La
CNT en los años rojos
Antonio Bar
Bar,
Antonio: La CNT en los años rojos. (Del sindicalismo revolucionario
al anarcosindicalismo, 1910-1926), Madrid, Akal, 1981 (Historia contemporánea,
23), 831 págs. Precio: 11,00 euros.
Hay
libros que llenan, -que te dejan un poso duradero. Si te preguntaran
pormenorizadamente sobre los mismos, no serías capaz de recobrar
minuciosamente su contenido, pero en algún rincón de tu
cabeza yace algo que al mentar el título te evoca que leíste
algo serio, importante, profundo, elaborado, documentado en unos casos,
bello, emocionante, novedoso en otros. A ese selecto puñado de
libros pertenece la obra de Bar. La he vuelto a ojear-hojear y aquella
sensación difusa se ha corroborado. Han pasado veinte años
y no se ha escrito nada más documentado sobre la CNT de los congresos
de Sans y la Comedia. Tampoco desentona lo referido al periodo inmediatamente
anterior (no obstante, en torno al nacimiento y primeros pasos de la
CNT, Cuadrat nos complace más pese a que creamos que otorga a
los socialistas catalanes un papel que no les corresponde en la creación
de la Confederación).
El libro se centra en el congreso de 1919: lo estudia pormenorizadamente
y destaca la declaración anarquista que salió de allí.
También trata por extenso la desorganización de la CNT
sumida en la clandestinidad y agobiada por la represión en los
años de Primo de Rivera, aunque nos parece periodo menos trabajado
que el primero. Todo completado con el estudio de la estructura orgánica
de la Confederación. Al trabajo se le pueden poner algunos reparos,
el principal, que se limite casi exclusivamente a los congresos, dejando
en la penumbra, por ejemplo, la descomunal represión, que llevó
a muchos anarquistas para salvar la vida a soluciones tan peregrinas
como desear ser encarcelados o alistarse en la Legión, o, por
ejemplo (déficit que dos décadas después se mantiene,
aunque mitigado) que sea poco lo que se dice de fuera de Cataluña.
Un libro que todo interesado en las cuestiones sociales y revolucionarias
del siglo xx debe depositar en las baldas de su habitación.
M. Y.