milan Kundera.
En
nuestro país sólo han visto la luz los cuatro primeros
títulos, todos publicados por Ediciones Salamandra, de las siete
obras que hasta ahora ha protagonizado el detective Erast Fandorin:
El ángel caído, Gambito turco, Conspiración en
Moscú y Muerte en El Leviatán. Especial interés
ofrece la primera de éllas, en la que se acerca al mundo de los
nihilistas rusos y al debate que agitaba al movimiento libertario de
finales del siglo XIX entre los partidarios de la propaganda por el
hecho y los defensores de la pedagogía como vía revolucionaria,
aunque nuestra preferida sea Gambito turco.
Juan
Pablo Calero Delso