Fondos
fotográficos de la guerra civil en la F.A.L.
La
Fundación Anselmo Lorenzo, una fuente gráfica para la
historia de la figura del reportero gráfico español durante
la guerra Civil
Una
causa sin imágenes no es solamente una causa ignorada: es una
causa
perdida. (Robert Capa)
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Fotografía
de un teniente herido tomada por José Tello, durante la revolución
social de 1936 |
Hace
ya más de año y medio que me acerqué a la Fundación
Anselmo Lorenzo invitada por una amiga que me aconsejó visitar
sus fondos. Lo primero que me dijo fue que la gente que me iba a encontrar
allí era excepcional y de igual modo su archivo, y de ninguna
manera se equivocaba. No sólo su archivo es fantástico
sino el trato, la atención y el esfuerzo que se toman todos los
que allí trabajan por ayudar al recién llegado.
Es
por eso que mi sorpresa fue doblemente grata, por la gente que me acogió
con tanta dedicación, como por lo que allí descubrí
como investigadora. En una estantería se ordenaban rigurosamente
una serie de carpetas azules, todas ellas perfectamente conservadas
que llevaban en uno de sus lados unas signaturas por años y número
de imágenes. Se trataba del Archivo Fotográfico de la
Guerra Civil, que por distintas circunstancias fue a parar a la FAL,
quien actualmente lo custodia y conserva.
Lo
primero que me llamó la atención fue el número
de imágenes, 1500, y la calidad que manifestaban muchas de ellas.
Las estudié una a una y anoté en mi cuaderno de notas
una serie de comentarios sobre las mismas que me sirviese para identificarlas
y ordenarlas temáticamente de forma posterior. Quiero llamar
la atención sobre el apartado de reporteros de guerra, porque
a mi parecer este archivo encierra tras sus carpetas azules más
de una joya. Mi intención es divulgar la procedencia y autoría
de algunas de las imágenes que contiene este archivo, y con ello
contribuir a un mayor conocimiento, gracias al testimonio de la imagen,
sobre el trabajo de algunos reporteros gráficos españoles,
que o bien se ha ignorado o extraviado tras la guerra, y que de hecho,
nos sirva para arrojar más datos no sólo sobre la obra
de estos profesionales sino también sobre un período de
nuestra historia, fundamental para nuestro futuro que gracias a iniciativas
como las de la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo
podremos analizar.
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Instantánea
tomada por Albero y Segovia |
La Guerra Civil se transformó en el evento mundial de mayor repercusión,
primero, por el auxilio popular hacia la libertad y la democracia y
su lucha contra la insurrección militar abanderada por el General
Franco, y como ha señalado Joan Fontcuberta, «porque se
intuyó como el ensayo del gran duelo que iban a dirimir a continuación
las grandes potencias» (Notas sobre la fotografía española,
1983), y en segundo lugar, porque de alguna manera nuestra Guerra Civil
Española fue la guerra más noticiada de todo el mundo.
Mientras que parte de Europa no dudó en apoyar a Franco, es el
caso de Alemania e Italia, el resto del panorama internacional, excepto
la URSS y México, apenas movieron un dedo para defender la violación
de una democracia y un gobierno constitucional.
No
es de extrañar, por tanto, que España se convirtiera en
un breve período de tiempo en el país con mayor número
de reporteros gráficos y corresponsales de prensa, además
de escritores, artistas, científicos o cineastas. La mayoría
de estos intelectuales, impregnados por un espíritu romántico,
se vieron impulsados a marchar ciegamente a un país lejano y
exótico, no con la única prioridad de informar sino para
formar parte de ese pueblo que defendía con su vida la libertad
y, con ella, la causa republicana. No sólo los corresponsales
y reporteros extranjeros manifestaron una clara postura ideológica,
también los españoles se ordenaron de muy distinta manera
desde el comienzo de la guerra en los dos bandos, e igualmente fue mayoritario
el republicano. El compromiso político y moral, y la lealtad
hacia la democracia conquistada por el pueblo y ahora amenazada por
el brazo del fascismo, impulsaron a más de un fotógrafo
a participar no sólo con su cámara sino personalmente
en el conflicto. La diferencia con sus colegas internacionales estuvo
en la falta de recursos técnicos únicamente dentro del
bando republicano -los fascistas contaron con la ayuda de los alemanes-
y que suplieron con un contenido intenso y comprometido, puramente propagandístico.
