Amparo
Poch y Gascón. Textos de una médica libertaria
Antonina Rodrigo
Rodrigo,
Antonina: Amparo Poch y Gascón. Textos de una médica libertaria,
Zaragoza, Alcaraván, 2002 (Benjamín Jarnés), 293
págs. Precio: 14,00 euros.
La
incansable compañera Antonina Rodrigo, cuya férrea voluntad
no parece fácil doblegar, ha conseguido tener preparados dos
libros sobre Amparo Poch en el año 2002 con motivo del centenario
de su nacimiento. Por una parte ha editado la biografía, publicada
por Flor del Viento (ver reseña de Julián Bravo Vega en
estas mismas páginas); y por otro, una recopilación de
textos de la médica anarquista, que es el libro que comentamos
aquí.
De origen
modesto, Amparo Poch fue una brillantísima estudiante de medicina
en la década del 20 del pasado siglo. Por entonces, era rarísimo
ver a una mujer en las aulas universitarias, pero más raro aún
era que, además, fuera la número uno de su clase: obtuvo
matrícula de honor en todas y cada una de las asignaturas de
la carrera de medicina. Su actitud insumisa, rebelde, contestataria,
revolucionaria... se manifiesta desde sus primeros escritos en la prensa
y también en sus conferencias; era una excelente oradora. Una
mujer vitalista, culta, amante de la libertad, enemiga de la guerra,
aunque tuvo que sufrir la barbarie militar, luchó por otra sociedad
donde estuvieran erradicadas las armas y el protagonismo lo tuvieran
la palabra, la cultura, la solidaridad... Su sentido común de
la igualdad humana, sin prejuicios, le lleva a redactar textos de lógica
aplastante, pero enfrentada a las convenciones de la época. Mujer
muy avanzada, criticó con ironía la monogamia, a la que
consideraba como una esclavitud, escandalizando a la sociedad de la
época. Habla de la sexualidad con naturalidad, no considerándola
un tabú. Hizo una gran labor educativa en el ámbito sanitario
para evitar las enfermedades venéreas y otras que se propagaban
por carecer de una adecuada higiene. También hizo un trabajo
brillante en la sanidad infantil con el fin de reducir las altas tasas
de mortalidad infantil de la época. La puericultura fue un tema
que abordó en la revista Mujeres Libres.
La antología
de textos recogidos en este libro por Antonina va desde 1923 hasta 1962
(tras la Guerra Civil se exilió a Francia, donde siguió
dando a conocer sus ideas). Están agrupados bajo: "Artículos
genéricos", "Feminismo y amor libre", "Textos
médicos", "Poemas"; y además incluye tres
folletos de la época: La vida sexual de la mujer, que publicó
Cuadernos de Cultura; La ciencia en la mochila. Sanatorio de optimismo,
publicada bajo el seudónimo de Doctora Salud Alegre; y Amor (novela).
Algunos de los textos son científicos, pretendían dar
a conocer aspectos socio-sanitarios para la prevención de enfermedades.
Para podernos hacer una idea de su capacidad literaria, veamos con qué
sensibilidad e imaginación escribía ya a los veintiún
años:
"-Buen
árbol, amigo mío, guarda gentilísimo de mis balcones
-le he dicho silenciosamente-: ya llegó tu hora, ya te llevan,
ya me dejan sin la verde red de tus hojas abundantes. No te importe.
Ya te vas a morir. Mejor dicho: ya te has muerto. Puedes estar orgulloso:
has muerto por prestar un buen servicio... Así ya se puede morir
tranquilamente, árbol. A los doce y media de la mañana,
cuando regresemos del trabajo cotidiano, nos abrasará el sol
en esta calle ingrata, dura, hostil. Nos abrasará el sol y nos
parecerá que estamos en el desierto; buscaremos vuestra compañía
confortante que alegra y anima... Tendremos obligación de compararos
a una vía doble y os habremos de encontrar diferentes a ella.
Es lástima que las vías dobles no crezcan espontáneamente
en la tierra, amigo árbol... No te importe tu sacrificio. Nuestra
calle sin ti es horrible, pero... Todos debemos sacrificarnos por la
vía doble; ya ves las aceras; también se han recogido
para ganar terreno. Nosotros sentimos hasta muy adentro la agonía
cruel de la calle, pero... Ya pasa el tranvía... Adiós,
amigo árbol.
"El
pobre árbol se ha quedado lleno de asombro. Esperaba de la amistad
una lágrima".
Tenemos
que agradecerle a Antonina el gran esfuerzo que ha realizado para dar
a conocer la vida y la obra de esta compañera, pero además
de por este ingente trabajo, tenemos que darle las gracias porque una
de las calles de Zaragoza lleve el nombre de Amparo Poch y Gascón.
Quizás alguien, al ver su nombre en una esquina, se interese
por saber quién fue y aprenda algo de la historia que se ha ocultado.
Amador