Cifra
y aroma. Cantares, hai-ku y mínimas
Escudero,
Isabel : Cifra y aroma. Cantares, hai-ku y mínimas, bromas, provervios,
juegos... Madrid, Hiperión, 2002 (Poesías Hiperión,
418), 444 págs.
He acompañado
a lo largo de más de veinte años a doña Isabel
Escudero en varios escenarios públicos en este intento de casamiento
de voz viva y razón desmandada. La atenta escucha del público
y las ocurrencias surgidas de entre la gente nos han mostrado, repetidas
veces, la utilidad de este intento. Al mismo tiempo, al alternar recitaciones
con razonamientos, se intenta hacer sentir que la contraposición
impuesta y vulgarizada de ‘razón’ con ‘sentimiento’
es una de tantas falsedades de la Cultura dominante y que, cuando a
la lengua común se la deja hablar de una manera o de otra, lo
que hace es desvelar, lo mismo por vía de lógica que de
poesía, lo falso de la Realidad y de las ideas con que el Poder
trata de restablecer (entre otras cosas por las Leyes y Ciencia y por
los Medios de Formación de Masas de Individuos) la Fe en la Realidad.
Al mismo tiempo, deseando que algunos del público, o de entre
los lectores, entretengan en ese juego, se trata de poner en evidencia
lo público de razón y poesía y desprenderlas lo
más posible de la persona de los pretendidos autores o creadores.
[...]
En cuando
a la maestría de doña Isabel Escudero para manejar este
juego y dar con la formulación esacta [sic, grafía del
autor], que nos toque a la par razón y corazón, no voy
a añadir nada más de lo que ya dije y celebré en
su día (1984) en aquel prólogo a su primer libro de poesía:
Coser y cantar, a cuya sustancia y hechura ha permanecido fiel la autora
y, por tanto, a esas páginas me remito por su pertinente vigencia.
Sólo hacemos notar, con renovado reconocimiento y admiración,
que la gran variedad de registros, tonos y formas diversas con que la
autora ha enriquecido esta nueva entrega, nos ha compensado con creces
de la tardanza de estos más de quince años en los que
ella, sin prisa ni pausa, le daba tiempo al tiempo en tanto cosía
y cantaba, hasta concluir, siempre provisionalmente, este nuevo regalo
que hoy nos ofrece: Cifra y aroma.
Agustín
García Calvo