La organización de oficinas de propaganda por ambos bandos fue
una constante durante toda la guerra, como lo sería entre algunos
reporteros las cooperativas, que originó infinidad de operaciones
de prensa dirigidas a sensibilizar y movilizar a la gente con su causa
ideológica; partidos y demás instituciones políticas,
culturales o artísticas usaron las secciones de fotografía
mucho antes ya de estallar la guerra, y comenzada ésta se potenciaron
para ilustrar el contexto sociopolítico del momento e implantar
ideologías.
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Reparto
de comida en el frente de Aragón, fotografía tomada
por Agustín Centelles |
Pese
al problema de la autoría, muy común en la fotografía,
y al extravio y destrucción de archivos tras la victoria militar,
el Archivo de la Guerra Civil de la FAL contiene para nuestra alegría
muchas imágenes en perfecto estado de conservación e identificadas
muchas de ellas en su dorso, con el sello del organismo de información
y/o propaganda que las encargó, o bien, con el sello de la agencia
de fotos a quien fueron encargadas. Así, contamos con imágenes
que llevan el sello de organismos políticos y públicos
como la Sección gráfica de la FAI (Barcelona) dentro de
la Oficina de información de la CNT, que nos retratan, por ejemplo,
a varias compañeras de los sindicatos; la Sección gráfica
de la FAI de la Oficina de Propaganda CNT, que nos clasifica los distintos
instrumentos de tortura frutos del capitalismo como si de un museo se
tratase; o del Consejo Nacional de Propaganda, y sus imágenes
sobre la salida de voluntarios de Barcelona.
Respecto
al segundo tipo, el archivo contiene fotos con el sello de agencias
extranjeras como las que nos proporciona la Spanish Photo Agency, con
sede en la Vía Durruti, 32, de Barcelona, cuyo repertorio es
realmente variado, desde retratos de personajes políticos como
el de Federica Montseny, pasando por militantes anónimos del
POUM tirando contra un avión rebelde, trabajadores-as en una
fábrica de estacas para la fabricación de alambradas en
el frente, agentes del régimen penitenciario u hogares destruidos
por los bombardeos en el frente de Aragón. Bajo las siguientes
'autorías', encontramos las aportaciones de otros profesionales,
en este caso, españoles:
Fotos
Tello (José Tello), Informaciones Fotográficas, cuya
sede se encontraba en el P.º del Prado 12, Madrid. Con su sello
encontramos varias imágenes que nos trasladan, por ejemplo, a
acontecimientos populares como la reunión que las Instituciones
Armadas tuvieron en el Teatro Monumental, y con el sello, Fotos Tello
y Mira, varios retratos de tenientes heridos como la imagen R.180, y
el retrato de un fusilado convaleciente, la R.1433.
Albero
y Segovia, tenían su sede en la calle Alcalá, 106,
de Madrid, teléfono 52495. Su cámara se convirtió
en la más activa y prolífica desde el mismo comienzo de
la guerra retratándonos la cotidianeidad de las mujeres con sus
hijos durante la guerra (R.482) y el resto de la crónica bélica.
Fotos
Lomar, con sus niños vestidos de militares.
