Anarquismo
y educación
Cuevas
Noa, Francisco J.: Anarquismo y educación. La propuesta sociopolítica
de la pedagogía libertaria, Madrid, Fundación de Estudios
Libertarios Anselmo Lorenzo, 2003 (Cuadernos Libertarios, 11), 169 págs.
Precio: 7 euros
La
enseñanza pública en el estado español es un caos.
La escasa calidad del sistema educativo produce ya una flagrante alarma
social y, en la medida en que se nos educa con descaro hacia la producción
sumisa, la competitividad y el egoísmo, los fundamentos y las
prácticas pedagógicas alternativas suponen un campo de
estudio obligado y vital para buscar soluciones, soluciones sociopolíticas,
al neoliberalismo triunfante.
Paco
Cuevas es un militante de base y licenciado en Pedagogía que
ha trabajado durante años en el campo del antimilitarismo propagando
el pacifismo y la insumisión, y que continua en su barrio (La
Granja, Jerez) luchando por la auténtica participación
social y por una cultura comunitaria que, en un futuro cercano, sean
capaces de ser alternativa a una democracia absolutamente formalista
y falsa. Paco Cuevas es miembro fundador del Colectivo de Educación
Social y Noviolencia Buenaespina (entidad coeditora del libro), una
asociación creada en Jerez en 1999 y dedicada, políticamente
hablando, a provocar un debate en el sistema educativo público
sobre las causas de los problemas que aquejan a dicho sistema en el
ámbito andaluz.
En
Anarquismo y educación. La propuesta sociopolítica de
la pedagogía libertaria, Paco nos ofrece un trabajo de índole
recopilatoria donde nos conduce, a través de un documentado recorrido
de teorías y prácticas libertarias, a lo que se ha hecho
básicamente en el campo de la educación libertaria...
El libro está dividido en cuatro capítulos: dos primeros
que resumen, de forma escueta y precisa, los fundamentos teóricos
y la práctica revolucionaria del anarquismo en la época
contemporánea; un tercero que se adentra en las teorías
anarquistas de la educación, y un cuarto que se ocupa de las
experiencias concretas de pedagogía libertaria y antiautoritaria.
Este
libro, por la estructura de sus capítulos y epígrafes,
sirve como un pequeño manual sobre teoría y práctica
del anarquismo educativo. Tiene un carácter básico e introductorio
sobre la cuestión que trata, pero su brevedad no quita valor
a una síntesis de conjunto bien hecha y que conduce, sin forzar
nada, a una tesis clara, a saber, que la pedagogía libertaria
tiene en los mismos movimientos sociales su protagonista principal y
su destinatario primero, compartiendo plenamente con Carlos Díaz
que «la escuela, no el aula, es el barrio, las asambleas de trabajadores,
los centros culturales y recreativos; todas las obras de la vida comunal
son escuelas. Toda la comunidad tiene el derecho y el deber de participar
cada vez más en el proceso educativo comunitario, hasta hacer
que la escuela llegue a ser superflua» (Carlos Díaz, prólogo
a La escuela de Yasnaia Polaina, Editorial Júcar, 1978).
Cuevas
denuncia en su obra engaños desde el sistema educativo, como
la manipulación vía legislativa de la «educación
en valores» y los «enfoques transversales» que no
tienen otro objeto que manipular los brazos y las mentes de los alumnos/as
en la dirección del servicio obediente y aceptación del
Capitalismo. Como alternativa sociopolítica apuesta, siguiendo
a Silvio Gallo, por una «educación del riesgo», es
decir, una educación donde el objetivo primero y último
del proceso de aprendizaje sea perder el miedo a tomar decisiones autónomas,
sin ampararse en falsas seguridades ni delegar en autoridad alguna...
excepto en la autoridad natural que pueda representar la comunidad,
dice Paco. Éste –la dicotomía clásica entre
autonomía personal e intereses comunitarios– es, por citar
un ejemplo, uno de los lugares temáticos donde el trabajo de
Paco queda afectado por su brevedad.
Hay
un punto flaco del libro y es, a mi juicio, que el lector puede quedar
confundido al encontrar mezclados en su interior experiencias pedagógicas
antiautoritarias (por ejemplo, la escuela de Summerhill) con experiencias
pedagógicas libertarias (por ejemplo, las iniciativas de Ferrer
i Guardia). Para evitar confusiones entre cosas similares –pero
no iguales– habría bastado, me parece, un par de páginas
para analizar estos dos conceptos de cara a una más nítida
comprensión del hecho educativo que el autor pretende historiar.
Por eso, si el tercer capítulo se titula literalmente «Las
teorías anarquistas de la educación», entonces el
siguiente y último debería titularse «Experiencias
de pedagogía anarquista» y no, como se lee, «Experiencias
de pedagogía libertaria y antiautoritaria». Esta, digamos,
amplitud de miras –no explicitada– afecta también
al capítulo dos: «El marco histórico del anarquismo:
la práctica», un capítulo muy ambicioso donde se
dibuja, a pinceladas demasiado gruesas, todo o casi todo lo que ha habido
de práctica anarquista en la Revolución francesa, en el
socialismo utópico, en la Revolución rusa, y en, prácticamente,
todos y cada uno de los acontecimientos habidos en la historia contemporánea
de
Europa.
Y
a pesar de esa amplitud de miras, por un lado, y de la brevedad en la
redacción de lo historiado, por el otro, el libro de Paco merece
ser no solo leído, sino reflexionado a fondo por un motivo, a
saber, que nos recuerda la radical importancia de la pedagogía
libertaria como potencial revolucionario concreto para la transformación
de esta sociedad. Este es el objetivo básico de su trabajo y
es lo que, de forma clara, se extrae como conclusión de su lectura.
Es por eso por lo que Anarquismo y educación se convierte en
una lectura importante para todos aquellos y aquellas que quieran regresar,
por un momento, al núcleo más fuerte del pensamiento y
la acción anarquistas a lo largo de la historia: la creación
de una cultura antiautoritaria, creativa y comunitarista. Creo que con
esta publicación también Cuevas se obliga públicamente
a sucesivas entregas donde habría de adentrarse, con más
detenimiento, en (por citar dos ejemplos): 1.º problemas conceptuales
como semejanzas y diferencias entre la acción directa, acción
social, etc., del pensamiento anarquista digamos clásico, y su
propuesta de pedagogía sociopolítica, y 2.º experiencias
históricas más concretas como el papel real que el movimiento
anarquista español del primer tercio del siglo xx concedió
a la pedagogía, a la escuela, a la acción cultural en
sentido amplio.
Los
lectores y lectoras atentos agradecerán este libro a su autor
y le pedirán por activa y por pasiva (su correo personal es cuevasno@arrakis.es)
que continúe en su investigación. Seguro.
Cristóbal
Orellana González