Centelles
(Agustín) Reporter Grafic, tenía su sede en la calle
Consell de Cent, 260 pral., de Barcelona, teléfono 25175. Sin
duda alguna, puede ser considerado como el reportero gráfico
más renombrado no sólo de su tiempo sino asimismo de la
guerra. En símbolos se han convertido sus imágenes del
mítico 19 de Julio barcelonés. Incesante y activo, retrató
los frentes de Aragón, Belchite y Teruel. Si algo caracteriza
a su obra es su grado de compromiso y emotividad, que le lleva, como
ya hiciera el propio Capa, a identificarse con la gente que retrata
con su objetivo (Publio López Mondéjar, Historia de la
fotografía española, 1997). A comienzos de 1937, fue destinado
a la Unidad de Servicios Fotográficos del ejército de
Cataluña, allí colaboró con Jaume Miravitlles,
comisario de propaganda de la Generalitat, y con Pere Catalá
Pic, director de publicaciones de propaganda. Los archivos de la FAL
cuentan con dos imágenes que llevan su sello en el dorso, una
de ellas retrata en el Cerco de Tacián el momento en que las
milicias van encontrándose los cadáveres dejados de la
guerra (R.794), y la segunda (R.843), un reparto de comida en el frente
de Aragón que nos muestra una larga cola de hombres esperando
la comida. Señalar un hecho importante, Centelles firmó
a menudo trabajos de Josep María Sagarra.
Fotos Bargalló.
Fotos
J. Bondía Valls. Con sede en la calle San Vicente, 181, 2.ª,
de Valencia. Nos retrata imágenes del frente de Aragón,
Teruel y Ebro.
Fotos
Josep María Sagarra. Trabajaba en la Vía Laietana,
54, de Barcelona, teléfono 21059. Al lado de otros profesionales
como Joaquín Brangulí, Lluis Torrents, Merletti, Joan
A. Puig Farrán, Ramón Claret, Carlos Pérez de Rozas
y José Badeas formaría una cooperativa (pool), que pese
a impedirnos identificar el trabajo individual de cada uno de ellos,
sin embargo, nos han proporcionado una enorme variedad de imágenes
diarias de la guerra.
Fotos
J. Sánchez Catará, Barcelona.
Fotos
Mariano Carné, corresponsal gráfico (R.1330-1340,
R.1371-1380).
Fotos
Serna.
Fotos
Nobnurán.
Fotos
M. Lomar. Nos brinda un magnífico retrato de miliciana armada
con proyectil en la mano (R.1409).
Fotos
Ruiz, en Fray Luis de León, 18, Madrid, nos proporcionan
imágenes de compañeros velando el cadáver de un
amigo y compañero, Manuel López (R. 1440).
Fotos
Vidal Corella (Luis), con sede en la Ribera, 8, Valencia, y teléfono
15163.
Fotos
Liberta y Fotos W. Yagüe, todos ellos, nos retratan la vida
del soldado en el frente, una crónica diaria, el aseo, escondidos
tras las barricadas, comiendo, preparando la comida, afeitándose.
Existen asimismo otras fotos con el sello Fotos de Sainz de Corella.
Fotos
Díaz Casariego (José María) reporteros gráficos,
con sede en la calle Olivar, 8, de Madrid, teléfono 18714. La
FAL tiene imágenes suyas con trabajadoras en fábricas
de armas (R.1361) y de milicianos-as (R.1416 ).
Fotos
Espiga (Gil del Espinar y Espiga), de Bilbao.
En
definitiva, esto no es más que un bosquejo de lo que el Archivo
de la Guerra Civil de la FAL contiene. No he pretendido, en absoluto,
realizar aquí un trabajo de investigación exhaustivo,
que por otra parte, forma parte de mis investigaciones actuales, sino
presentar una serie de datos que serán de gran utilidad para
curiosos, público en general, investigadores de la fotografía
e historiadores de la Guerra Civil.
Mónica
Carabias Álvaro
(historiadora del Arte), investigadora de la UCM, Dep. Arte Contemporáneo,
Fac. Geografía e Historia.